Autora: Ana Muñoz
El hipertiroidismo consiste en un aumento patológico de la actividad de la glándula tiroides, con secreción excesiva de las hormonas tiroideas T3 y/o T4. Los síntomas son los siguientes:
- Manifestaciones cardiovasculares (taquicardia, palpitaciones)
- Manifestaciones en la piel (sensación de humedad, vasodilatación y sudoración, manos húmedas y calientes).
- Manifestaciones musculares (debilidad, temblor fino en dedos y manos, fatigabilidad).
- Manifestaciones nerviosas (excitabilidad, irritabilidad, labilidad emocional, insomnio).
- Otras manifestaciones posibles: bocio, exoftalmos (ojos saltones), pérdida de peso, intolerancia al calor, aumento del apetito, falta de fuerzas.
Muchos de estos síntomas se deben al incremento de la actividad metabólica como resultado del aumento de las hormonas tiroideas.
El hipertiroidismo está también caracterizado por la presencia de múltiples síntomas psicológicos, como ansiedad, depresión, irritabilidad, labilidad emocional (son personas que lloran con facilidad sin poder controlarse), hiperactividad, nerviosismo y dificultad para concentrarse. Pueden darse también delirios y alucinaciones.
Causas
Se considera que existen causas diversas en el origen del hipertiroidismo, incluyendo factores genéticos (hereditarios), autoinmunes, infecciosos, congénitos, yatrogénicos y, sobre todo, psicológicos. De hecho, muchos autores consideran que el hipertiroidismo es una enfermedad psicosomática.
Factores psicológicos en el origen del hipertiroidismo
Graves (1835) fue el primero en describir este síndrome. Ya entonces, este autor señaló que existía una estrecha relación entre la aparición del síndrome y los trastornos emocionales.
Autores posteriores han constatado que el hipertiroidismo (también llamado síndrome de Basedow) ocurre con frecuencia tras severas crisis emocionales o trastornos psicológicos. En el 85-95 % de los enfermos hipertiroideos existe algún antecedente psicológico, generalmente un trauma emocional, que provocó la aparición del síndrome.
Bram (1967), en uno de los trabajos más extensos sobre la implicación de los trastornos emocionales en la aparición del hipertiroidismo, describió tres categorías de causas psicológicas:
a) Severos peligros para la vida, como guerras, terremotos, naufragios, etc. Se da en el 13 % de los casos.
b) Reacciones de terror ante operaciones quirúrgicas o partos. Se da en el 11 % de los casos.
c) Trastornos emocionales crónicos como inseguridad, preocupación excesiva, pena (por fracasos, pérdidas, etc.) Se observo en el 61 % de los casos.
Los mecanismos psicológicos pueden provocar hipertiroidismo actuando de forma tanto crónica como aguda. En las formas agudas, el bocio exoftálmico puede aparecer a los pocos días o incluso a las pocas horas del trauma psicológico.
Predisposición psicológica a padecer hipertiroidismo. Características de personalidad
No todas las personas que padecen trastornos o traumas emocionales desarrollan hipertiroidismo, sino que existe una predisposición psicofisiológica que hace que se desarrolle la enfermedad cuando existen las circunstancias desencadenantes apropiadas.
El hipertiroidismo es más frecuente en el sexo femenino (se da en un hombre por cada diez mujeres hipertiroideas). Suele tratarse de personas con una constitución emotiva, muy emocionables e inestables. Suelen tener un comportamiento irritable e incluso violento y agresivo. Puntúan alto en las escalas de paranoia y con frecuencia creen que deben protegerse de los demás, aunque sea recurriendo a la violencia.
Se sienten afectados personalmente cuando encuentran interferencias que les impiden realizar sus deseos y esto va seguido de una descarga emocional explosiva. De hecho, en estas personas son frecuentes los estallidos emocionales, que les crean problemas en sus relaciones con los demás. En los hospitales, constituyen el grupo de enfermos que más problemas provocan y es frecuente en ellos un continuo descontento con el servicio que se les ofrece, el personal, o los otros pacientes.
El paciente hipertiroideo desarrolla habitualmente estados de delirio que no parecen guardar relación con el hipertiroidismo. Presentan alucinaciones e ideas de persecución y hasta un 20 % puede padecer un delirio franco con psicosis. Cuando se trata el hipertiroidismo con fármacos antitiroideos, yodo radiactivo o cirugía, estos pacientes siguen presentando los síntomas psíquicos, lo cual indica que existe un trastorno psicológico que probablemente predispone al paciente a padecer hipertiroidismo.
También se ha observado que los hipertiroideos son extremadamente dependientes de otras personas. Durante la infancia es habitual que hayan estado muy unidos a uno de sus padres, sobre todo a la madre y la muerte de éste se sigue de largos periodos de depresión.
Weiner (1998) destaca las siguientes características de la personalidad hipertiroidea:
1. Asumir responsabilidades demasiado pronto. Por ejemplo, muchas pacientes tiroideas se han visto obligadas a sumir las responsabilidades domésticas de forma prematura.
2. Relaciones de dependencia con otra persona, generalmente con la madre (aunque se describen a sí mismas como personas maduras y autosuficientes).
3. Existencia de experiencias traumáticas en la infancia o adolescencia (pérdida de algún padre, inseguridad económica, familias excesivamente largas, etc.)
Mecanismos de acción: ¿Cómo actúan los estímulos psicológicos sobre la glándula tiroides para producir hipertiroidismo?
La glándula tiroides es muy sensible a los estímulos psicológicos, ya que éstos son capaces de incrementar la liberación de las hormonas tiroideas T3 y T4. Un posible mecanismo puede darse a través de los centros nerviosos que controlan la secreción de TSH por parte de la hipófisis. La TSH regula la síntesis y secreción de T3 y T4. Los estímulos psicológicos pueden modificar la actividad de los núcleos hipotalámicos que regulan la secreción de TRH (hormona liberadora hipotalámica).
Por otra parte, los estímulos psicológicos también estimulan otros sistemas neuroendocrinos, que pueden actuar directa o indirectamente sobre la liberación de TSH.
Una vez que se ha iniciado la hipersecreción de T3 y T 4 por la influencia de factores psicológicos, la tiroides se vuelve hiperfuncional, desarrollándose el hipertiroidismo de forma definitiva.
A su vez, el aumento de hormonas tiroideas ejerce también una influencia sobre los síntomas psicológicos, incrementándolos (irritabilidad, labilidad emocional, insomnio, etc.)