Autora: Ana Muñoz


La reflexología es una técnica terapéutica que se basa en el masaje de zonas reflejas de las manos y, sobre todo, de los pies.

Cada uno de los órganos del cuerpo se refleja en una zona concreta de las plantas de los pies, correspondiendo el pie derecho a la mitad derecha del cuerpo y el pie izquierdo a la mitad izquierda. Al tener todo el cuerpo reflejado en los pies, esta técnica ofrece un método para tratar el cuerpo como un todo. Al ejercer una presión en la zona del pie adecuada, se ejerce un efecto terapéutico en el órgano deseado, empujando al organismo hacia la autocuración, de manera que se utiliza la propia capacidad curativa del organismo, estimulándola.

Esta terapia fue desarrollada la fisioterapeuta Eunice D. Ingham en los años treinta. Trabajando para el doctor Riley tuvo conocimiento de las investigaciones del doctor Fitzgerald sobre la terapia zonal. Dichos trabajos mostraron cómo ejerciendo presión en ciertas zonas del cuerpo podía no sólo calmarse el dolor sino también tratar su causa.

Durante sus investigaciones con sus pacientes, Eunice Ingham, descubrió las áreas del pie donde se reflejan los distintos órganos. Tras publicar su primer libro comenzó a viajar por todo Estados Unidos dando charlas, talleres y conferencias. En un principio, sólo gente enferma que no había encontrado curación en ninguna otra práctica acudía a estos talleres. Ingham les enseñaba trabajando con ellos directamente y conforme le número de personas beneficiadas con esta terapia iba aumentando, la reflexología comenzó a ser más conocida en todo el mundo. Más tarde Ingham fundó el Instituto Internacional de Reflexología

En los años 60, su sobrino Dwight Byers se unió a ella, colaborando en los talleres. Actualmente es el presidente del Instituto Internacional de Reflexología.

La reflexología es un método seguro, que no produce efectos secundarios ni supone ningún peligro.

Cómo trabaja el reflexólogo

Primero querrá conocer tu historia médica. Te pedirá que le expongas tus síntomas a un nivel general. No sólo le interesarán los síntomas relacionados con la dolencia por la que buscas su ayuda, sino cualquier otro que puedes tener, aunque parezca insignificante. Después examinará tus pies. Observará el tamaño, color, forma, olor, textura, temperatura, durezas, ampollas, infecciones, venas, etc. Podrá saber mucho acerca de tu salud general mirando tus pies. Por ejemplo, los pies fríos indicarán una mala circulación, mientras que los pies húmedos y sudorosos serán un indicativo de un desequilibrio hormonal.

También es frecuente tener un endurecimiento sobre una zona que necesita atención. Si los pies están hinchados es un indicio de que el sistema linfático no está funcionado adecuadamente, etc.

Durante el primer tratamiento no suele sentirse nada, aunque no influirá en la efectividad de la terapia, pero en un par de sesiones los pies se vuelven más sensibles.

La técnica reflexológica

La principal es la técnica del pulgar. Si apoyas la palma de la mano sobre una mesa, verás que tu dedo pulgar la toca con el borde. Ese borde es el que se utiliza para ejercer presión sobre la zona deseada de la planta del pie. La presión se ejerce haciendo caminar el pulgar por dicha zona, doblando y desdoblando ligeramente la primera articulación (similar al movimiento de un gusano), sin dejar de ejercer una presión continua. De este modo el pulgar va "reptando" hacia delante.

Beneficios

La reflexología es eficaz en numerosas patologías. Algunos de su beneficios son los siguientes:

Reduce la tensión y el estrés.

Mejora la circulación.

Equilibra el sistema nervioso.

Estimula el sistema linfático, de modo que reduce edemas, elimina toxinas y mejora la inmunidad.

Descongestiona y estimula los órganos congestionados.

Reduce el dolor.

Estimula la capacidad de autocuración del cuerpo, mejora el sueño, aumenta la vitalidad y energía.