Autora: Ana Muñoz


Las causas principales de los hematomas son los golpes y las caídas. Las personas obesas y las anémicas tienden a tener hematomas con facilidad. Deficiencias nutricionales, como falta de vitaminas C y K, hierro, bioflavonoides y otros también pueden contribuir a la aparición de hematomas. Los hematomas que aparecen de forma inexplicable pueden deberse a alguna enfermedad, como leucemia, hemofilia, un trastorno de la coagulación de la sangre, etc.

Los padres deberían llevar a médico a sus hijos en los siguientes casos:

  • Los hematomas se encuentran en la cabeza o en los ojos.
  • Aparecen sin causa aparente.
  • Un golpe pequeño produce un gran hematoma.
  • Están localizados en lugares inusuales, como la espalda, la parte interna de los brazos, la pantorrilla, etc.
  • Tiene dificultades para andar, hablar o ver, o parece somnoliento o mareado.

Cualquier persona, sea cual sea su edad, debería ir al médico si los hematomas aparecen acompañados de fiebre o si no se curan.

Algunos medicamentos, como la aspirina, pueden provocar hematomas.

Alimentación

Las verduras de hoja verde aportan minerales que contribuyen a la curación de los hematomas, como la vitamina C o K.

Cítricos, pimientos y otras frutas y verduras de colores brillantes aportan bioflavonoides, que contribuyen a la curación.

El salmón, las nueces y las semillas de lino aportan ácidos grasos esenciales que ayudan en la reparación de los tejidos dañados.

Las coles de Bruselas, el brócoli, las patatas y los cítricos son una buena fuente de vitamina C.

Suplementos

Bromelina. Es un antiinflamatorio natural cuando se toma en ayunas. Toma 500 mg tres veces al día entre las comidas.

Vitamina C. Toma de 500 a 1000 mg tres veces al día. Esta vitamina se utiliza para producir colágeno, que mantiene unido el tejido conectivo. La vitamina C ayuda también en la curación de las heridas.

Bioflavonoides. Toma un complejo de diversos bioflavonoides: 500 mg tres veces al día. Tienen un efecto similar al de la vitamina C y aumentan su efecto terapéutico.

Aceite de árnica. Se aplica sobre la piel en la zona afectada dos veces al día. Tiene propiedades antiinflamatorias. No debe aplicarse sobre la piel abierta.

Vitamina K. Toma 2 mg diariamente durante dos semanas en un hematoma agudo, y 500 al día mg como preventivo. Esta vitamina interviene en la coagulación de la sangre. No debes usarlo si estás tomando medicamentos anticoagulantes.

Ácidos grasos esenciales. Toma 3 gramos de aceite de pescado o 1 cucharada de aceite de semillas de lino una vez al día. Son necesarios para la curación de los ejidos dañados.

Homeopatía

Utiliza una potencia 30 CH: cuatro veces al día para casos agudos y dos veces al día durante dos semanas para casos crónicos. Deja de tomarlo cuando empieces a notar mejoría, a no ser que reaparezcan los síntomas. Elige el remedio que mejor describa tus síntomas, de los siguientes:

Arnica

Es el remedio principal en casos de daños a los tejidos blandos. Los síntomas empeoran con el tacto y el movimiento y mejoran con compresas frías.

Bellis perennis

Se usa en casos de daño a tejidos internos, sobre todo en abdomen, espalda y mamas. Se usa también en casos de hematomas que no responden al arnica. Pueden aparecer hinchazones y tumores en la zona afectada. Los síntomas empeoran con los baños fríos y el tacto y mejoran con el movimiento y al frotar le herida.

Ferrum phosphoricum

Cuando la causa es la anemia.

Hamamelis

Cuando el dolor del hematoma es intenso. hematomas en los ojos. Los síntomas empeoran con las aplicaciones frías y la presión.

Ledum

Cuando los hematomas se deben a heridas punzantes, también en casos de esguinces. Los síntomas mejoran con aplicaciones frías.

Sulphuricum acidum

hematomas grandes, rojos o azul oscuro, que pican y no se curan, sobre todo después de usar arnica. La persona se siente debilitada por el traumatismo.

Aromaterapia

Añade dos gotas de aceite esencial de lavanda a un aceite base de masaje y masajea la zona afectada dos veces al día.

Hidroterapia

Aplica hielo durante las primeras 24 horas. Después alterna compresas calientes (un minuto) y frías (un minuto) y repite cuatro veces. Haz esto dos veces al día. Esto mejora la circulación al área afectada y acelera la curación.