Autora: Ana Muñoz
Consulta: Desde hace 7 meses aproximadamente sufro de ansiedad. Mi problema empezó siendo simplemente mareos, dolores de cabeza y depresión moderada (suficiente como para no apetecerme salir a la calle, tener relaciones sexuales, has que desembocó en un hastío al trabajo de la noche a la mañana). Tras comenzar el tratamiento con hipérico durante 6 meses evolucioné favorablemente, tanto que creí que era la hora de dejarlo.
Mi problema ahora es que mis mareos y dolores de cabeza han desaparecido pero han surgido otros peores que son palpitaciones, temblores en extremidades y cara junto con otros típicos de menos importancia que suelen aparecer generalmente en actos sociales, pero con la gente con la que trabajo normalmente sin ningún problema. Creo que el único problema que los genera es el miedo a que aparezcan en situaciones inesperadas, con lo cual cuando tengo algún evento social suelen aparecer, lo que me genera un estado totalmente deprimido hasta que consigo recuperarme un poco y vuelve otro. Y así continuamente, es agotador. Quiero decir que mi problema no tiene que ver con problemas de mi vida diaria sino con un miedo enfermizo a que esto ocurra en el trabajo, que se den cuenta mis compañeros, etc.
Respuesta: Si hay algo bueno en todo esto es que eres bastante consciente de cuál está siendo el verdadero problema: es tu miedo a que aparezcan esos síntomas y los demás los noten y piensen mal de ti o te rechacen, te consideren inmadura, etc. Es decir, es lo que llamamos síntomas secundarios: te pones ansiosa por estar ansiosa o te deprimes por el hecho de verte a ti misma deprimida o ansiosa, etc. lo que sucede es que si en un momento dado, te pones un poco nerviosa y tu corazón empieza a latir con fuerza, inmediatamente haces una interpretación de ese síntoma y piensas algo como: "Ya estoy nerviosa, esto es horrible, seguro que me pongo cada vez más nerviosa y lo van a notar y van a pensar que soy una inmadura o una idiota, no puedo soportar esto". Al pensar eso te pones cada vez más ansiosa y así es como tú misma estás agravando tus síntomas.
Por tanto, para cortar este círculo, has de modificar esos pensamientos y utilizar un pensamiento más realista como: "Me he puesto nerviosa, bueno, no lo voy a considerar algo terrible, sino sólo una molestia, voy a concentrarme en lo que estoy haciendo y no en mis síntomas y a aceptar mi nerviosismo, es decir, si estoy nerviosa, pues lo estoy, esperaré a que pase, todo el mundo se pone nervioso alguna vez.
Los demás no necesariamente van a notarlo, ya que una puede estar muy nerviosa sin que se note, pero si lo notan, pues qué se le va a hacer, no tendré mas remedio que aceptarlo..." Por tanto, el "truco" está en detectar lo que piensas en esos momentos y modificar tu pensamiento tu pensamiento para modificar tus emociones (en este caso la ansiedad), habla contigo misma tal y como hablarías con otra persona a la que intentases calmar.