Autora: Ana Muñoz


A menudo, los bebés se despiertan de manera excesiva durante la noche o no se quedan dormidos. Sin embargo, puedes aprender a desarrollar un patrón de cuidado de tu hijo durante la noche que te ayude a que tanto tú como tu hijo podáis dormir bien.

En primer lugar, es importante tener en cuenta que el sueño de los bebés es diferente al sueño de los adultos. Cuando un adulto se queda dormido, los centros cerebrales superiores comienzan a descansar hasta que se "desactivan", entrando entonces en un sueño profundo que suele durar una hora y media. Después, el cerebro empieza a despertarse poco a poco, produciéndose una creciente actividad mental, y entra en una fase de sueño ligero llamada sueño REM. Durante esta fase te mueves con frecuencia, sueñas, ajustas las mantas y puede que incluso te despiertes y te levantes para ir al baño. Luego vuelves a entrar en una fase de sueño profundo y este ciclo continua así durante toda la noche.

Por tanto, los adultos pueden pasar rápidamente de la vigilia al sueño profundo. En cambio, cuando los bebés se quedan dormidos, entran primero en una fase de sueño ligero que dura unos 20 minutos. Durante esta fase, aunque tienen los ojos cerrados, las pestañas aún se mueven, tienen algunas contracciones nerviosas, su respiración es irregular, sus brazos y piernas están flexionados, pueden sobresaltarse e incluso sonreír de vez en cuando. Si te crees que ya se ha dormido y lo pones en la cuna, es posible que se despierte, puesto que es bastante fácil despertar cuando estás en sueño ligero. A los 20 minutos aproximadamente de haber entrado en sueño ligero, el bebé empieza a entrar en una fase de sueño profundo. En esta fase, sus manos y piernas están completamente relajadas y cuelgan inertes, las contracciones nerviosas o gestos de la cara desaparecen y la respiración se vuelve más regular y superficial. Si pones a este bebé en la cuna, no se despertará, puesto que es mucho más difícil despertar a alguien que está en un sueño profundo. Conforme pasan los meses, los bebés son más capaces de entrar en un sueño profundo con más rapidez.

La fase de sueño profundo suele durar una hora. Después, el bebé vuelve a entrar de nuevo en sueño ligero. Durante esta fase de sueño ligero, se despierta si hay algún estímulo que le resulta desagradable y algunos bebés tienen problemas para volver a dormirse. Si esto sucede, puede bastar con que pongas tu mano bajo su cabeza y le cantes una canción de cuna para que vuelva a dormir y entre de nuevo en un sueño profundo.

Los bebés más pequeños apenan duermen más de 4 horas seguidas, pues necesitan alimentarse con más frecuencia y apenas diferencian el día de la noche. Entre los 3 y los 6 meses, la mayoría de los bebés empiezan a pasan más tiempo despiertos de día y no es raro que duerman hasta 5 horas seguidas por la noche. Poco a poco, van desarrollando un patrón de sueño más parecido al del adulto, aunque la edad al que lo alcanzan varía de uno a otro.

Estas son algunas técnicas que pueden servirte de ayuda. Escoge las que mejor se adapten a ti, tu etilo de vida y tu bebé y no dudes en probar diferentes técnicas hasta dar con la que mejor os funciona.

Lo que haces con el bebé durante el día influye en su sueño nocturno

Los días tranquilos favorecen las noches de sueño. Estas son algunas cosas que puedes hacer para que tu bebé esté más calmado durante el día:

- Alimenta al bebé cuando tenga hambre, sin prestar mucha atención al reloj.

- lleva al bebé a cuestas durante el día el mayor tiempo posible. Por ejemplo, puedes usar un cabestrillo. La proximidad a la madre hace que se alimente con más frecuencia y que esté más calmado. Esto también hará que esté más tranquilo de noche.

¿Dónde duerme el bebé?

No existe una norma fija que se adapte a todas las familias. El bebé podría dormir en la misma cama que sus padres, en una cuna junto a ellos o en una cuna en su propia habitación. Cualquiera de estas opciones puede ser correcta. Tan solo elige la que mejor funcione para ti y tu bebé. Por supuesto, estos arreglos para dormir pueden ir cambiando conforme el bebé vaya creciendo. Compartir tu cama con los bebés más pequeños es una práctica muy recomendable. No obstante, usa la que mejor te funcione.

Técnicas para que el bebé se quede dormido

Entre las siguientes técnicas, escoge la más apropiada para la edad de tu bebé, su temperamento y estado de desarrollo. Ten en cuenta que lo que no funciona hoy puede funcionar más adelante. No es aconsejable poner el bebé en la cuna y dejarlo llorar hasta que se canse porque corres el riesgo de perder la confianza de tu bebé y de volverte insensible a su llanto, que es el único modo que tiene de comunicarse.

1. Siestas con tu bebé. Escoge un par de momentos del día en que sientas más cansancio y túmbate en la cama con tu bebé para que se acostumbre a esta rutina de dormir siestas. Estos bebés son más capaces de dormir más tiempo de noche.

2. Establece rituales para dormir consistentes. Estos rituales son más importantes cuanto mayor sea el bebé. El ritual puede, por ejemplo, incluir un baño relajante, mecer al bebé, darle el pecho, cantarle una canción, etc. Cuando crees tu ritual, hazlo todos los días a la misma hora y en el mismo orden antes de acostarlo para pasar la noche.

3. Relaja al bebé. Dale un masaje o un baño relajante. Si el baño le activa en vez de relajarlo, es preferible bañarlo a otra hora del día.

4. Da de mamar al bebé hasta que se duerma.

5. Llévate el bebé a tu cama hasta que entre en un sueño profundo. Luego puedes llevarlo a su cuna o dejarlo dormir contigo en tu cama.

6. Mecer al bebé. Siéntate en una mecedora con tu bebé en brazos para mecerlo hasta que entre en sueño profundo. O bien mécelo en tus brazos. Después, cuando lo pongas en su cuna, sigue meciéndolo un rato al mismo ritmo.

Procura que coma bien. Algunos bebés más mayores están tan ocupados jugando que se olvidan de comer durante el día y esperan compensar esto por la noche. Por tanto, alimenta al bebé cada dos o tres horas durante el día. Procura que se vaya a la cama de noche bien alimentado.

Cuidado con el pijama y mantas del bebé. Asegúrate de que no le pican o molestan de algún modo. Lo que mejor funciona con los bebés son las prendas de algodón 100 %.

Si el bebé se despierta al ponerlo en la cuna, significa que aún no está lo bastante dormido como para desear separarse de ti. En estos casos, puedes colocar una de tus manos bajo su cabeza y la otra bajo su espalda, como si lo sostuvieras en brazos pero sin sacarlo de la cuna, hasta que entre en sueño profundo.

Deja algo tuyo en la cuna. Si a tu bebé le cuesta separarse de ti, puedes dejar algún objeto tuyo en la cuna, como un pañuelo que lleves con frecuencia o incluso una grabación en la que le cantas una canción. Es decir, algo que le recuerde a ti.