Autora: Ana Muñoz
1. Evita las dietas y haz cambios reales. El 95 % de las personas que hacen dietas recuperan el peso perdido cuando dejan la dieta. En vez de hacer una dieta que implique alterar de manera significativa lo que comes y cuánto comes, introduce pequeños cambios paulatinos pero permanentes en tu forma de alimentarte (cantidad, tipo de comida, modo de comer, etc.) cada día. Pregúntate todos los días: ¿qué puedo hacer hoy para hacer mi alimentación más sana?
2. Estar sentado engorda. Si estás sentado en el trabajo o delante del televisor durante horas cada día, engordarás aunque hagas ejercicio. Levántate cada hora y camina o muévete un poco.
3. Esconde toda tu comida. Si la puedes ver, hay más probabilidades de que te la comas. No dejes esa bolsa de patatas o ese paquete de galletas encima de la mesa. Guarda cada cosas en su sitio.
4. Deja de comer cuando no tengas hambre. No comas hasta estar lleno. Si estás habituado a comer hasta no poder más, practica dejando de comer un poco antes hasta ir acostumbrándote.
5. Sírvete raciones más pequeñas. A menudo comemos hasta dejar el plato limpio, así que poner algo menos (un 20 % menos) en el plato te puede ayudar a adelgazar.
6. Cada vez que tomes verduras, añade un 20 % más de lo habitual a tu plato. No hagas esto si las verduras llevan salsas que tengan muchas calorías.
7. Usa platos más pequeños. Así engañarás a tu cerebro haciéndole creer que estás comiendo más, pues verás el plato lleno. También puedes esparcir la comida para llenar todo el plato o usar verduras para llenar los huecos.
8. No uses la comida como premio o consuelo. Úsala sólo para nutrir tu cuerpo y encuentra otros modos de recompensarte o consolarte.
9. Come solo del plato. Si vas a comer patatas fritas o cosas similares que vienen en bolsas, saca una cantidad y ponla en un plato. Así controlarás la cantidad que tomas. No dejes la bolsa al lado para llenar el plato con facilidad; guárdala en la cocina.
10. Primero comer, luego beber. Durante una comida, una persona puede beberse un par de refrescos, zumos, cervezas, etc. Esto añade muchas calorías a la comida. Bebe una poca cantidad de agua durante la comida, y el resto cuando termines.
11. Come despacio. Hace falta que pasen al menos 20 minutos después de terminar de comer, para que tu estómago le transmita a tu cerebro la señal de que está lleno. Si terminas de comer en 10 minutos no le darás tiempo. Por tanto, después de cada bocado deja el cubierto en la mesa y no lo cojas hasta haber tragado lo que tienes en la boca. Esto hará que vayas más lento.
12. No pienses en comida. Si piensas en comida, tu páncreas libera insulina para preparar tu cuerpo para comer. La insulina extra hace bajar tu nivel de glucosa en sangre y te hace sentir hambre. Si piensas en comida, centra tu atención en otra cosa para distraerte.
13. Sírvete en la cocina, no en la mesa, así no podrás repetir.