Autora: Ana Muñoz


Aunque a la hora de establecer un diagnóstico se define la depresión de la misma forma para ambos sexos, lo cierto es que mujeres y hombres experimentan la depresión de formas diferentes y las causas suelen ser también distintas para ambos sexos.

Por supuesto, todos los síntomas de los que hablamos aquí pueden aparecer en ambos sexos, aunque sean más frecuentes en uno u otro sexo. Así, una mujer deprimida también puede sentirse irritable, frustrada y enfada, aunque este patrón se dé más en hombres.

Por otra parte, los síntomas de la depresión pueden varias en la misma persona según el día, de manera que un día predomina la apatía y la tristeza y otro día la agresividad y la frustración.

Por lo general, las mujeres tienden a vivir la depresión de un modo más interiorizado, mientras que los hombres exteriorizan más sus síntomas. Por ejemplo, mientras que las mujeres tienen más posibilidades de sentirse tristes, decaídas y con ganas de llorar, los hombres tienen más probabilidades de reaccionar con ira, irritabilidad y frustración. Los hombres tienden a sentirse también más agitados e inquietos, mientras que las mujeres se sienten más abatidas y con falta de energía.

A la hora de tratar de afrontar la depresión, ellas tienden a recurrir más a sus amigos y seres queridos o al amor (desean encontrar alguien que las ame y las ayude), mientras que ellos recurren más al alcohol, a la televisión, los deportes o el sexo.

Mientras que las mujeres se culpan más a sí mismas y su autoestima tiende a disminuir, los hombres tienden a culpar a los demás y su autoestima puede estar inflada, como un modo de contrarrestar los sentimientos de poca valía personal que suelen acompañar a la depresión.

Los hombres sienten una mayor necesidad de tener el control a toda costa y tienen una mayor predisposición a crear conflictos, mientras que las mujeres tienden a evitar los conflictos a toda costa y se vuelven más dependientes, asustadas y ansiosas.

El trastorno afectivo estacional es más frecuente en las mujeres, así como la depresión atípica. En la depresión atípica se produce un aumento de las horas de sueño, más ganas de comer, sobre todo carbohidratos, y un aumento de peso.

El hipotiroidismo es más frecuente en las mujeres y, dado que suele cursar con síntoma de depresión, es otro motivo de la aparición de este trastorno en mujeres.

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