Autora: Ana Muñoz
Los suplementos de vitaminas y minerales sirven para asegurarse de que estás recibiendo las dosis adecuadas de calcio, ácido fólico, hierro y otros nutrientes que son muy importantes para que el bebé se desarrolle normalmente.
Lo ideal es empezar a tomarlas tres meses antes de quedarte embarazada.
Los principales suplementos
El ácido fólico ayuda a evitar los defectos del tubo neural, que es la estructura que dará lugar al cerebro del bebé. Los defectos de tubo neural pueden causar anomalías en el cerebro y médula espinal. Este tubo empieza a desarrollarse en el primer mes de embarazo, cuando puedes incluso no saber que estás embarazada.
El hierro ayuda al desarrollo de células musculares y sanguíneas, tanto en el feto como en la madre y ayuda a prevenir la anemia.
El calcio ayuda al desarrollo y fortaleza de huesos y dientes en la madre y el bebé. Además, te ayudará a que tu sistema nervioso, muscular y circulatorio funcionen correctamente.
Las vitaminas prenatales ayudan también a reducir el riesgo de bajo peso en el bebé.
Otros suplementos
Además de estos tres suplementos, que son los principales, puedes tomar también un complejo multivitamínico que incluya una amplia variedad de vitaminas y minerales. Tu médico puede aconsejarte acerca de un buen producto y darte cualquier otro consejo que puedas necesitar acerca del consumo de suplementos.
Entre los suplementos adicionales más importantes se encuentran la vitamina D y el ácido graso omega-3.
La vitamina D es muy importante durante el tercer trimestre, cuando se produce un aumento de la necesidad de calcio, dado que esta vitamina es necesaria para absorber el calcio. La vitamina D se produce en el cuerpo de forma natural a través de la exposición de la piel al sol. También se puede adquirir a través de determinados alimentos ricos en esta vitamina como salmón, atún, sardinas, caballa, gambas, yemas de huevo, hígado de ternera, setas, aceites de pescado.
Aunque no está totalmente demostrado, existen evidencias de que los ácidos grasos omega-3 podrían ayudar al desarrollo del cerebro del feto. Puedes tomarlo en forma de suplementos o consumir alimentos ricos en omega-3, como salmón, sardinas, nueces, semillas de lino y otros.