Autora: Ana Muñoz
Algunas mujeres piensan que durante el embarazo no deben preocuparse por su peso o que no importa el peso que ganen, pero esto no es del todo cierto.
Por supuesto, es lógico ganar peso durante el embarazo debido al peso del feto, placenta, líquido amniótico, etc., pero conviene ganar el peso adecuado, que no sea ni excesivo ni demasiado poco.
La ganancia de peso varía en función de diversos factores, como el peso antes de quedarse embarazada y el índice de masa corporal.
Si tienes sobrepeso en el momento de quedarte embarazada, no es buena idea ponerte a dieta durante el embarazo ni tratar de perder peso. Tan solo intenta ganar la cantidad de peso apropiada durante el embarazo. Por el contrario, si tu peso es bajo, es importante que ganes más peso durante el embarazo, hasta tener un peso normal, sobre todo durante el segundo y tercer trimestre; de lo contrario, el bebé puede nacer con bajo peso y prematuramente.
En el primer trimestre no tienes que preocuparte mucho por la ganancia de peso. Un aumento de peso estable es más importante durante el segundo y tercer trimestre, cuando suele ganarse 1 o 2 kilos al mes.
¿A qué se debe la ganancia de peso?
Tal vez te preguntes de dónde procede exactamente todo el peso que acabas ganando al final del embarazo. Supongamos que tu bebé pesa entre 3 y 3,5 kilos al nacer. En ese caso, el peso que has ganado se puede distribuir del siguiente modo:
- Bebé: entre 3 y 3,5 kg
- Útero: 0,90 kg
- Pechos: entre 0,45 y 1,35 kg
- Líquido amniótico: 0,90 kg
- Placenta: 0,70 kg
- Aumento del volumen sanguíneo: entre 1,35 y 1,80 kg
- Aumento de líquido: entre 1,35 y 1,80 kg
- Acumulación de grasa corporal: entre 2,70 y 3,65 kg (este es el peso que te sobrará después de dar a luz y que podrás perder fácilmente si lo deseas)
En general, una mujer de peso normal, suele ganar entre 11 y 15 kg. Una mujer con un peso por debajo de lo normal, entre 13 y 18 kg y una mujer con sobrepeso entre 7 y 11 kg.