Autora: Ana Muñoz
Consiste en la utilización del agua para al tratamiento de las enfermedades. La creencia en la fuerza curativa del agua existe desde la antigüedad, siendo utilizada en la antigua Roma, Grecia, China y Japón.
Su acción terapéutica se debe a sus efectos térmicos y/o mecánicos. La hidroterapia utiliza la reacción corporal a los estímulos fríos y calientes, la aplicación prolongada de calor y la presión ejercida por el agua. Las sensaciones producidas por el agua en la piel tienen un efecto en el resto del organismo: estimula el sistema inmunitario, influye en la producción de hormonas del estrés calmando el sistema nervioso, estimula la digestión y la circulación, alivia el dolor.
En general, el agua caliente calma el cuerpo, relajando la activad de los órganos internos, mientras que el agua fría estimula y aumenta la actividad interna. Si sientes tensión muscular y ansiedad, un baño caliente te ayudará, mientras que si te sientes cansado, una ducha o baño templado seguido de una corta ducha fría te ayudará a estimular tu cuerpo y mente.
Al sumergirte en el agua, tu cuerpo se ve liberado en gran parte de la gravedad, masajeado por el movimiento de agua, que estimula los receptores táctiles de la piel.
Uno de los mayores beneficios de la hidroterapia se obtiene en el tratamiento de la artritis, reduciendo el dolor y aumentando la funcionalidad.
Técnicas
- Duchas. Pueden ser de diversos tipos, como ducha de pies, de muslos, de tronco, de brazos, de cuellos, etc.
- Saunas. El calor se utiliza para eliminar toxinas a a través de la piel, estimula el flujo sanguíneo, promueve la secreción hormonal y la secreción del sistema respiratorio, regula el sistema vegetativo y relaja. Contraindicado en personas con artritis reumatoide aguda, infección aguda, tuberculosis, enfermedades de transmisión sexual, inflamación de órganos internos o vasos sanguíneos, problemas circulatorios o cáncer agudo.
- Baños de inmersión toral o parcial. Por ejemplo, baños fríos de pies (varices, dolor de cabeza, hipotensión arterial, problemas circulatorios, etc). Baños calientes de pies, baños de brazos, baños pélvicos, etc.
- Vendajes. Consiste en envolver la zona a tratar con una tela de lino mojada con agua fría (caliente en problemas respiratorios) y acostarse con ella durante una hora (al cabo de 15 minutos el vendaje debe notarse cálido). Se utiliza sobre todo en inflamaciones: dolor de garganta, bronquitis, gastritis, hemorroides, prostatitis, etc.
- Baños herbales. Baños con plantas medicinales
Contraindicaciones
- Si tienes diabetes, evita las aplicaciones en tobillos, piernas, así como tratamientos de calor que impliquen todo el cuerpo.
- Síndrome de Raynaud: evita las aplicaciones frías.
- No se recomienda baños calientes ni saunas largas para personas con diabetes, esclerosis múltiple, mujeres embarazadas y personas hipertensas o hipotensas.
- No tomes baños fríos de pies si eres propenso a irritación rectal o de vejiga, o si padeces de ciática, inflamación pélvica o reumatismo en dedos o tobillos.
- Niños y ancianos deben evitar baños calientes largos y saunas.
- Si estás embarazada o tienes una enfermedad cardiaca consulta a un médico antes de ir a una sauna.