Autora: Ana Muñoz

El drenaje linfático es un método terapéutico que consiste en descongestionar, desbloquear y redirigir el flujo de la linfa a través del sistema linfático.

El sistema linfático

Está formado por una red de vasos linfáticos por los que circulad un líquido llamado linfa, de una composición similar al plasma sanguíneo. Su misión consiste en recuperar el exceso de líquido y proteínas de los tejidos y devolverlos a la circulación sanguínea.

En su flujo a través del sistema linfático, la linfa se encarga de arrastrar toxinas, gérmenes y moléculas grandes que el sistema venoso no puede recuperar. Puede eliminar proteínas atrapadas y moléculas de grasa de los tejidos. A su paso por el sistema linfático atraviesa ciertas zonas llamadas ganglios linfáticos, donde deja las sustancias tóxicas y gérmenes que ha recogido durante su circulación. En los ganglios linfáticos es donde se encuentran los linfocitos, células que forman parte del sistema inmunitario, encargado de atrapar y destruir las partículas tóxicas y extrañas mediante, por ejemplo, la formación de anticuerpos. Por ejemplo, cuando una persona tiene amigdalitis, esto significa que tiene inflamados los ganglios linfáticos del cuello, debido a que se ha producido una infección y los gérmenes han sido atrapados en esta zona por dos motivos: 1) impedir que pasen a las vías respiratorias bajas y pulmón, donde el daño que causarían sería más grave y 2) destruirlos.

Por tanto, el sistema linfático juega un papel importante en le mantenimiento de la salud.

Sin embargo, el flujo linfático puede estancarse e incluso detenerse, por diversos motivos, como fatiga, estrés, shock emocional, falta de actividad física, ciertos aditivos alimenticios, etc. Si esto sucede, se acumulan toxinas, acelerando el proceso de envejecimiento y dando paso a varios problemas físicos.

¿Qué es el drenaje linfático?

El drenaje linfático consiste en la utilización de las manos y los dedos para evaluar el flujo de la linfa, detectar zonas de estancamiento y redirigir la linfa estancada por otras vía alternativas, de modo que se reanude la circulación linfática normal. La estimulación se produce de un modo suave y lento, estimulando el funcionamiento del sistema.

Las tres acciones principales del drenaje linfático son:

1. Estimula la circulación de los fluidos del cuerpo. Activa la función y la circulación linfática e indirectamente estimula la circulación de la sangre.

2. Estimulación del sistema inmunitario. El paso de la linfa en los ganglios linfáticos estimula el sistema inmunitario. La estimulación de la circulación linfática activa la presentación antígeno/anticuerpo y reacciones inmunitarias.

3. Estimula el sistema nervioso parasimpático (efecto relajante y antiespasmódico)

Beneficios

Reducción de edemas

Detoxicación del cuerpo

Alivio de numerosas inflamaciones crónicas y subagudas, como sinusitis, bronquitis y otitis.

Alivio del dolor crónico

Regeneración de tejido en quemaduras, heridas, estrías y arrugas

Reducción de los síntomas en la fatiga crónica y fibromialgia.

Acción antiespasmódica que alivia trastornos como hipertono muscular y algunas formas de estreñimiento.

Tratamiento de insomnio, estrés, pérdida de vitalidad y pérdida de memoria.

Efecto antienvejecimiento.