Autora: Ana Muñoz


Durante el primer mes, los bebés no tienen un patrón regular de sueño sino que se duermen y se despiertan cada pocas horas, tanto de día como de noche (no hacen una distinción entre la noche y el día). Por lo general, no suelen dormir más de cuatro horas y media seguidas, aunque en total pasan dormidos unas 12 horas al día o más.

Sobre los tres meses, la mayoría de los bebés comienza a dormir de noche la mayor parte del tiempo. Para ayudar a tu bebé a acostumbrarse a dormir de noche, puedes hacer lo siguiente:

1. Establece algún tipo de rutina para antes de irse a dormir, como leer un cuento, cantarle una canción o escuchar un rato de música tranquila. Así irá asociando esta rutina con el sueño.

2. Evita estimularlo durante la noche, cuando lo alimentes o le cambies el pañal. Procura hablar en voz baja, mantén las luces atenuadas y no juegues o hables con el bebé. De este modo, irá aprendiendo que la noche es para dormir.

Desarrollar buenos hábitos de sueño

Muchos bebés lloran cuando los dejan en la cuna para que se duerman. Sin embargo, si te vas de la habitación y lo dejas a solas durante unos minutos, lo más probable es que se calle y se duerma. Si no es así, vuelve a la habitación, trata de calmarlo un rato y luego vuelve a marcharte.

Es bastante frecuente que los bebés se queden dormidos en tus brazos justo después de terminar de comer. El problema es que esto puede hacer que se acostumbre a dormirse en brazos y luego no sea capaz de dormirse por su cuenta cuando se despierte por la noche. Por tanto, no dejes que se duerma en tus brazos; pon a tu bebé en la cuna en cuanto empiece a adormilarse pero estando aún despierto. Si aprende a dormirse solo, es mucho más probable que se vuelva a dormir cuando se despierte por las noches.

También es frecuente que los bebés lloren de noche estando dormidos. Por ejemplo, cuando cambian de una fase del sueño a otra. Muchas madres y padres se creen que el bebé se ha despertado y tiene hambre, pero es posible que aún siga dormido. Para asegurarte, espera unos minutos para ver si se vuelve a dormir.

La posición para dormir

Es importante que siempre coloques a tu bebé boca arriba en la cuna (es decir, sobre su espalda). Esta es la posición más adecuada para reducir las probabilidades de muerte súbita, que consiste en la muerte repentina e inexplicable de bebés menores de un año de edad. Por el contrario, los bebés que duermen boca abajo, sobre tu abdomen, tienen más probabilidades de muerte súbita.

Algunas personas creen que su bebé puede ahogarse si vomita estando boca arriba, pero no hay nada que demuestre que los bebés tengan más probabilidades de ahogarse estando en esta posición.

Procura también que la temperatura del bebé y la habitación en la que está sea adecuada. Si está sudando por el cuello o la cara significa que está abrigado en exceso. No dejes muñecos de peluche en la cuna, cojines o cosas muy mullidas, pues si el bebé presiona la cara contra ellos puede tener problemas para respirar.

Nunca fumes delante de tu bebé ni lo expongas al humo del tabaco. Los bebés cuyas madres fuman durante y después del embarazo tienen más probabilidades de morir de muerte súbita.
Aunque todavía no se conoce el motivo, dar de mamar a los bebés (en vez de alimentarlos con fórmulas), parece protegerlos de la muerte súbita.