Autora: Ana Muñoz

La menopausia es un estado natural que hace referencia al fin de la menstruación. Por tanto, no es una enfermedad ni debería ser definida como tal. Por desgracia, la medicina convencional se empeña en considerarla una enfermedad y administrar hormonas sintéticas. Sin embargo, los riesgos de estas hormonas son mucho mayores que sus beneficios, pues pueden producir cáncer de mama y enfermedad cardiovascular, como ha podido comprobarse en diversos estudios, incluido el de Women's Health Initiative, con 16000 mujeres, que tuvo que ser suspendido debido al aumento de incidencia de cáncer en las mujeres tratadas con hormonas sintéticas (Premarin y Provera).

Los cambios asociados a la menopausia pueden empezar varios años antes de que se establezca la menopausia propiamente dicha, con periodos erráticos, a veces con intenso sangrado o con un sangrado muy leve. Esta fase recibe el nombre de perimenopausia y proporciona una oportunidad para prepararse tanto física como emocionalmente para la transición que está por venir. Durante la perimenopausia, los ovarios no ovulan de un modo regular. La menopausia propiamente dicha comienza a mediados de los 40 o a principios de los 50 años de edad.

El ciclo menstrual se detiene cuando los ovarios dejan de producir suficientes hormonas (estrógeno y progesterona). Se dice que una mujer tiene la menopausia cuando ha estado sin menstruación durante un año.

Las mujeres reaccionan ante la menopausia de diversas maneras. Algunas no tienen ningún problema, mientras que otras pueden tener sequedad vaginal, sofocos, palpitaciones y cambios de humor, a veces durante años. Sin embargo, si una mujer está sana, bien alimentada y realiza ejercicio con regularidad, sus glándulas adrenales responden a la menopausia creando hormonas precursoras que se transforman luego en estrógenos y progesterona.

Para las mujeres cuyos síntomas son leves o moderados, puede bastar con realizar ejercicio, una alimentación adecuada y utilizar suplementos que equilibren las hormonas existentes en el organismo. En los casos en los que sea necesario el uso de hormonas, pueden utilizarse hormonas naturales, que han demostrado ser seguras y efectivas.

Alimentación

Si sigues estas sugerencias al inicio de la perimenopausia, tendrás muchos menos problemas cuando la menopausia comience.

Toma una dieta rica en vegetales, sobre todo, cereales integrales, legumbres, verduras y frutas, pues contienen fitosteroles, que equilibran los niveles hormonales y aportan fibra.

Consume soja, tofu, miso y semillas de lino, pues son una fuente importante de fitoestrógenos.

Los ácidos grasos esenciales favorecen la salud del corazón y la piel, entre otras virtudes. Se encuentran en pescados como el salmón, la caballa y el atún, así como en las semillas de lino o aceite de semillas de lino.

Toma dos cucharadas de semillas de lino al día, con agua, pues equilibran los niveles de estrógenos y reducen el colesterol.

Bebe un vaso de agua cada dos horas, para eliminar toxinas y mantener tu cuerpo hidratado.

Reduce el consumo de carne roja y otras fuentes de grasas saturadas. Procura que los productos animales que tomes estén libres de hormonas.

Evita las bebidas carbonatadas, pues disminuyen los niveles de calcio de tu cuerpo. Evita también la cafeína y el alcohol, que agravan los sofocos.

Detoxificación

Haz un ayuno de tres días a base de zumos de fruta y verdura cada tres meses.

Hierbas y suplementos

Cimicifuca (Cimicifuga racemosa)

Alivia gran parte de los síntomas, incluyendo los sofocos. Toma 80 mg una o dos veces al día.

Crema de progesterona natural

Durante la perimenopausia, aplica un cuarto de cucharadita (20 mg) en la parte interna de tus muñecas y antebrazos una o dos veces al día, desde el día 14 al 25 de tu ciclo.

Durante la menopausia, aplica la misma cantidad dos veces al día, tres o cuatro semanas al mes.

Las mujeres en la postmenopausia, pueden aplicarse un octavo de cucharadita (10 mg) una vez al día, tres semanas al mes.

