Autora: Ana Muñoz
En la tradición china existen cientos de métodos y prácticas para la autocuración basadas en el control y equilibrio de la energía vital, llamada Qi.
El término general para designar a estos métodos recibe el nombre de Qigong. El Tai Chi es una forma de Qigong. Consiste generalmente en 108 movimientos separados que se conectan entre ellos siguiendo un orden específico.
Existen varios tipos de Tai Chi, que incluyen: el estilo Yang, el estilo Chen, el estilo Wu, entre otros. Casi todas estas formas de Tai Chi han creado una forma abreviada, compuesta por un número de movimientos que oscila entre 20 y 40, que permite a los principiantes aprender más rápidamente.
La práctica del Tai Chi fomenta la salud y tiene efectos terapéuticos tanto a nivel físico como emocional. El flujo de energía vital del cuerpo se ve equilibrado y estimulado mediante los movimientos lentos y meditativos del TaiChi. Al mismo tiempo, se mejora la llegada de oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo, aumenta la capacidad del sistema linfático para eliminar los productos de desecho del metabolismo, se refuerza el sistema inmunitario.
Los movimientos del Tai Chi se describen a veces como un kung fu a cámara lenta. Su práctica regular aumenta la flexibilidad y la fuerza y mejora el sistema cardiovascular, libera el estrés y la ansiedad, libera la tensión muscular y alivia la artritis y dolores musculares.
Durante la Revolución Cultural de los años sesenta en China (revolución política e ideológica en el seno del partido comunista chino), una etapa especialmente oscura en la historia de este país, se prohibieron todas las formas del Qigong que tenían una base intelectual o espiritual y fueron consideradas crímenes contra las personas. Casi todas las formas de Tai Chi se prohibieron también. Tras este periodo, ciertos aspectos de la antigua tradición china se recuperaron. Conforme se fue viendo que muchas formas del Qigong eran beneficiosas para la salud, su práctica se fue incrementando.
Ahora, en China millones de ciudadanos practican el Tai Chi cada día. Algunos de forma individual, otros en grupos grandes o pequeños, otros con espadas, otros con grades abanicos rojos.
El aprendizaje del Tai Chi es lento, por eso suele aconsejarse que se empiece con formas más simples del Qigong, sobre todo aquellas personas que están muy ocupadas, son ancianas o padecen enfermedades.