Autora: Ana Muñoz


La enfermedad de Alzheimer es un desorden progresivo, degenerativo e irreversible del cerebro que causa deterioro intelectual, desorientación y finalmente la muerte. Se estima que el 2-5 % de las personas mayores de 65 años de edad y hasta un 20 % de los mayores 85 años padecen esta enfermedad.

Las causas

La causa exacta de la enfermedad es desconocida. La enfermedad de Alzheimer se asocia a la formación gradual de placas en el cerebro, particularmente en el hipocampo y corteza colindante. Conforme la enfermedad se desarrolla, destruye transmisores químicos usados por las células del cerebro para comunicarse entre sí.

Se piensa que la enfermedad interrumpe la producción de un neurotransmisor importante conocido como acetilcolina, o bien, estimula la superproducción de una enzima, el colinesterasa, que la elimina una vez que ha realizado su función.

Parece que la enfermedad puede ser heredada. Las personas con un progenitor o hermano con Alzheimer tienen una probabilidad cinco veces mayor de desarrollar la enfermedad. Algunos autores piensan que las moléculas de oxígeno altamente reactivas químicamente, conocidas como radicales libres, pueden dañar el tejido y producir Alzheimer. Los radicales libres también se han asociado al cáncer y a la enfermedad cardiaca.

Otras teorías han asociado la enfermedad al propio sistema inmunitario.

Los síntomas

La enfermedad de Alzheimer tiene un inicio gradual. Las características establecidas de la enfermedad incluyen:

  • Juicio pobre o disminuido
  • Dificultad en la ejecución de tareas difíciles
  • Problemas con el lenguaje
  • Desorientación en el tiempo y el espacio
  • Problemas con el pensamiento abstracto
  • Problemas de memoria
  • Cambios de humor y comportamiento
  • Cambios en la personalidad
  • Pérdida de iniciativa.

La enfermedad se asocia a menudo a menudo con depresión, ansiedad y trastornos del sueño. El grado de deterioro varía de un paciente a otro. La enfermedad puede durar de 3 a 20 años, siendo la media de unos 8 años de vida después del diagnóstico.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad?

No hay una única prueba de diagnóstico para la enfermedad de Alzheimer. Los pacientes han de ser examinados por un médico a nivel físico, psiquiátrico y neurológico cuando empiezan a aparecer los síntomas. Los médicos pueden diagnosticar la enfermedad con una exactitud del 90 %, aunque la prueba definitiva que demuestre la existencia de la enfermedad sólo puede obtenerse examinando el cerebro después de la muerte.

Muchas otras enfermedades pueden ser similares al Alzheimer, como los desequilibrios de la tiroides, deficiencia de vitamina B12, lesiones del cerebro, tumores, y depresión.

Tratamiento natural

Se utilizan varios tipos de terapia para intentar estimular a los pacientes de Alzheimer. Éstas incluyen: terapia del arte, músico-terapia, o psicoterapia. También pueden ser útiles los antioxidantes, utilizados para limitar el impacto de los radicales libres.