Autora: Ana Muñoz


El pie de atleta es una infección por hongos persistente que tiene lugar en el pie. Suele ocurrir entre los dedos o en las uñas, pero puede aparecer en cualquier otra parte del pie.

La piel entre los dedos está enrojecida, agrietada y escamosa. Se pueden formar úlceras y ampollas en las plantas de los pies o entre los dedos. Las zonas afectadas pueden picar o arder.

La humedad y el calor proporcionan el ambiente adecuado para que los hongos sobrevivan. Los lugares típicos donde puede contraerse este hongo son las duchas públicas, vestuarios, suelos de los gimnasios y baños de hotel. Las personas a las que les sudan los pies son más susceptibles de contraerlo y hay personas que parecen tener una resistencia natural ante esta infección, siendo más difícil que se vean afectadas.

En algunos casos de pie de atleta, crónico, existe una candidiasis sistémica, por lo que es necesario un tratamiento más sistémico para eliminar el hongo (ver el artículo sobre candidiasis)

Las causas principales de esta infección son:

  • Uso prolongado o frecuente de antibióticos o corticosteroides que producen una disminución de la flora bacteriana que mantiene a raya a este hongo.
  • Digestión y excreción pobres.
  • Una alimentación rica en azúcar (dulces, etc.)
  • Sistema inmunitario debilitado
  • Falta de higiene que hace que los pies estén en un ambiente húmedo mucho tiempo.

Homeopatía

Graphites

Cuando hay una piel agrietada que rezuma un fluido espeso y amarillento.

Silicea

Cuando hay un abundante sudor de pies y un olor ofensivo.

Sulphur

Pie de atleta crónico, con picor o ardor intenso en el pie.

Thuja

Infecciones crónicas por hongos que no responden a otros remedios.

Alimentación

Haz una dieta rica en nutrientes, que fortalezca el sistema inmunitario, a base de verduras frescas, cereales integrales, proteínas de calidad, como pescado, lentejas, pollo y pavo de origen ecológico.

Toma yogurt natural no azucarado con bifidus o lactobacillus acidophilus cada día para reponer la flora bacteriana. El miso también sirve para este cometido.

Toma alimentos que ayuden a desintoxicar tu organismo, como espirulina, chlorella, ajo y cebolla.

Bebe un vaso de agua cada dos horas, para ayudarte a a eliminar toxinas.

Toma dos cucharadas de semillas de lino al día, con agua. Ayudan a combatir los hongos por sus propiedades antifúngicas.

Los hongos se alimentan de azúcar y levaduras, por tanto, elimina o reduce el azúcar y los alientos ricos en ella. Durante el primer mes de tratamiento reduce o elimina también la fruta y los zumos de fruta, por su alto contenido en azúcar. Sobre todo es importante evitar estos alimentos entre comidas.

Hierbas y suplementos

Aceite de árbol del té

Aplícalo directamente en la zona infectada. Para los hongos en las uñas, primero corta las uñas, lava el pie con jabón (preferiblemente un jabón de aceite de árbol del té) y aplica el aceite de árbol del té bajo la uña. Hazlo una vez al día durante seis u ocho semanas o hasta que la infección desaparezca.

Aceite de orégano

Tienen un efecto antifúngico, tanto externa como internamente. Toma 500 mg tres veces al día con las comidas. También puedes aplicar externamente la tintura, en la zona afectada.

Ajo

Combate las infecciones por hongos y estimula el sistema inmunitario. Toma de 500 a 1000 mg dos veces al día.

Extracto de semillas de pomelo

Tiene propiedades antifúngicas. Toma 200 mg dos o tres veces al día.

Ácido caprílico

Tiene propiedades antifúngicas. Toma 1000 mg tres veces al día.

Echinacea e hidrastis. Fortalecen el sistema inmunitario. La echinacea tiene también propiedades antifúngicas. Toma 500 mg de un producto que contenga ambas plantas tres veces al día.