El síndrome de fatiga crónica se caracteriza por una fatiga persistente y debilitante que va acompañada de otros síntomas físicos y psíquicos.
El tratamiento homeopático más efectivo es el que está basado en la selección del remedio constitucional; es decir, el medicamento más apropiado para cada persona en función de sus síntomas particulares, y debe ser seleccionado por un médico homeópata experimentado. Aunque varias personas estén diagnosticadas del mismo trastorno, como el síndrome de fatiga crónica, el medicamento que cada persona necesite puede ser diferente, por eso es necesario realizar un estudio detallado de los síntomas del paciente.
Remedios homeopáticos
Kali phosphoricum. Cansancio por exceso de trabajo, tras una enfermedad grave o por shocks metales o físicos, que traen como consecuencia un verdadero drenaje de la energía nerviosa. Depresión de cuerpo y mente, marcada tristeza, sobre todo al despertar. Gran desaliento en todo lo que se refiere a su trabajo. Indiferente a la alegría. Memoria pobre, problemas de concentración, sentidos embotados, el trabajo mental se le hace imposible. Está como ausente, distraído, sin voluntad, y tiene aversión a que le hablen y a contestar, aunque prefiere estar acompañado. Se sobresalta con facilidad, constante estado de ansiedad, tiende a ver el lado malo de todo. Irritabilidad, impaciencia.
Phosphoricum acidum. Se usa en personas con debilidad de origen nervioso procedente de una pena o duelo continuado, trabajo mental excesivo, excesos sexuales o cualquier presión nerviosa sobre la mente o el cuerpo. Este remedio se caracteriza por indiferencia, apatía, y torpeza física y mental. Existe una sensación de quemazón en la columna y los miembros y la persona tiende a estar aletargada y apática. Cualquier intento de realizar un trabajo mental, como estudiar, hace que la cabeza y los miembros se sientan pesados.
Gelsemium. Torpeza mental, incapacidad para concentrarse, confusión, letargo; vértigos, dolor en la base del cráneo, migrañas, sensación de mareo, personas en quienes las emociones repentinas provocan diarrea o indigestión. Es típico de este medicamento la ansiedad por anticipación de acontecimientos poco frecuentes o importantes (una entrevista una cita, un examen, etc.). Se trata de una mezcla de ansiedad, inseguridad y miedo y le da vueltas mentalmente una y otra vez. Todo trabajo mental le es imposible o le agrava. Falta de confianza en uno mismo, timidez, miedos sociales. Gran debilidad y cansancio, pesadez general, falta de poder en los músculos, temblores musculares. Párpados pesados, caídos.
Picricum acidum. Se usa en casos de fatiga mental, sobre todo como consecuencia de exceso de trabajo mental. Existe un estado de inactividad mental, con un deseo de estar tumbado y descansar. El menor esfuerzo trae consigo agotamiento y dolor de cabeza, que incapacita para trabajar y se lleva el coraje para esforzarse y trabajar duro. El dolor de cabeza puede ser frontal u occipital y existe un dolor ardiente a lo largo de la columna. De hecho, el dolor de cabeza parece estar concentrado en el occipucio. Por las mañanas, suele existir dolor en la zona lumbar, las piernas están pesadas y débiles, con dolor en los músculos y articulaciones. Cansancio progresivo, que va desde una leve sensación de fatiga al moverse, hasta la parálisis completa. Puede existir anemia perniciosa y progresiva.
Avena sativa. Cansancio y debilidad mental, dificultad para pensar, incapacidad para fijar la mente en un tema. Irritabilidad por nimiedades. Suele haber una historia de excesos sexuales y dolores de cabeza en la zona occipital. Falta de tono muscular general, con insomnio. Es un buen tónico para enfermedades debilitantes y agotadoras. Este remedio calma y fortalece el sistema nervioso. Parece ejercer la misma clase de acción calmante que la morfina, pero sin crear hábito. Se usa para tratar las toxicomanías. Se dan 15 gotas de la tintura madre en un vaso de agua caliente, 4 veces al día.