Autora: Ana Muñoz


Aunque el envejecimiento es un proceso normal, las enfermedades asociadas habitualmente a la vejez no son una parte inevitable del envejecimiento, sino que están causadas principalmente por factores relacionados con el estilo de vida, como la dieta, la falta de ejercicio, el estrés o la exposición a ambientes tóxicos. El proceso normal de envejecimiento tiene lugar cuando las células viejas empiezan a morir a un ritmo más rápido del que se generan células nuevas.

Los radicales libres aceleran el proceso de envejecimiento cuando se dan en un número demasiado elevado. En general, los radicales libres tienen una función beneficiosa, pero cuando se dan en exceso pueden atacar las células sanas. Los antioxidantes ayudan a mantener un nivel adecuado de radicales libres en el organismo. Se encuentran en numerosas frutas y verduras.

1. Plantas medicinales y suplementos

  • Toma spirulina y chlorella todos los días
  • Té verde. Es una fuente de antioxidantes y ayuda a detoxificar el organismo. Toma unas dos tazas al día
  • Multivitaminas. Toma complejos de vitaminas y minerales todos los días.
  • Ácidos grasos esenciales. Toma una o dos cucharadas de aceite de semillas de lino, o 3 gramos de aceite de pescado.
  • Ajo. Toma una o dos cápsulas diariamente.
  • Ginseng siberiano (eleuterococo). Toma de 600 a 900 mg diariamente. Ayuda al cuerpo a adaptarse al estrés físico y mental.
  • Ginkgo biloba. Toma de 60 a 120 mg dos veces al día. Mejora la circulación, tiene efectos antioxidantes, mejora la memoria y reduce la tendencia a tener coágulos sanguíneos.

2. Ejercicio

Haz ejercicio de manera habitual (sobre todo, ejercicio aeróbico, levantamiento de pesas y estiramientos). Si estás solo o deprimido y tu cuerpo se está volviendo demasiado rígido por la falta de contacto físico, haz que te den masajes regularmente.

3. Alimentación

A menudo, las personas mayores tienen problemas para absorber nutrientes. Cuando las enzimas digestivas no están funcionando correctamente, pueden producirse deficiencias, sobre todo en vitaminas del grupo B. Para compensar, toma cereales integrales, verduras de hoja frondosa, y añade levadura de cerveza y germen de trigo a tus comidas.

Toma suficiente fibra: cereales integrales, avena, semillas de lino y vegetales crudos.

Toma yogurt o otros productos lácteos fermentados, como kefir, para favorecer el desarrollo de bacterias beneficiosas en tu intestino.

Las frutas y verduras de colores intensos contienen gran cantidad de antioxidantes.

La vitamina E y el selenio trabajan juntos para prevenir numerosas enfermedades, como cáncer, enfermedad cardiaca, artritis. Por tanto, toma semillas, frutos secos y aceites vegetales.

Toma proteínas de alta calidad: judías, soja, pescado, pollo y pavo (ambos criados en el campo). Te darán energía.

La vitamina C ayuda a reparar el daño causado por los radicales libres, reduce el riesgo de cáncer y fortalece el sistema inmunitario. Toma cítricos, verduras de hoja verde, tomates, espárragos, aguacates, fresas.

Las cebollas y los ajos tienen propiedades antioxidantes y mejoran la circulación.

Bebe un vaso de agua cada dos horas. La deshidratación produce un mal funcionamiento renal, fatiga, ganancia de peso, inadecuada absorción de nutrientes, dolor de cabeza, nivel alto de colesterol y estreñimiento crónico. También puede producir desorientación y pérdida de memoria.

La piel de la uva roja reduce la formación de placas en las arterias y tiene propiedades antioxidantes.