Autora: Ana Muñoz


Consulta. Hola, llevo 17 años con mi pareja y siempre hemos tenidos altibajos, tenemos un peque de un año y, últimamente, me siento que mi pareja me exige más de lo que yo siento o puedo y me hace sentir infravalorada. Yo trabajo de 8 a 3 y él trabaja de 8 a 8 o 9 y cuando llega a casa ya es de noche, todas las labores de la casa son para mi, bancos, compras, el peque y todo lo relacionado con él. El llega, cena y a la cama. Los fines de semana tampoco colabora en casa sino que limpia las cuadras de los caballos (antes de tener al peque lo hacíamos los dos) y algunos fines de semana hace algo en de albañilería en la parcela que tenemos. Al trabajar tantas horas me encargo yo de prácticamente todo, si hay que ir al banco, comprar pellet para la calefacción, regalos en el caso que haya que hacerlo, echar de comer a los caballos a medio día y por la noche (el lo hace por la mañana). Bajo mi punto de vista, abarco muchas cosas y cuando se lo digo, él me dice que no le valoro nada, además, como mi trabajo es familiar, hay algunos meses que no cobro. Él me ha echado en cara más de una vez que el dinero ahorrado que tenemos es casi todo suyo. También me echa en cara que todo lo que me encarga lo hago mal. Todo esto me está creando un problema interior, sensación de pena, me siento infravalorada y decepcionada. Además hace años que me prometió que si yo hacía una cosa, se casaría conmigo, yo he cumplido y él no porque dice que lo que quiero es una fiesta y no casarme. Me estoy planteando dejar la relación pero creo que soy una cobarde, tengo miedo de equivocarme, de afrontar esta situación con mi familia y de que mi hijo no se crezca con sus padres.

Respuesta: El hecho de dejar o no una relación es una decisión muy personal que solo tú puedes tomar. No obstante, para aclararte un poco más puedes hacer varias cosas:

1. Pon por escrito todas las cosas que piensas que debe aportarte una relación de pareja y que consideras indispensables para ti. Esto te ayudará a tener claro cuáles son tus prioridades y cuáles son las cosas que consideras inaceptables en una relación.

2. Haz una lista comparando lo positivo y negativo que te aporta tu relación actual. Al hacerlo, puedes valorar cada cosa en una escala de 1 a 10. Por ejemplo, habrá cosas que son negativas pero no demasiado, de modo que les darías un 5, mientras que si hay algo que consideras totalmente inaceptable, le pondrías un 10 (en negatividad). Y haces lo mismo con las cosas positivas. Al poner las puntuaciones, ten en cuenta lo que tú sientes y piensas. Es decir, algunas cosas pueden no ser muy importantes para otras personas pero pueden ser inaceptables para ti; y no olvides que tienes todo el derecho a tener tus propios puntos de vista, deseos o necesidades y defenderlas.

3. Ten en cuenta tus emociones porque son una gran fuente de información. Si te sientes desgraciada en una relación, es evidente que hay cosas que van mal. A veces, la gente se pregunta si tiene derecho a sentirse mal o enfadarse por algo o si se está sintiendo mal por algo que no debería molestarle. Esto hace que nos quedemos bloqueados. Por tanto, ten en cuenta tus emociones y la información que te están transmitiendo.

4. Trata de negociar con tu pareja. Antes de romper la relación puedes intentar negociar con él para cambiar algunas cosas. Para empezar, dile cómo te sientes y el efecto que tiene el ti esa sobrecarga de trabajo por tener que ocuparte tú de prácticamente todo. Luego proponle repartiros las tareas de otro modo. Por ejemplo, puedes hacer una lista con las cosas que él podría hacer al llegar del trabajo y los fines de semana para que vuestras horas de trabajo total (es decir, tanto el remunerado como el personal) fueran más o menos las mismas. Luego le enseñas esa lista y le propones ponerla en práctica.

5. Analiza tus miedos. No dejes que sea el miedo el que te impida romper una relación que deseas romper. Es decir, si no deseas romper porque aún le quieres y deseas intentarlo, entonces vale la pena seguir luchando por salvar le relación y tratar de llegar a algún acuerdo pero si realmente no deseas seguir con él y lo que te impide cortar es el miedo, entonces es importante que afrontes esos miedos uno a uno para poder tomar una decisión que esté basada en tus deseos y no en tus miedos. Para ello, haz una lista con cada uno de esos miedos y analízalos en detalle para determinar si son realistas, si estás exagerando, qué podrías hacer para solucionarlos, etc. Por ejemplo, dices que tienes miedo de afrontar la situación de ruptura. Ese es un miedo muy inespecífico que tendrías que definir de un modo más claro. Para ello, pregúntate qué temes exactamente y luego busca soluciones posibles.

6. Busca apoyo en tus amistades o familiares. Ellos pueden ayudarte a buscar soluciones, darte ideas o simplemente estar ahí para acompañarte.

Por último, ten en cuenta, que nunca podemos estar del todo seguros de nuestras decisiones. Siempre hay cierto grado de incertidumbre. Por ese motivo, tanto la imaginación como los sentimientos son herramientas muy importantes (y no solo la razón). La imaginación nos permite imaginar situaciones futuras, ser creativos, pensar soluciones y desarrollarlas en nuestra mente, hacer simulaciones mentales y tratar de imaginar qué sentirías y qué pasaría, etc.