Autora: Ana Muñoz


Consulta: Tengo 49 años y soy la única hija de una mujer esquizofrénica y un hombre que se desvinculó como padre a mis nueve años. Desde muy joven tuve depresiones, un intento de suicidio a los 17 años y he luchado con mis depresiones y cambios de humor toda mi vida. Hice 3 años de terapia psicoanalítica entre los 22 y los 25. Tengo tres hijos de 28,23 y 21 años que no viven ya conmigo. Estuve viviendo sola con parejas esporádicas en los últimos 9 años. Hace un mes me casé con un hombre que conocí hace dos años, del que me había distanciado por 6 meses. En estos últimos diez años asumí deudas que no me permiten acceder a créditos ni préstamos, tuve 3 intentos de suicidio y he estado internada no más de 8 días en cinco oportunidades con depresiones severas, he seguido tratamientos psiquiátricos y psicológicos con menor o mejor resultados... En fin, hoy siento que aunque el psiquiatra me dio el alta hace dos meses tengo actitudes anormales, me he vuelto a endeudar, con mi actual esposo estamos en penuria económica y con muchas tristezas... Realicé el test de ustedes y me dio bipolaridad. Mis hijos están distanciados de mí y los tres de diferente forma me han dicho que creen que estoy con un severo problema psiquiátrico. Me siento desesperada, tengo miedo de mi misma y creo que soy el motor de mis propias desgracias.

Respuesta: Te aconsejaría que empezaras haciendo un listado de los diversos problemas que tienes y luego los ordenas según su importancia para ti. Después seleccionas el primero y lo divides en metas más pequeñas y luego escribes un objetivo o meta que quieres alcanzar relacionado con ese problema.

Es muy importante que definas los problemas en forma de conductas específicas, no de problemas generales o amplios.

Por ejemplo, si escribes en tu lista que uno de tus problemas es que estás deprimida y pones como objetivo dejar de estar deprimida, seguramente no vas a encontrar ninguna solución eficaz porque es un problema demasiado general y amplio. Tienes que definir lo que llamamos “conductas-problema” específicas que forman parte, siguiendo con ese ejemplo, de la depresión. Por ejemplo: “Me levando demasiado tarde por la mañana”. Esta es una de las conductas-problema típicas de la depresión que te impide hacer muchas cosas y llevar una vida normal. Una vez definido el problema de este modo, estableces un objetivo. Por ejemplo: “Quiero levantarme a las X horas todos los días”.

Ahora ya sí tienes un problema al que puedes encontrarle soluciones por ti misma, como ponerte el despertador lejos de la cama para tener que levantarte a apagarlo. Si esta solución no funciona buscas otra y así sucesivamente hasta solucionar el problema.

Luego pasas a la siguiente conducta-problema de tu lista. Por ejemplo, otra de las cosas que comentas hace referencia a tus problemas económicos. De nuevo, si escribes como problema: “Tengo problemas económicos” y como objetivo “dejar de tenerlos”, no vas a solucionar nada. Así que tienes que dividirla en varias submetas. Una de las submetas puede ser “encontrar trabajo” pero sigue siendo demasiado amplia y general, así que la divides en conductas específicas (cosas concretas que puedes hacer para encontrar trabajo). Por ejemplo: “Leer el periódico cada día en busca de ofertas e ir a todas las entrevistas de trabajo que pueda”. Además, pensarías también otras cosas que puedes hacer para encontrar trabajo.

En resumen: 1) define cualquier problema que tengas en forma de varias conductas específicas muy concretas. 2) Establece objetivos o metas que sean alcanzables y a las que puedas buscar solución. 3) Pon en marcha una solución y si fracasa, piensa otra distinta hasta dar con la solución adecuada.

En la búsqueda de soluciones (e incluso en la definición de las conductas-problema) puedes pedir ayuda a tus familiares o amigos para que te aporten ideas.

De ese modo, podrás ir afrontando todos tus problemas poco a poco y haciendo cabios progresivos en tu vida.