Autora: Ana Muñoz


Consulta: Tengo un hijo que ha sido diagnosticado con bipolaridad. Llevamos cuatros años apoyándole y ayudándole, estamos muy pendientes de él, ha tenido tanto episodios de grandeza, con delirios, como depresiones, siguiendo las indicaciones del psiquiatra, apoyado por psicóloga. Hace tres días intentó suicidarse tomándose 40 pastillas; alcanzamos a llevarle al hospital a tiempo y salvarle la vida, no siendo este el primer intento, ya lo ha intentado a lo largo de 4 años 3 veces. El estigma y ocultismo que existe sobre este tipo de enfermedades ha hecho que tratáramos de llevarlo entre nosotros, con mucha dedicación y amor, como ya se lo mencioné anteriormente. Una vez ingresado mi hijo en el hospital y sentir el alivio de no haberlo perdido, me puse a navegar en internet buscando información sobre el suicidio y me encontré con el artículo de seis páginas publicado por la Psicóloga Ana Muñoz ( El suicido: cómo afrontar los pensamiento suicidas).

Al leer este artículo comprendí que el problema no está en la enfermedad en sí, el problema radica en la ignorancia y tabú que hay a todos los niveles sobre este tema y tomamos la decisión (mi mujer y sus dos hermanos) de buscar ayuda y apoyo entre la familia y amigos de mi hijo; estos últimos nos decían al hablar con ellos que no entendían muchas veces algunas reacciones o estados de mi hijo y nos agradecieron mucho que les contásemos para así poder ser más consecuentes y mostraron todo su apoyo. Entre ellos se encuentra su entrenador del deporte al que el se dedica y se decidió reunir a todos los del equipo (han sido sus amigos desde los 9 años). Por una parte explicarles y hablar sobre la depresión, sobre la importancia de pedir ayuda o aprender a detectar cuando un amigo o familiar pueda estar inmerso en un proceso similar y explicarles en qué consiste la bipolaridad.

Al finalizar la charla, sus hermanos hablaron y le comentaron al equipo la situación de su hermano sin entrar en detalles, sino enfocándolo a lo que es la enfermedad. Todos agradecieron de una forma u otra indicando que ahora entendían por qué se habían presentado tantos cambios en él y la gran mayoría mostró mucho interés en apoyarle (aunque nunca han dejado de hacerlo). La familia se ha volcado muchísimo, los amigos igual, todos han leído el artículo de la psicóloga Ana Muñoz.

En el día de hoy mi mujer y yo nos reunimos con dos psiquiatras del hospital donde se encuentra ingresado mi hijo, nos preguntaron muchas cosas, niñez, antecedentes, etc., al final les comente que habíamos tomado la decisión de buscar apoyo en nuestra familia y amigos para ayudar a nuestro hijo, dado que vemos que se nos escapa de las manos. La reacción de la psiquiatra fue apoteósica, directamente empezó a decir lo siguiente "MAL, MUY MAL, USTED NO TIENE DERECHO A DECIDIR POR SU HIJO, LO HA MARCADO, LA HA ESTIGMATIZADO, LO TACHARÁN DE LOCO, LA GENTE HUIRA DE EL, EN ESPAÑA NADIE QUIERE ESTAR CON COJOS, MINUSVALIDOS O PERSONAS CON PROBLES". No paraba de gritarme. Al comienzo me descompuse y luego de varios minutos reaccioné y le dije: "Me parece que su actitud es anticuada". Le indiqué a la psiquiatra que no me parecía lógico que siendo el suicidio la razón de mayor número de muertes en España, superando a los de los accidentes de tráfico, que no se hiciera nada para prevenirlo, para concientizar a las personas sobre esta epidemia que está azotando a nuestros jóvenes. Ahí termino la sesión. Mi consulta es: ¿realmente esta señora tiene razón? Me parece escandaloso que una profesional se exprese de esa manera, que además estigmatice las minusvalías o las enfermedades como es la que aqueja a mi hijo. El artículo de la Psicóloga Ana Muñoz nos pareció revelador y tratado con una cercanía y presión motivadora y realista. Nuestros objetivos como padres y hermanos son los siguientes: 1. trabajar sin descanso con él. 2. Hablar mucho del tema. 3. Hablar en reuniones con padres 4. Crear foros y estudiar mucho sobre este tema.

Respuesta: Al leer esta consulta me alegró mucho saber que mi artículo sobre el suicidio no solo había servido de ayuda a alguien sino que, además, os había empujado a convertiros en una parte aún más activa para ayudar a vuestro hijo.

Todo lo que habéis hecho no solo es correcto sino que es lo mejor que cualquier familiar puede hacer por un ser querido con un trastorno psicológico. Habéis creado para vuestro hijo un gran grupo de apoyo formado por personas que lo aprecian y se preocupan por él y que a partir de ahora serán mucho más capaces de ver si las cosas empiezan a ponerse muy mal y hace falta pedir ayuda.

Os animaría a hacer otra reunión con vuestros familiares y amigos y exponer lo que os comentó la psiquiatra. De este modo, podréis comprobar por vosotros mismos si es verdad eso que dice de que van a huir de él y estigmatizarlo aunque, por lo que cometáis en vuestra consulta, parece estar bastante claro que la reacción de todas estas personas ha sido muy positiva, de comprensión, ayuda e incluso alivio por tener una explicación para el comportamiento de vuestro hijo. La información que les habéis dado les ayudará a entender mejor a vuestro hijo, saber relacionarse mejor con él y no verlo como alguien que se comporta de forma extraña e inexplicable, sino que se comporta de un modo normal para alguien que tiene un determinado trastorno.

También os animo a que le preguntéis a vuestro hijo sobre las repercusiones que ha tenido para él esta apertura hacia el resto de la familia y amigos, si las considera positivas y si le han servido de ayuda. Sus respuestas pueden ayudaros a ver que vais por buen camino y estáis haciendo lo correcto. Seguid así.

También tenéis que tener en cuenta que la psicoterapia puede servir de gran ayuda. Comentas que, además de la psiquiatra, recibís el apoyo de una psicóloga pero no me ha quedado claro si se trata solo de un simple asesoramiento. La psicología puede hacer mucho más que ser un simple apoyo. Una psicoterapia impartida por un psicólogo competente y con experiencia en trastorno bipolar puede dotar a vuestro hijo de muchos recursos para manejar tanto el trastorno  como los diversos problemas que puedan surgir en su vida diaria e influir en sus síntomas.