Autora: Ana Muñoz
Cambiar los pañales
Básicamente hay dos tipos e pañales: los desechables y los de tela. Los de tela son pañales que se lavan después de cada uso para volverlos a utilizar, son menos contaminantes para el medio ambiente y menos irritantes para la piel del bebé. La elección de uno u otro dependerá básicamente de la piel de tu bebé.
Antes de empezar a cambiar el pañal de tu bebé, asegúrate de que tienes cerca todo lo que necesitas: el pañal, toallitas para limpiarlo y ropa limpia por si se ha manchado algo más que el pañal.
El rato que pases cambiando el pañal a tu bebé puede ser un tiempo de interacción y contacto con tu bebé que ayude a fortalecer el vínculo entre ambos. Tu hija o hijo siente tu contacto, escucha tu voz, te mira a los ojos y responde a tus sonidos o gestos. Por tanto, al cambiar el pañal céntrate en el bebé, no en la tarea que estás haciendo y establece contacto con él o ella. Evita expresiones de asco o desagrado por el mal olor. Ten en cuenta que el bebé observa tus expresiones y siente tu desagrado o rechazo.
Al limpiarlo, puedes usar una toallita mojada en agua templada que no contenga nada más. Si está muy sucio, puedes añadirle agua jabonosa a la toallita y enjuagar luego para que no queden restos de jabón. Mucha gente suele usar toallitas específicas para la limpieza del bebé que venden en los comercios. Hay que tener cuidado con estas toallitas porque pueden contener productos químicos que irriten la piel del bebé; también pueden contener alcohol que escocerá a las niñas. Por tanto, al usar jabón, procura que sea el mínimo imprescindible.
Si el bebé está muy sucio puedes usar toallitas de papel o papel higiénico primero (o la parte frontal del pañal para limpiarle las heces) y luego lavar bien la zona con la toalla mojada en agua templada.
Si es una niña, limpia al bebé siempre de delante hacia atrás para impedir infecciones del tracto urinario.
Al cambiar al bebé, mantén siempre una de tus manos sobre él o ella. Ten en cuenta que solo hace falta un segundo para que el bebé se dé la vuelta y se caiga de la mesa donde lo estás cambiando.
No uses cremas ni lociones, pues podrían irritarle y no son necesarias. La piel segrega aceites naturales que mantienen la piel hidratada y sana. Si crees que debes usar alguna crema (por ejemplo, en una zona con sequedad), la mejor opción es que esté hecha de ingredientes naturales al 100 %.
Asegúrate de que está bien seco antes de poner el nuevo pañal.
Cuidado del cordón umbilical
Durante los primeros días, el cordón puede estar algo inflamado. Poco a poco, empieza a secarse y se acaba cayendo en dos o tres semanas. Es normal ver unas gotas de sangre cuando esto sucede.
No es necesario aplicar alcohol ni agua oxigenada al cordón a no ser que se haya infectado. Es normal que el cordón despida cierto olor, pero si el olor es especialmente desagradable o tiene una descarga de pus puede estar infectado. Si en la base del cordón hay una zona roja, caliente, inflamada y dolorosa al tacto deberías acudir al médico.
La Academia Americana de Pediatría recomienda no bañar a los bebés en una bañera hasta que se les haya caído el cordón umbilical, pues es preferible mantenerlo seco. Hasta entonces puedes usar una esponja para bañarlos, como se explica en la página siguiente.
No cubras el cordón umbilical con el pañal, pues podría irritarse debido al plástico del pañal.
Bañar al bebé
La mayoría de la gente baña a los bebés más de lo que debería hacerse y usa mucho más jabón del que es aconsejable. La piel segrega aceites de forma natural que ayudan a mantener la piel hidratada y sana. El jabón elimina estos aceites, reseca la piel y puede irritarla; y lo mismo puede decirse de los perfumes y otros productos químicos presentes en los geles de baño, champús, cremas y otros productos para bebés.
El bebé nace con una capa protectora llamada vernix que suele durarle una semana aproximadamente, pues se va cayendo poco a poco. No es necesario quitarle esa capa ni aplicarle cremas o lociones.
Ten en cuenta que, salvo la zona del pañal, los bebés prácticamente no se ensucian. Durante el primer mes aproximadamente, es suficiente con un baño de esponja un par de veces a la semana. A diario solo debes limpiarle la boca, los ojos y el cuello con un paño humedecido en agua templada.
Cómo dar un baño de esponja
Prepara primero todo lo que vas a necesitar para tenerlo a mano.
Envuelve el bebé desnudo en una toalla y empieza lavándole la cara, cuello y detrás de las orejas con una esponja mojada en agua templada (tras escurrir el exceso de agua).
