Autora: Ana Muñoz
Para que tu cerebro esté en forma necesitas dos cosas fundamentales: curiosidad y variedad. Si las cosas que haces te resultan tan fáciles que podrías hacerlas con los ojos cerrados, necesitas cambiar a otra actividad diferente, que suponga un nuevo reto para tu cerebro. La curiosidad acerca del mundo a tu alrededor, cómo funciona o cómo puedes entenderlo, es también un buen modo de mantener tu cerebro en forma.
Estas son algunas sugerencias
1. Aprende nuevas habilidades. El aprendizaje pone en funcionamiento diversas áreas de tu cerebro y te hace pensar cómo hacer ciertas cosas. Puedes aprender a hacer cosas nuevas que además te resulten entretenidas o te aporten algo, como aprender a pintar, hacer manualidades, aprender a cocinar, etc.
2. Utiliza juegos o pasatiempos, como crucigramas, suduko, juegos de ordenador o videoconsola destinados a entrenar tu cerebro. Utiliza juegos que te ayuden a mejorar tu memoria, lógica, matemáticas, etc.
3. Alimentación. Tu cerebro necesita estar bien alimentado para funcionar correctamente y mantenerse ágil. Toma aceite de pescado (o pescados grasos como salmón, atún, caballa, etc.), nueces, semillas de lino y otras semillas. Elimina las grasas hidrogenadas y parcialmente hidrogenadas (trans) de tu dieta y reduce mucho el consumo de grasas saturadas.
4. Apaga el televisor. Ver la tele es una actividad pasiva, que no hace trabajar a tu cerebro y además te roba tiempo para hacer otras cosas o relacionarte con los demás. En vez de encender la tele cada noche, mantén conversaciones con las personas que viven contigo.
5. Cuenta historias o anécdotas. Es el modo como reforzamos los recuerdos, interpretamos sucesos y compartimos nuestras vidas con los demás. Practica tratando de hacer tus historias entretenidas e interesantes.
6. Lee libros diferentes: novelas, ensayos, ciencia, historia, clásicos, etc. Además de hacer trabajar a tu cerebro al leer e imaginar diferentes escenarios, también podrás pensar acerca de lo que lees y sobre las ideas nuevas que te sugieren, charlar con tus amigos de las historias o personajes de los libros, hacer comparaciones entre la vida reflejada en el libro y la tuya o la vida moderna, etc.
7. Haz ejercicio físico o practica algún deporte. Al mover tu cuerpo con movimientos nuevos o aprender ciertas habilidades físicas (como jugar al tenis) también estás ejercitando tu cerebro.
8. Haz pequeños cambios. Por ejemplo, utiliza rutas diferentes a las habituales para ir a los sitios, usa la otra mano para hacer ciertas cosas y, en definitiva, haz algunas cosas de modos diferentes a los habituales.