Durante décadas nos han dicho que los estudiantes de sexo masculino son mejores en matemática mientras que las de sexo femenino son mejores en habilidad verbal. O que ellos son mejores en ciencias y ellas en letras. En definitiva, la sociedad en que vivimos ha estado empeñada desde hace mucho tiempo en establecer diferencias entre ambos sexos que perjudican a las personas en vez de ayudarlas, al restringir sus posibilidades laborales y personales.
Sin embargo, el número de estudios realizados es ya tan grande que es imposible seguir haciendo esas afirmaciones. A la hora de revisar los estudios realizados y sus conclusiones es muy importante tener en cuenta que dos estudios que pretenden medir lo mismo pueden obtener resultados diferentes. Por este motivo, una investigación no muestra necesariamente la realidad. Para tener una idea acertada, tenemos que hacer muchas investigaciones sobre un mismo tema y luego hacer un análisis de todas ellas para poder sacar conclusiones veraces.
Y esto es lo que han hecho los investigadores para saber si existen realmente diferencias entre los sexos en sus habilidades cognitivas o de otro tipo. Tras examinar una gran cantidad de investigaciones, las conclusiones muestran que no existen diferencias o que son bastante pequeñas. En la capacidad para las matemáticas, por ejemplo, no existen diferencias entre hombres y mujeres.
En la capacidad verbal, los investigadores informaron de una ventaja para las mujeres tan pequeña que apenas podía considerarse significativa. De hecho, los investigadores no encontraron ninguna diferencia significativa en ningún componente del procesamiento verbal.
Otros estudios han ido más allá de las diferencias cognitivas y han hecho análisis de gran cantidad de estudios sobre otras supuestas diferencias entre ambos sexos y, aunque resultará sorprendente a muchas personas, tampoco han encontrado diferencias significativas en otras variables como los estilos de comunicación, variables sociales y de personalidad, conductas motoras o razonamiento moral. En la mitad de los estudios, las diferencias encontradas eran muy pequeñas y en otros eran prácticamente inexistentes.
En la aptitud para las ciencias obtenemos de nuevo los mismos resultados: ambos sexos están igual de capacitados para cualquier tarea de tipo científico.
Las diferencias que aún se encuentran en algunos estudios parecen deberse más bien a la influencia de la educación y las experiencias vividas. Por ejemplo, si una persona piensa que no es buena en ciencias debido a las creencias de su entorno, tenderá a huir de cualquier experiencia que le ayude a desarrollar sus habilidades científicas y tenderá a no esforzarse al pensar que no servirá de nada o por temor a fracasar.
De hecho, con el paso del tiempo, conforme las brechas que tendían a separar ambos sexos se han ido estrechando y la sociedad ha ido tratándonos con mayor igualdad, las diferencias que había en el pasado se han ido diluyendo cada vez más.
En la actualidad existen cada vez más personas que no se sienten bien incluidas dentro de los estereotipos de sexo y que no quieren limitarse a ser (o actuar, o vestir) como se supone que deben ser por pertenecer a uno o otro sexo sino que prefieren poder elegir libremente entre todo el amplio abanico de posibilidades que existen.
Por tanto, si eres una de esas personas a las que la sociedad o el ambiente en el que viven les ha metido en la cabeza que no pueden hacer o ser o pensar o sentir algo por pertenecer a uno u otro sexo, olvida esa idea por completo pues es totalmente falsa. Al igual que los hombres, las mujeres pueden ser excelentes matemáticas, físicas, ingenieras o informáticas. Dado que la mayoría de las profesiones del futuro estarán centradas alrededor de la ciencias, ingenierías, informática, robótica y salud, principalmente, es muy importante que las mujeres acaben por desechar por completo esas falsas creencias. Si eres una chica adolescente que está leyendo este artículo, piensa que tal vez en el futuro puedas trabajar en el desarrollo de la inteligencia artificial (o cualquier otro aspecto) de los muchos robots con los que compartiremos el futuro.