Autora: Ana Muñoz


Las verrugas genitales son una forma de enfermedad de transmisión sexual, causada por un subtipo del mismo virus que causa otras verrugas. Este virus es el virus del papiloma humano (HPV). Las verrugas genitales también se conocen como condilomas o verrugas venéreas. Pueden aparecer en cualquier lugar cerca de la vagina, del cervix, de los órganos genitales o del recto. Las verrugas genitales se transmiten mediante la actividad sexual, y pueden afectar hombres y a mujeres.

Dado que pueden tardar hasta seis meses en desarrollarse, puedes tener la infección sin presentar ningún síntoma. El virus del papilloma humano es también el causante de prácticamente todos los casos de cáncer cervical en todo el mundo, aunque los subtipos con más probabilidades de provocar cáncer son diferentes de los que suelen originar las verrugas. Sin embargo, muchas personas están infectadas con más de un subtipo. Por lo tanto, la persona con verrugas genitales tienen más probabilidades de estar infectada también con un virus que provoca cáncer.

Síntomas

Los síntomas aparecen en superficies húmedas, especialmente en la entrada de la vagina y del recto en mujeres. En hombres y mujeres, pueden aparecer en cualquier lugar del área genital o anal. Pueden ser planas, pequeñas y de color carne, o bien diminutas y con forma de coliflor. Suelen medir de 1 a 2 milímetros de diámetro pero los racimos que forman pueden ser bastante grandes. En algunos casos, las verrugas pueden ser tan pequeñas que no pueden verse. Las verrugas genitales pueden no causar ninguna síntoma, o pueden provocar picor, quemazón o dolor.

Diagnóstico

Tu médico querrá conocer tu historial médico, tus hábitos sexuales y cualquier episodio anterior de ETS. Después te examinará para buscar la evidencia de verrugas genitales. Una solución similar al vinagre puesta en la piel vuelve a las verrugas blancas y hace el diagnóstico más fácil. Otras pruebas de diagnóstico son:

  • Biopsia: una porción pequeña del tejido se extrae y se examina en un laboratorio.
  • Colposcopia. Un instrumento llamado un colposcopio se utiliza para ver aumentadas y examinar posibles verrugas en la vagina y en el cérvix.
  • El método de Papanicolau

Duración de la enfermedad

Las verrugas genitales pueden desaparecer solas o con tratamiento, o bien pueden permanecer durante años. Es común que vuelvan a aparecer tras extirparlas.

Prevención

La mejor manera de prevenir verrugas genitales es evitar el sexo o tener relaciones sexuales sólo con una persona no infectada. Usar preservativos también puede ayudar a prevenir la infección. Sin embargo, los preservativos no pueden cubrir siempre toda la piel afectada. Los factores que aumentan el riesgo de contagio son:

  • Tener otras ETS
  • Múltiples parejas sexuales
  • Fumar
  • Ciertas deficiencias vitamínicas
  • Las medicamentos o las enfermedades que suprimen el sistema inmunitario, como el SIDA

Si has tenido verrugas genitales deberías examinarte para descartar un cáncer cervical por lo menos una vez al año. El cáncer cervical se puede prevenir con un chequeo regular, y se puede curar en la mayoría de los casos cuando se detecta pronto.

Tratamiento

El tratamiento depende del tamaño y de la localización de las verrugas. Aunque las verrugas pueden extirparse, la infección viral no puede curarse, motivo por el que las verrugas vuelven a aparecer a menudo. Algunos de los medicamentos usados para tratar las verrugas genitales no se pueden utilizar durante el embarazo, así que es importante informar a tu médico si estás embarazada. Las verrugas pequeñas se pueden tratar con fármacos aplicados en la piel. En algunos casos, la aplicación del nitrógeno líquido (crioterapia) en las verrugas congelará el tejido y hará que las verrugas desaparezcan. Algunas verrugas más grandes requieren el tratamiento con láser, o su retirada quirúrgica. No trates las verrugas genitales tú mismo con los medicamentos sin receta utilizados para quitar las verrugas de las manos, porque estos productos químicos pueden dejar el área genital muy dolorida. Tu médico te prescribirá el medicamento adecuado.

En algunos casos, el médico puede utilizar una aguja pequeña para inyectar interferón alfa en cada verruga. Las inyecciones del interferón alfa se utilizan sólo si otros métodos de tratamiento han fracasados o si las verrugas vuelven después de haberse quitado. Te pedirán que evites las relaciones sexuales hasta que se termine el tratamiento.