Autora: Ana Muñoz
En niños entre seis y doce años de edad no es raro encontrar este tipo de escenas en lugares públicos como supermercados, restaurantes, aeropuertos, etc. A esta edad los niños tienden a ser más independientes y a menudo se resisten con fuerza a la autoridad de los padres e intentan salirse con la suya en todo momento
Pueden empezar pidiendo una golosina o cualquier cosa que deseen y, ante la negativa de los padres, reaccionar con gritos, insultos, arrojar objetos al suelo y, en definitiva, montar un escándalo en público que avergüenza a los padres y les hace ceder y darle la golosina para lograr que se callen lo antes posible y evitar las miradas del resto de las personas. Por desgracia, cuando los padres ceden ante estos comportamientos, están enseñando a sus hijos que sus estrategias funcionan y sirven para lograr lo que desean. Los niños aprenden de este modo que vale la pena seguir montando escenas de este tipo para obtener lo que quieren.
Lo que ha sucedido es que el niño ha presionado a su madre o padre con su mal comportamiento y ha sido recompensado por ello al darle la golosina. De este modo, el mal comportamiento se ve reforzado y tiende a repetirse.
Qué pueden hacer los padres
Dado que hay algo que el niño/a desea lo suficiente como para montar una escena por todo lo alto, puedes utilizar eso para lograr que se comporte de un modo apropiado. Por ejemplo, en vez de comprar la golosina después de que monte una escena simplemente para lograr que se calle, en el momento en que la pida le prometes que se la comprarás si se comporta de un modo apropiado durante toda la compra. Así estarás enseñándole a portarse correctamente y luego premiándolo por su buen comportamiento (además de evitar una escena en público) en vez de premiarlo por su mal comportamiento, como tal vez has hecho hasta ahora.
Por otra parte, si no deseas comprarle ninguna golosina, aún puedes aprovechar la ocasión para premiar (y, por tanto, reforzar) su buen comportamiento diciéndole algo como: "No puedes tomar golosinas porque te estropean los dientes, pero como lo has pedido bien podemos alquilar un vídeo si te sigues portando bien durante la compra", o bien prometerle alguna otra cosa que le guste como sustituto de las golosinas.
Si te diriges a algún lugar donde sabes que es muy posible que acabe montando una de sus escenas, puedes ensayar con tu hijo/a el buen comportamiento por adelantado. Por ejemplo, antes de salir o mientras estáis en el coche, puedes hacer que te pida lo que quiere de un modo apropiado, sin llorar ni alzar la voz, enseñándole lo que tiene que decir y cómo y haciendo que lo repita. Luego lo elogias por haberlo hecho bien.
Si te pide algo correctamente, lo elogias por pedirlo bien y le dices que se lo comprarás si se porta bien el resto del tiempo que estéis en ese lugar. No obstante, si ves que es imposible que esté tanto tiempo sin acabar montando una escena, puedes acortar el tiempo que ha de pasar para recibir su premio.
Por ejemplo: "Como lo has pedido muy bien, mereces que te lo compre, pero te lo compraré si te portas bien durante el tiempo que tardemos en recorrer dos pasillos del supermercado". Durante el tiempo que dure ese recorrido, lo elogias por su buen comportamiento: "Qué bien te estás portando, sin pedir cosas y siendo tan formal. Estoy muy contenta." Poco a poco, en días sucesivos, vas a largando el tiempo que ha de esperar para conseguir su premio.
También puedes hacer que gane puntos (ver Economía de fichas) por portarse bien. Por ejemplo, en vez de darle el premio por portarse bien al recorrer dos pasillos, le das un punto conforme vayáis recorriendo pasillos. Por ejemplo, un punto cada dos pasillos. Al final del recorrido, podrá utilizar sus puntos para "comprar" un premio, que será diferente según los puntos que haya conseguido. Si en un pasillo se porta mal, dile en un tono normal y tranquilo: "Como te has portado mal, no has conseguido ningún punto, pero puedes conseguirlo en el próximo pasillo si te portas bien". Trata de especificar qué significa portarse bien (hablar con voz de niño mayor, tener las manos en los bolsillos, etc.)
A la hora de evitar escenas es importante que te centres en lo que quieres que haga y no en lo que no quieres que haga. Ten en cuenta que si le dices a alguien "no hagas esto", no le estás enseñando cómo quieres que se comporte. Por tanto, en vez de decirle: "No pidas las cosas así", dile: "Pide las cosas hablando con voz de niño/a mayor y sin llorar". En vez de decirle en el supermercado: "No toques las cosas de las estanterías", dile: "Ponte las manos en los bolsillos hasta que yo te diga que cojas algo de la estantería". En vez de decirle: "Deja de correr por todas partes", dile: "Por favor, ve caminando tranquilamente y quédate donde yo pueda verte".
Después de haberle dicho lo que quieres que haga y cómo deseas que se comporte, puedes prometerle un premio si lo hace.
Con el tiempo, los premios dejarán de ser necesarios, pues el nuevo modo de comportarse será parte de su conducta habitual y habrá aprendido a tener autodisciplina.
Economía de fichas 4. Lograr que tus hijos lleguen a tiempo al colegio