Autora: Ana Muñoz


La palabra Qigong (pronunciada chi kung) es una combinación de dos conceptos:

  • Qi es la energía vital que recorre el cuerpo y cuyo equilibrio es responsable del mantenimiento de la salud física y emocional.
  • Gong es la habilidad o capacidad para cultivar la autodisciplina y el logro.

Por tanto, el arte del Qigong consiste en meditación, relajación, movimiento físico, integración cuerpo-mente y ejercicios respiratorios.

Las personas que lo practican llegan a ser conscientes de las sensaciones producidas por el movimiento de la energía (Qi) a través de su cuerpo y utilizan su mente para guiarla y equilibrarla. Cuando el practicante de Qigong ha dominado este arte completamente, es capaz de dirigir la energía externa para curar a otras personas.

Al mejorar el funcionamiento de esta energía y mantener sus dos manifestaciones (Yin y Yang) en equilibrio, se mejora la salud y se curan enfermedades. La práctica habitual de Qigong ayuda a limpiar el cuerpo de toxinas, restablece la energía, reduce el estrés y la ansiedad y ayuda a mantener la salud. Se ha dicho que el Qigong es uno de los métodos terapéuticos más poderosos que existen en la historia de la humanidad.

El Qigong tiene una antigüedad de más de 3000 años. Fue evolucionando gradualmente como un modo de supervivencia en la antigua China. Consiste en ciertos movimientos corporales, junto con ciertas técnicas respiratorias y concentración mental que sirven mejorar mucho las funciones corporales. A menudo el Qigong se encuentra vinculado a la religión, principalmente el Taoísmo y el Budismo.

El Qigong es un nombre general utilizado para designar las artes basadas en la energía o Qi. Una de las formas de Qigong más conocida es el Tai Chi.

Las tres ramas del Qigong

Existen tres ramas del Qigong, las tres con una meta común: la libertad. Estas ramas son las siguientes:

1. Qigong marcial. Intenta lograr la libertad de movimiento. Consiste en la adquisición de habilidades inusuales y la reducción de la vulnerabilidad del cuerpo. Los monjes del templo de Shao Lin lo hicieron popular en todo el mundo. La mayoría de las proezas que suelen estar asociadas con el Kung Fu son aplicaciones del Qigong. Las llamadas artes marciales internas son menos populares porque hace falta demasiado tiempo para dominarlas. el Tai Chi es un ejemplo de dichas artes. El ideal del Qigong consiste en volver a la espontaneidad, velocidad y poder de un animal, al poner en sincronía la mente y el cuerpo con el movimiento natural que está presente en todas partes.

2. Qigong médico. Pretende la liberación de la enfermedad. Su meta consiste en el aumento de la longevidad, la eliminación de la enfermedad y una mayor capacidad para afrontar todos los aspectos de la vida. Algunos manuscritos con 1500 años de antigüedad contienen evidencias de que los practicantes del Qigong sabían por entonces que la médula ósea es la responsable del mantenimiento de la calidad de la sangres y el funcionamiento del sistema inmunitario. Muchos maestros del Qigong vivían has los 100 años cuando la esperanza de vida era de 50 como mucho. La práctica de la acupuntura y otras técnicas terapéuticas de la medicina tradicional china provienen de los maestros de Qigong.

3. Qigong espiritual. Pretende alcanzar la libertad de la mente. La premisa básica es que la ilusión de separación de la naturaleza y el resto de las personas produce sufrimiento psicológico. El deseo de cosas materiales y la búsqueda de la felicidad en el mundo material sólo da lugar a nuevos deseos y constante insatisfacción, que acaban causando apatía, frustración y depresión, pues siempre queremos algo mejor. La herramienta principal del Qigong espiritual es la meditación. El taoísmo es uno de los mejores ejemplos de Qigong espiritual y se recomienda la lectura del Tao Te Ching, obra escrita por Lao Tzu, a cualquiera que desee profundizar en este tipo de Qigong.