Autora: Ana Muñoz

Aunque muchas personas han oído hablar de la enfermedad celíaca, que consiste en una reacción grave al gluten, no todos saben que el gluten podría causar también diversos síntomas a personas que solo tienen una leve intolerancia o sensibilidad al gluten, como dolores de cabeza, problemas digestivos y dolores musculares, entre otros.

¿Qué es la intolerancia al gluten?

Los expertos no acaban de ponerse del todo de acuerdo respecto a estos efectos dañinos del gluten, pero sí parece claro que diversas enfermedades mejoran con una dieta libre de gluten. Además, son cada vez más las personas que optan por dejar de tomarlo porque notan que se sienten mejor y que algunos de los síntomas que padecían desde hace tiempo mejoran o desaparecen.

Los síntomas que se describen a continuación pueden tener diversas causas. No obstante, si padeces alguno de ellos desde hace tiempo y no encuentras la causa ni la solución, no te hará ningún daño pasar un tiempo haciendo una alimentación libre de gluten para comprobar su efecto.

El gluten es una proteína presente en cereales como trigo, espelta, centeno y cebada. La intolerancia al gluten es un término general que puede referirse a diferentes afecciones médicas en las que el consumo de gluten provoca síntomas adversos. Las tres principales son las siguientes:

1. Enfermedad celíaca. La enfermedad más grave causada por el gluten recibe el nombre de enfermedad celíaca, que afecta al 0,7-1 % de la población. Se produce debido a una reacción autoinmune cuando el gluten llega al aparato digestivo, que daña la mucosa del intestino delgado, produce deficiencias nutritivas debido a la malabsorción de nutrientes y causa problemas digestivos graves (diarrea, hinchazón, dolor abdominal), fatiga, anemia, pérdida de peso y síntomas neurológicos (niebla mental, ansiedad, depresión). La causa es una predisposición genética (genes HLA-DQ2 y HLA-DQ8) unida a la exposición al gluten.

2. Sensibilidad al gluten no celíaca. Otras personas, en cambio, padecen sensibilidad al gluten no celíaca, que es una reacción adversa al gluten en personas que no padecen la enfermedad celíaca. Estas personas presentan síntomas similares a la enfermedad celíaca tras consumir gluten, pero sin daño intestinal ni respuesta autoinmune. La causa no está completamente clara. Puede deberse al gluten o a otros compuestos del trigo, como los fructanos (un tipo de FODMAP que puede causar molestias digestivas).

No obstante, si dejas de comer harina de trigo (y cualquier alimento que la lleve) y ves que tus  dolores de cabeza, por ejemplo, desaparecen, entonces es posible que algo en el trigo te esté haciendo daño.

3. Alergia al trigo. Es una reacción alérgica en la que el sistema inmunológico produce anticuerpos contra proteínas del trigo (no solo el gluten). Puede causar dificultad para respirar, urticaria, náuseas, vómitos y, en casos graves, anafilaxia.

Síntomas de intolerancia al gluten

  • Hinchazón abdominal y gases después de comer. Es uno de los síntomas más típicos de la intolerancia al gluten.
  • Diarrea, estreñimiento o heces de un fuerte olor desagradable debido a la mala absorción de nutrientes.
  • Dolor abdominal.
  • Dolor de cabeza y migrañas.
  • Enfermedades de la piel. La dermatitis herpetiforme es uno de los síntomas típicos de la enfermedad celíaca y puede darse también en personas con sensibilidad al gluten. Además, otros problemas de la piel pueden experimentar una mejoría cuando se hace una dieta sin gluten, como la psoriasis, la alopecia areata y la urticaria crónica.
  • Depresión. La depresión es también más común entre personas con intolerancia al gluten.
  • Ansiedad, irritabilidad y ataques de pánico.
  • Anemia por falta de hierro. Puede producirse debido a la inadecuada absorción de nutrientes en la enfermedad celíaca. Cursa con síntomas como cansancio, sensación de falta de aire, mareos, dolor de cabeza, palidez y debilidad. Este tipo de anemia puede ser uno de los primeros síntomas de enfermedad celíaca.
  • Enfermedades autoinmunes. La enfermedad celiaca es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca al propio sistema digestivo tras consumir gluten. Tener esta enfermedad hace que una persona tenga también un riesgo mayor de tener otras enfermedades autoinmunes, como enfermedad de la tiroides.
  • Dolores musculares y articulares. El gluten puede provocar inflamación en personas sensibles a él, dando lugar a dolores generalizados, incluyendo dolor muscular y articular.
  • Mente nublada. La expresión “mente nublada” hace referencia a una falta de claridad mental, con problemas para pensar y cierta confusión, con una sensación de distanciamiento del mundo circundante, como si no estuvieran del todo despiertos, aunque no tengan sueño. Suele estar presente la mayor parte del tiempo.
  • Síntomas neurológicos, como entumecimiento u "hormigueo" en las extremidades.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunos de estos síntomas son solo típicos de la enfermedad celiaca. La sensibilidad al gluten no celiaca no se ha asociado con un aumento del riesgo de enfermedades autoinmunes, malabsorción o deficiencias nutricionales.

Hacer una dieta libre de gluten puede ser complicado

Hay una gran cantidad de alimentos que están hechos a base de harina de trigo, como croquetas, alimentos rebozados, pizzas o dulces, por poner solo unos pocos ejemplos. Además, el trigo se añade también a diversos alimentos cuyo componente principal no es necesariamente la harina. Por tanto, para hacer una dieta totalmente libre de gluten tendrás que empezar a leer todas las etiquetas con cuidado y, ante la duda, comprar solo productos donde ponga “libre de gluten”.

El gluten se encuentra en los siguientes alimentos: trigo, espelta, centeno, cebada, escanda, triticale, kamut. Por tanto, puede encontrarse en productos elaborados con estos cereales, como pan, pasta, cerveza, dulces, galletas, salsas, entre otros.

El gluten puede estar presente en todo tipo de alimentos procesados, de manera que el mejor modo de evitarlo consiste en comer alimentos lo más naturales posible.

Una buena alternativa es la avena, que no contiene gluten y es bien tolerada. Hay que tener en cuenta, no obstante, que algunos alimentos, como la avena, se procesan en las mismas máquinas que procesan los alimentos a base de trigo, de modo que pueden contener trazas de trigo. Mira la etiqueta y busca que ponga “sin gluten”.

Algunos suplementos alimenticios y fármacos pueden contener también gluten.

Cereales sin gluten

Hay muchos cereales que pueden usarse para sustituir al trigo o a otros cereales con gluten. Entre los cereales que no contienen gluten se encuentran los siguientes: quinoa, arroz, maíz, lino, mijo, tapioca, trigo sarraceno, amaranto y avena. Por cierto, el amaranto podría considerarse como un “superalimento” por su alto valor nutritivo.

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