Autora: Ana Muñoz
La gastritis consiste en una inflamación de la mucosa gástrica. La inflamación puede ser aguda o crónica.
Gastritis aguda
Es un proceso generalmente transitorio. Puede acompañarse de hemorragia y en los casos más graves, de erosiones de la mucosa superficial.
Causas
- Consumo abusivo de antiinflamatorios no esteroideos (AINES), especialmente la aspirina.
- Consumo excesivo de alcohol.
- Tabaquismo intenso.
- Quimioterapia anticancerosa.
- Uremia.
- Infecciones sistémicas (por ejemplo, salmonelosis).
- Estrés importante (por ejemplo, traumatismos, quemaduras, cirugía)
- Isquemia y shock.
Se cree que en estos contextos actúan uno o más de los siguientes factores: incremento de la secreción ácida con retrodifusión hacia la mucosa; disminución de la producción de bicarbonato, que amortigua el efecto del ácido; riego sanguíneo disminuido; rotura de la capa adherente de moco y lesión directa de la capa mucosa del estómago.
Sintomatología y evolución
Dependiendo de la gravedad, la gastritis aguda puede permanecer asintomática; puede causar dolor variable, náuseas y vómitos; o puede presentarse con hemorragia. Un 25 % de las personas que toman aspirina diariamente, por ejemplo, para la artritis reumatoide, desarrollan gastritis aguda, muchos con hemorragia.
Gastritis crónica
Se define como la presencia de inflamación crónica de la mucosa gástrica que produce finalmente atrofia de la misma y alteraciones que pueden ser la base para el desarrollo de carcinomas.
Causas
Infección por Helicobacter pylori. Es la causa más común de la gastritis crónica. La bacteria Helicobacter pylori infecta el revestimiento del estómago y causa una inflamación continua. Esta infección puede llevar a úlceras y daño a largo plazo en el estómago.
Medicamentos. El uso prolongado de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE), como ibuprofeno, aspirina y otros AINE puede irritar el revestimiento gástrico y, con el tiempo, llevar a gastritis crónica. Estos medicamentos inhiben una sustancia llamada prostaglandina, que ayuda a proteger la mucosa gástrica.
Consumo excesivo de alcohol. El alcohol puede irritar y dañar la mucosa del estómago. El abuso prolongado de alcohol aumenta el riesgo de gastritis crónica, ya que favorece la inflamación continua.
Reflujo biliar. El reflujo de bilis hacia el estómago (cuando la bilis desde el intestino llega al estómago) puede irritar el revestimiento del estómago y provocar gastritis crónica.
Estrés y factores emocionales. Aunque el estrés por sí solo no es una causa directa, puede contribuir al desarrollo de gastritis crónica en personas propensas, ya que el estrés crónico puede alterar el equilibrio de los ácidos en el estómago y aumentar la inflamación.
Enfermedades autoinmunes. En algunos casos, el sistema inmunitario ataca por error las células del revestimiento del estómago, lo que lleva a una forma de gastritis crónica conocida como gastritis autoinmune. Esto puede afectar la producción de ácido gástrico y causar deficiencias de vitamina B12.
Trastornos del sistema inmunitario. Algunas enfermedades como la enfermedad de Crohn o la sarcoidosis pueden predisponer a la gastritis crónica debido a la inflamación generalizada del cuerpo.
Edad avanzada. Con la edad, el revestimiento del estómago tiende a debilitarse, lo que aumenta el riesgo de desarrollar gastritis crónica.
Dieta inapropiada. El consumo excesivo de alimentos picantes o muy ácidos o una dieta desordenada puede irritar el estómago y favorecer la aparición de gastritis.
Tabaco. Fumar puede empeorar la gastritis, ya que aumenta la producción de ácido en el estómago y daña la mucosa gástrica.
Síntomas y evolución
La gastritis crónica tiene normalmente pocos síntomas. Pueden producirse náuseas, vómitos y molestias en la parte superior del abdomen. También puede producirse úlcera péptica y cáncer de estómago.
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