Después ve descubriendo las partes del cuerpo que vas a lavarle y usa, igualmente, una esponja mojada en agua templada. A no ser que esté sucio o huela mal, no será necesario usar jabón. Es decir, usa el jabón solo si es realmente necesario y procura que sea suave, preferiblemente hecho con ingredientes 100 % naturales. Para aplicar el jabón, añádelo al recipiente del agua templada para conseguir un agua jabonosa y moja la esponja en dicha agua. Ten también preparado un recipiente con agua templada limpia sin jabón para lavarle después de aplicar el agua jabonosa, de manera que no quede ningún resto de jabón en su piel que pueda irritarle.
Cuando el bebé sea más mayor puedes usar una bañerita para bebés. No existe un consenso entre los expertos respecto a la cantidad de agua que debe contener la bañera. Lo mejor es que empieces usando poca agua y luego vayas haciendo pruebas con más cantidad de agua para adaptarte a las preferencias de tu bebé. A algunos les encanta el agua mientras que a otros no les gusta en absoluto.
El lavado del pelo
Para lavar el pelo usa solo agua templada o lava el pelo con un champú suave (preferiblemente hecho con ingredientes 100 % naturales) solo cuando esté sucio o si tiene costra láctea (unos parches escamosos en el cuero cabelludo). Por lo general, no va a necesitar más de un lavado a la semana.
¿Deberían usarse cremas, lociones polvos después del baño?
Generalmente no es necesario. Incluso los productos para bebés, por muy suaves que sean, suelen contener productos químicos e incluso alcohol que irritan y secan la piel. Si tiene la piel seca, aplica un aceite natural (como el aceite de almendras) solo en la zona que desees hidratar o alguna crema hidratante hecha con productos 100 % naturales. Es importante que leas las etiquetas de los productos pues, a menudo, no todos los productos que dicen ser naturales lo son realmente sino que tan solo contienen algunos ingredientes naturales.
Qué hacer si el bebé llora al bañarlo
Asegúrate de que el agua no esté demasiado caliente ni demasiado fría. Los bebés pueden rechazar el baño también si están hambrientos aunque a algunos no les gusta el agua porque se sienten amenazados en ella, sobre todo si no están en estrecho contacto con tu cuerpo. En este caso, baña al bebé contigo, sosteniéndolo junto a tu cuerpo. También puedes empezar a dar de mamar al bebé y luego meterte en la bañera mientras aún está mamando.
También puede servir de ayuda dar un masaje al bebé después del baño, así asociará el baño con algo agradable, como es el masaje.
Cortar las uñas del bebé
Algunos bebés nacen con las uñas de las manos tan largas que es necesario cortarlas. Además, suelen crecer con rapidez, de manera que, tarde o temprano no habrá más remedio que cortarlas para evitar que se arañe la cara con ellas.
Espera a que el bebé esté profundamente dormido para cortarle las uñas. Sabrás que está en un sueño profundo porque sus brazos y piernas están totalmente relajados y las manos están abiertas.
Utiliza un cortaúñas especialmente diseñado para bebés. Son más fáciles de utilizar que los cortaúñas para adultos y más seguros que las tijeras.
Con los dedos de una mano aplasta ligeramente la punta del dedo del bebé para dejar la uña totalmente expuesta y evitar cortar la piel de la punta del dedo y con la otra mano corta la uña. Al principio, puedes pedir a alguien que sujete la mano del bebé mientras le cortas las uñas. Después de practicar un poco, no necesitarás ayuda.
¿En qué postura debería dormir el bebé?
A no ser que, por algún motivo concreto, tu médico te aconseje lo contrario, debes poner a tu bebé a dormir boca arriba, sobre su espalda.
Dormir al revés, sobre el estómago, puede aumentar las probabilidades de muerte súbita en los bebés, de manera que, aunque era la forma aconsejada en el pasado, ya no lo es. De hecho, las campañas realizadas para concienciar a las madres y padres de que los bebés duerman de espalda, han reducido la incidencia de muerte súbita en un 50 %.
Esto es debido a que los bebés que duermen sobre su espalda se despiertan con más facilidad que los que duermen sobre su abdomen, lo que puede protegerlos de la muerte súbita.
No obstante, algunas enfermedades pueden requerir que el bebé duerma boca abajo, como ciertas anormalidades estructurales en la boca o que puedan comprometer los conductos aéreos al dormir boca arriba, una infección respiratoria productora de moco o reflujo gastroesofágico. Consulta con tu médico en estos casos.
Por otra parte, si ves que el bebé tuerce siempre la cabeza hacia el mismo lado al dormir, es conveniente que se la cambies de vez en cuanto. De lo contrario, una musculatura se desarrollará más que otra (tortícolis) y el bebé empezará a tener la cabeza ladeada.