Autora: Ana Muñoz
Consiste en el tratamiento de las enfermedades mediante plantas medicinales, basada en la investigación y la experimentación de sus efectos y propiedades. Existen varios centenares de plantas con acción terapéutica probada y muchas de ellas se encuentran en farmacopeas oficiales.
Pero no sólo el ser humano utiliza las plantas medicinales para curarse, sino que también los animales saben en ocasiones cómo valerse de la naturaleza para sanarse.
El lobo escarba en la tierra para desenterrar la raíz de la dragonera tras ser mordido por una serpiente venenosa y la rata almizclera, tras ser herida por un objeto punzante, trepa a un pino y recubre sus heridas con resina, que luego expone alternativamente al sol y a la sombra para activar su cicatrización.
A lo largo de la historia de la humanidad, la fitoterapia ha sido ampliamente utilizada. Un libro sumerio, escrito en tablillas de arcilla en escritura cuneiforme, es el manual de medicina más antiguo conocido. En él aparecen formulas medicinales preparadas con plantas. En el antiguo Egipto se utilizaba también este tipo de medicina, así como en Grecia y el Imperio Romano. A partir del siglo XI aparece la escuela de Salerno, que va a convertirse en el centro cumbre de la medicina mundial. Entre los siglos XII y XIV aparecen una serie de obras sobre plantas medicinales cuyos autores son miembros de esta escuela.
El descubrimiento de América hace que nos lleguen plantas medicinales desconocidas en España. En el antiguo México y Perú, los conocimientos del poder curativo de las plantas eran amplios, hasta el punto de ser preferidos por los conquistadores, frente a los conocimientos de los médicos españoles. De allí proceden plantas que se han convertido en los pilares de la farmacopea de los últimos 5 siglos: el opio, la ipecacuana, la digital y la quina.
La enfermedad se define como el resultado de la violación, intencional o no, de las leyes de la naturaleza, de manera que el único camino por el que se puede restablecer la salud consiste en ayudar a la naturaleza en el proceso curativo a través de la eliminación de venenos y toxinas mediante los canales naturales del cuerpo. La naturaleza proporciona las sustancias que contienen los ingredientes necesarios para curar las dolencias de la humanidad.
¿Cómo funcionan las plantas medicinales?
En ellas se encuentran una serie de sustancias llamadas principios activos, que producen diversos efectos en el organismo. Gran parte de la farmacopea de la medicina ortodoxa utiliza principios activos procedentes de plantas, ya sea aislados de ellas o sintetizados en laboratorios. Sin embargo, la ventaja del empleo de las plantas está en que, junto a sus principios activos, existen muchos constituyentes que potencian su acción y la hacen más completa y duradera que el principio activo aislado.
Veamos algunos ejemplos de utilización de las plantas y sus principios activos:
Brauneria pallida. También llamada echinacea angustifolia.
Constituyentes: aceite, resina, sucrosa, betaína, dos fitosteroles con oleico (ácido), ácido cerótico, linoico y palmítico.
Usos: aumenta la resistencia corporal a las infecciones y es utilizada en forúnculos, erisipelas, septicemias, cáncer, sífilis. Es un poderoso antiséptico, alterativo y afrodisíaco, utilizado a menudo en la difteria.
Eugenia aromática
Constituyentes: aceite volátil, gallo (amargo), ácido tánico, goma, resina, cariofilina, eugenol, vanilina, cera verde, etc.
Usos: náuseas, vómitos, flatulencias, cólicos, indigestiones, etc. Es considerada el más poderos antiséptico, mucho más que el bicloruro de mercurio.