Sauzgatillo (Vitex agnus castus)

Alivia los sofocos y trata las menstruaciones demasiado copiosas en mujeres perimenopausicas. Toma de 160 a 240 mg al día de un extracto que contenga un 0.6 % de aucubina. No la uses si estás tomando píldoras anticonceptivas.

Ginseng americano (Panax quinquefolius)

Mejora la función adrenal, aumenta la energía, relaja el sistema nervioso y tiene un efecto refrescante.

Lúpulo (Humulus lupulus)

Reduce la ansiedad y la tensión y tiene un ligero efecto equilibrador de las hormonas. Toma 250 mg de dos a tres veces al día.

Rhemania (Rhemannia glutinosa)

Es una hierba china que reduce síntomas como sofocos, palpitaciones, sudores nocturnos y otros. Toma de 25 a 100 mg al día.

Aromaterapia

Geranio y rosa. Estos aceites esenciales tienen un ligero efecto equilibrador de los niveles hormonales y reducen el estrés. Añade uno de ellos a un baño o a un aceite para masaje.

Bergamota y jazmín. Puedes usar estos aceites esenciales para mejorar tu estado de ánimo y sentirte más animada.

Pachulí y ylang ylanag. Tienen un efecto calmante, al tiempo que estimulan el deseo sexual. Puedes usarlo en un baño, masaje o difusor.

Acupresión

Punto 24,5 de vaso gobernador. Trabaja este punto para regular las glándulas y para el dolor de cabeza y sofocos.

Punto 20 de vaso gobernador. Para mejorar la concentración y la memoria y aliviar el dolor de cabeza.

Punto 17 de vaso concepción. Para aliviar la tensión y ayudarte a dormir. También para reducir los sofocos.

Punto 6 de pericardio. Para la ansiedad con palpitaciones o para aliviar la tensión.

Punto 60 de vejiga. Para fortalecer el tracto urinario.

Homeopatía

Toma tres gránulos de una potencia 30 CH dos veces al día durante dos semanas. Cuando notes mejoría de la de tomarla, a no ser que los síntomas vuelvan. Elige el remedio que describa mejor tus síntomas:

Belladona

Sofocos repentinos que hacen que la cara se ponga roja. Sensación pulsante en la cabeza u otras áreas del cuerpo, acompañada de calor. Palpitaciones, inquietud y dolores de cabeza en el lado derecho.

Calcarea carbonica

Sudores nocturnos, periodos muy abundantes, sofocos incluso aunque tengas frío. Ansiedad, fatiga, sensación de estar abrumada. Puede haber calambres en las piernas. Deseo de huevos y dulces. Ganancia de peso durante la menopausia.

Lachesis

Sofocos, dolor de cabeza, ansiedad, insomnio, problemas de memoria y concentración. Palpitaciones que empeoran tumbada sobre el lado izquierdo. Mujeres muy habladoras, con emociones intensas como celos, ira, desconfianza. Aumento del deseo sexual durante la menopausia.

Natrum muriaticum

Dolores de espalda, migrañas, deseo de sal y bebidas frías, sofocos, sequedad vaginal. Los síntomas empeoran con el sol. Depresión, aversión a la gente, llora con facilidad.

Oophorinum

Sofocos en mujeres a quienes les han extirpado los ovarios.

Pulsatilla

Cambios de humor, mujeres llorosas, con gran deseo de dulces y chocolate. Se sienten peor en una habitación caldeada, gran deseo de aire fresco.

Sepia

Mujeres con menopausia que experimentan dolor o ansiedad durante el acto sexual, principalmente debido a sequedad vaginal. Si todavía hay menstruaciones, son muy abundantes. Prolapso uterino. Incontinencia. Mujeres irritables, exhaustas, con aversión al sexo.

Sulphur

Sofocos y sudores nocturnos. Mujeres que sudan con facilidad, calurosas, con deseo de bebidas heladas.

Reflexología

Trabaja las zonas de pie correspondientes a los ovarios, las trompas de Falopio y todas las glándulas.

Para aliviar el estrés, trabaja la zona correspondiente al plexo solar.