Autora: Ana Muñoz


El estrés excesivo puede afectarte tanto a nivel emocional como físico. ¿Cómo puedes saber si estás experimentando un nivel de estrés demasiado elevado? Describimos algunos de los efectos del estrés que te pueden ayudar a responder a esta pregunta.

Los efectos del estrés a veces parecen síntomas de otras enfermedades, en parte debido a que el estrés disminuye tus defensas y te hace más vulnerable. Por tanto, echa un vistazo a tus síntomas y pregúntate si pueden deberse al estrés.

Las personas con estrés crónico tienen la impresión de que ese es su estado natural. Esto dificulta darse cuenta de los síntomas. Por tanto, pregúntate si en el pasado te has sentido también así o trata de recordar cómo te sentías antes.

Síntomas de estrés

Dolor de cabeza. Si estás sintiendo dolores de cabeza con frecuencia, sobre todo de tipo tensional, el estrés puede ser el culpable.

Contracturas musculares. Es uno de los síntomas más típicos del estrés. Puedes tener rigidez y dolor muscular en al cuello, los hombros o la espalda que no desaparecen con nada. Tal vez se alivian momentáneamente, al hacer ejercicio o tomar analgésicos para volver a aparecer al poco tiempo.

Problemas para dormir. El estrés pueda afectar al sueño de diferentes maneras; puede hacer que duermas menos o que tu sueño sea menos reparador, de modo que te levantes cansado. También puedes tener problemas para quedarte dormido o despertarte durante la noche.

Enfermedades. El estrés afecta al sistema inmunitario, de modo que si estás sometido a un gran estrés te pondrás enfermo con más frecuencia, especialmente de aquellas enfermedades que se contraen con más facilidad, como los resfriados. No obstante, también puedes empezar a tener otros síntomas físicos, como sarpullidos en la piel, herpes labial frecuente, etc.

Ansiedad. Si te sientes ansioso la mayor parte del tiempo puede deberse a la existencia de demasiados estresores en tu vida.

Frustración. Si te encuentras en una situación de estrés, en la que sientes que se te exige más de lo que puedes dar, te sentirás frustrado, irritable y de mal humor con frecuencia.

Capacidad para pensar disminuida. Si tu cuerpo estresado está liberando hormonas del estrés, te está empujando a actuar de un modo impulsivo (luchar o salir corriendo), lo cual no estimula un pensamiento sereno y pausado. Es decir, estás pensando de un modo más lento y menos eficiente, lo cual no te ayuda a solucionar tus problemas.

Disminución del deseo sexual. Si estás demasiado cansado para el sexo o tu deseo sexual ha disminuido respecto a lo que era habitual en ti, puede ser debido al estrés.

Reacciones exageradas. Cuando el nivel de estrés es excesivo, sueles reaccionar de un modo exagerado ante cosas que no son especialmente importantes. Cualquier pequeña cosa puede ser para ti la gota que colma el vaso y te hace estallar, ya sea en un llanto, en un ataque de agresividad o de cualquier otro modo que resulte exagerado para la situación.