Autora: Ana Muñoz


La técnica de los avisos que hemos descrito puede no ser suficiente cuando se trata de corregir comportamientos más graves, como robar, acosar a otros niños, destruir propiedades ajenas, mentir, llegar tarde por la noche, faltar a clase, fumar, beber alcohol, etc.

Algunos preadolescentes realizan este tipo de comportamientos ocasionalmente, a veces influenciados por otros niños. Si los padres responden de un modo firme y con un castigo justo y adecuado, estos niños no vuelven a reincidir. Es importante cortar este tipo de comportamiento en cuanto aparece, pues cuanto mayor sea el niño más complicado resultará cambiarlo sin ayuda de un psicólogo.

El sistema que explicamos a continuación es bastante simple y fácil de llevar a cabo. Consiste en dividir los comportamientos inadecuados en categorías según su gravedad y tener establecidos de antemano los castigos correspondientes:

1. Grave. Para comportamientos considerados graves, los castigos posibles pueden ser:

- Restricción. Durante dos semanas deberá irse directamente a su habitación después de cenar, sin ver la tele y sin ningún aparato electrónico, como ordenador, teléfono, videojuegos, etc.

- Multa. Deberá pagar 20 euros de multa o el doble del valor de la propiedad dañada o robada.

- Tareas. Quince horas de trabajo en tareas de la casa.

- Servicio comunitario. Quince horas de trabajo voluntario en alguna organización.

- Actividad educativa. Hacer un trabajo de investigación sobre algún tema y escribir un ensayo de 8 páginas. Por ejemplo, si el castigo es por fumar, puede hacer el trabajo sobre los efectos negativos del tabaco.

2. Medio. Para comportamientos de gravedad media:

- Restricción. Durante una semana deberá irse directamente a su habitación después de cenar, sin ver la tele y sin ningún aparato electrónico, como ordenador, teléfono, videojuegos, etc.

- Multa. Deberá pagar 10 euros de multa o el doble del valor de la propiedad dañada o robada.

- Tareas. Ocho horas de trabajo en tareas de la casa.

- Servicio comunitario. Ocho horas de trabajo voluntario en alguna organización.

- Actividad educativa. Hacer un trabajo de investigación sobre algún tema y escribir un ensayo de 4 páginas.

3. Leve. Ten en cuenta que en todo este artículo estamos hablando de comportamientos de cierta gravedad, por lo que la palabra leve haría referencia al comportamiento menos grave dentro de este grupo.

- Restricción. Durante dos días deberá irse directamente a su habitación después de cenar, sin ver la tele y sin ningún aparato electrónico, como ordenador, teléfono, videojuegos, etc.

- Multa. Deberá pagar 5 euros de multa o el doble del valor de la propiedad dañada o robada.

- Tareas. Cuatro horas de trabajo en tareas de la casa.

- Servicio comunitario. Cuatro horas de trabajo voluntario en alguna organización.

- Actividad educativa. Hacer un trabajo de investigación sobre algún tema y escribir un ensayo de 2 páginas.

Puedes modificar esta lista para crear tus propios castigos, pero los castigos no deben ser tan duros que no puedan cumplirse (como aplicar una restricción de un año). Si consideras la ofensa más que grave, puedes utilizar dos de los castigos de la categoría, como la restricción de dos semanas más el pago del objeto dañado, por ejemplo.

Después puedes hacer una lista de comportamientos que entrarían en una u otra categoría. Por ejemplo, llegar una hora tarde a casa por la noche, podría estar en la categoría "leve", mientras que llegar más de dos horas tarde estaría en la categoría "grave". De este modo, al tener categorizados de antemano tanto los comportamientos como los castigos apropiados, te será más fácil aplicar el castigo con rapidez. Si se trata de un comportamiento que no tienes categorizado, tan sólo deberás pensar en qué categoría cae (grave, media o leve) y elegir uno de los castigos de esa categoría. Algunas personas les dan a elegir a sus hijos entre los castigos de la categoría, mientras que otras prefieren elegir ellas.

Es muy importante que a la hora de aplicar un castigo siempre debes mantener la calma y la serenidad, sin gritos, ni enfados, ni exageraciones, tan solo dar una breve explicación de por qué ha actuado mal (si no lo sabe) y luego aplicar el castigo sin discutir. Es aconsejable que leas también el artículo sobre la técnica de los avisos, pues se dan indicaciones sobre cómo debes comportarte tú al aplicar los castigos.

Si tu hijo suele incurrir en comportamientos de este tipo con frecuencia, además de los castigos puedes ir anotando los días seguidos que pasa sin portarse mal y cuando alcance un número determinado de días, puedes hacer algo especial con él o ella, como acompañarle a un parque de atracciones o ir a cualquier otro lugar que le guste.

Si este comportamiento continua a pesar de todo, deberías llevarlo a un psicólogo que le ayude a cambiar.