Autora: Ana Muñoz
Pesimismo, frustración, depresión de causa conocida
Estado de ánimo deprimido, vacío y pesimista, con escepticismo, dudas y falta de confianza respecto al futuro y a la vida en general. Las dificultades imprevistas desalientan y decepcionan y se deprimen cuando las cosas no ocurren como habían imaginado o cuando algo sale mal.
Se trata de personas que pueden venirse abajo ante el surgimiento de un nuevo problema o cualquier obstáculo, como si el más mínimo percance fuese la gota que colma el vaso.
No toleran bien la frustración y se desaniman fácilmente ante cualquier percance, inconveniente u obstáculo. Ante el fracaso, piensan enseguida que son unos fracasados y que jamás lograrán nada, por lo que no es raro que se depriman.
No adoptan una actitud de solución de problemas sino que perciben dichos problemas como barreras casi infranqueables que surgen una y otra vez para dificultarles la vida e impedirles ser felices.
Suelen ser pesimistas, esperan lo peor para no sufrir decepciones y porque piensan que lo que puede salir mal seguro que sale mal. Esta actitud se debe a menudo a que llevan ya muchos fracasos o decepciones a sus espaldas y ya no tienen esperanzas de lograr nada, piensan que nada va a mejorar, están cansados de que “todo salga siempre mal”.
Se utiliza en casos de depresiones de causa conocida, como la que sigue a una pérdida de algo o alguien importante.