Autora: Ana Muñoz


La aromaterapia utiliza el aceite esencial de la planta como método terapéutico. Éste se encuentra en unas diminutas glándulas situadas en la superficie exterior de las raíces, tronco, hojas, flores o frutos de la planta, o bien en el interior de estas estructuras. Es una representación concentrada de las propiedades curativas de la planta y algunos autores piensan que contiene su fuerza vital.

Una prueba de que los aceites esenciales contienen importantes propiedades antisépticas es la aparente inmunidad de muchos perfumistas de la Edad Media durante las epidemias de peste y cólera que azotaron Europa.

Aunque la utilización de hierbas aromáticas para restablecer la salud se remonta a épocas muy antiguas, el primero en denominar "aromaterapia" a esta rama de la medicina natural fue el químico francés René-Maurice Gattefossé. Otro francés, el doctor Jean Valnet, se interesó por esta técnica tras comprobar sus resultados en el tratamiento de las heridas de guerra de soldados durante la Segunda Guerra Mundial. Sus trabajos conllevaron el reconocimiento oficial de esta terapéutica en Francia.

El aromaterapeuta estudia al paciente como un todo, teniendo en cuenta su estado emocional y actitud mental, ya que estos factores son en gran parte responsables de los síntomas físicos.

Los aceites se evaporan con facilidad en contacto con el aire y al inhalarlos penetran en el organismo a través del sistema olfativo. Una vez en el interior del organismo actúan restableciendo la armonía y revitalizando aquellos órganos en los que exista algún tipo de alteración. Sus efectos aumentan cuando se combinan con u masaje de aromaterapia.

Composición de los aceites esenciales

Los aceites tienen complejas estructuras químicas y pueden llegar a contener más de cien productos químicos distintos. Además de los compuestos terapéuticos, el resto de los productos químicos que se hallan en los aceites desempeñan un papel fundamental en la prevención de los efectos secundarios de estos compuestos. Por este motivo no es aconsejable la práctica de utilizar de forma aislada un componente terapéutico. Por ejemplo, el aldehído citral forma parte del aceite esencial del limón y ejerce numerosos efectos terapéuticos sobre el organismo, pero utilizado de forma asilada tiene una elevada toxicidad que puede producir una intensa irritación cutánea.

Vías de administración y efectos

Los aceites esenciales ejercen su efecto sobre cuerpo y mente por dos vías principales: el olfato y la piel. Parece ser que actúan como estimulantes del sistema nervioso central cuando son inhalados y pueden atravesar las paredes capilares y los tejidos celulares si se aplican de forma tópica sobre la piel.

Todos tienen en mayor o menos grado propiedades antisépticas y bactericidas. Muchos poseen la capacidad de estimular la renovación y crecimiento de células sanas. Alivian el estrés y estimulan la circulación, refuerzan el sistema inmunitario, limpian impurezas, equilibran las emociones, relajan, estimulan, euforizan, pueden revitalizar una mente cansad, estimular la memoria, etc.

Inhalaciones

Verter en un pañuelo de 6 a 8 gotas de la mezcla de aceites seleccionada y realizar tres inhalaciones profundas, o bien verter 3 ó 4 gotas en un recipiente con agua caliente e inhalar.

Baños

Verter unas 6 u 8 gotas en un baño caliente.

Aclarados bucales y gargarismos

Verter tres gotas en un vaso de agua y agitar bien. Escupir tras el aclarado.

Aplicaciones tópicas

Diluir el aceite o aceites en un portador y frotar las zonas afectadas con la mezcla.

Masajes

Cuando las propiedades de los masajes se combinan con la aromaterapia, sus efectos pueden ser mucho mayores.

Algunos ejemplos de utilización terapéutica de la aromaterapia

- Ansiedad

Se utilizan los aceites esenciales de amaro, geranio, manzanilla romana, bayas de enebro, espliego, sándalo, mejorana dulce y ylang ylang.

- Depresión

Casi todos los aceites usados para la ansiedad sirven para la depresión porque ejercen un efecto euforizante. Amaro, manzanilla romana, geranio, espliego, rosa, sándalo, ylang ylang.

- Dolores de cabeza

Espliego y mejorana dulce para el dolor. La manzanilla romana tiene un efecto calmante. Para la congestión sinusal añade eucalipto, menta o ambos. Para la migraña, melisa verdadera, y para las cefaleas durante la menstruación, mejorana dulce.

- Resfriados y gripe

Aceite esencial de té, limón, geranio y pimienta negra para la infección. Espliego, romero y té para reforzar el sistema inmunitario. Para el catarro nasal: eucalipto, menta y cedro del Atlas (fluidifican el moco).

- Acné

Aceite esencial de bayas de enebro, limón y cedro del Atlas (regulan la producción de grasa). Espliego, cajeput y geranio como antisépticos. Manzanilla romana para reducir la inflamación.

- Acidez de estómago

Aceites esenciales de menta, limón, sándalo.

- Celulitis

Aceite esencial de bayas de enebro, geranio y romero. También espliego y pachulí para descongestionar y el ciprés como tónico para la circulación.

 Guía de aromaterapia