Autora: Ana Muñoz


Cuando el virus del SIDA penetra en el cuerpo, ataca unas células concretas del sistema inmunitario, llamadas linfocitos CD4+. Cuando invade una célula, reprograma el material genético de dicha célula para que cuando se divida, cree copias del propio virus. Estas copias invaden otras células sanas y de este modo, la cantidad de células infectadas va aumentando. Conforme más y más linfocitos CD4+ van siendo destruidos por el virus, la capacidad del cuerpo para combatir infecciones se va viendo debilitada.

La mayoría de las personas no experimentan ningún síntoma al inicio de la infección. Algunos pasan años sin saber que han contraído el virus. Después pueden aparecer síntomas como sudores nocturnos, fatiga, fiebre, diarrea, pérdida de peso, ganglios linfáticos inflamados, herpes, llagas en la boca o sangrado de encías. Conforme el número de linfocitos va disminuyendo, el cuerpo se vuelve más vulnerable a las infecciones por virus y bacterias.

Se considera que una persona infectada con el VIH padece SIDA cuando se desarrolla al menos una enfermedad a causa del virus o cuando el número de linfocitos CD4+ desciende significativamente.

No todas las personas que tienen el virus llegan a desarrollar el SIDA. La mayoría de los infectados desarrollan la enfermedad en un plazo de entre 8 y 12 años, pero otros la desarrollan mucho más tarde, o no la desarrollan durante décadas, debido a que sus sistemas inmunitarios son más fuertes.

Las medicinas alternativas pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunitario, retrasando así el desarrollo de la enfermedad y ayudando al cuerpo a combatir la infección.

Hierbas y suplementos

Espirulina o chlorella. Toma una de estas algas o ambas en forma de comprimidos todos los días. Aportan gran cantidad de nutrientes y antioxidantes.

Suero de leche. Por su elevado contenido en proteínas y diversos nutrientes, ayuda a prevenir la pérdida de masa y a reparar el aparato digestivo.

Antioxidantes. Las personas con el VIH tienen una mayor necesidad de antioxidantes. Toma una fórmula que contenga una mezcla de diversos antioxidantes.

Vitamina B. Toma 50 mg al día de una fórmula que contenga vitaminas del grupo B. Muchas personas con VIH tienen deficiencias de esta vitamina, lo cual puede afectar al sistema inmunitario.

Vitamina C. Fortalece el sistema inmunitario. Toma de 1000 a 3000 mg al día.

Probióticos. Toma un producto que contenga al menos 4000 millones de organismos vivos (activos), como bifidus o lactobacillus acidophilus. Ayudan a combatir las infecciones intestinales y fortalecen el sistema inmunitario.

Multivitaminas. Toma un complejo multivitamínico todos los días, pues te aportará los nutrientes necesarios para fortalecer tu sistema inmunitario.

Alimentación

Los alimentos que ingieras deben ser tan puros y limpios como sea posible, para evitar en lo posible la entrada de toxinas en tu organismo. Por tanto, procura tomar alimentos de cultivo ecológico, que están libres de pesticidas, herbicidas, hormonas, aditivos, etc.

Toma gran variedad de verduras crudas o poco cocinadas, frutas, semillas, frutos secos, cereales integrales (procura que el pan o la pasta estén elaborados con harina integral) y proteínas de calidad, como la procedente del pescado, legumbres, pollo, pavo, soja y frutos secos.

Si pierdes el apetito oblígate a comer una cantidad apropiada, pues es muy importante que ingieras una cantidad de calorías adecuada. Las proteínas son especialmente importantes para impedir la pérdida de peso y fortalecer el sistema inmunitario. Toma dos gramos de proteínas por cada 0,85 kilos de peso.

Añade cebollas y ajos a tu alimentación, pues tienen un efecto antibiótico. Para combatir el VIH consume verduras crucíferas como brócoli, coliflor, coles de Bruselas, col y otras.

Bebe un vaso de agua cada dos horas. No bebas agua del grifo, sino agua embotellada de calidad.

Toma yogurt natural con bacterias como bifidus o lactobacillus acidophilus, pues ayudan a combatir las infecciones. Son especialmente importantes si estás tomando antibióticos, pues destruyen tanto las bacterias dañinas como las que no lo son (la flora intestinal del aparato digestivo). Si no toleras el yogurt toma cápsulas probióticas.

Prepárate en casa zumos y bebe varios vasos al día. De este modo absorberás con facilidad gran cantidad de nutrientes. Toma zumos variados, pero sobre todo incluye verduras crucíferas, zanahorias y rábano negro.

No tomes huevos crudos, leche no pasteurizada, queso, sidra o carne poco hecha, pues contienen bacterias que pueden ser dañinas y, en personas con un sistema inmunitario comprometido, pueden producir septicemia.

Reduce o elimina la comida basura, fritos, azúcar y alcohol, pues debilitan el sistema inmunitario.

Comprueba si tienes alguna alergia o intolerancia alimenticia, porque pueden debilitar tu sistema inmunitario.