Autora: Ana Muñoz

La anemia es una enfermedad de la sangre que consiste en tener menos glóbulos rojos de lo normal o tener menos hemoglobina de lo normal.

Los glóbulos rojos se encargan de distribuir el oxígeno en todo el cuerpo. Cada día se producen millones de ellos en la médula ósea y desde allí pasan al torrente sanguíneo. Un suplemento constante de nuevos glóbulos rojos es necesario para sustituir a los que llegan al final de su ciclo vital. Los glóbulos rojos contienen una sustancia química llamada hemoglobina. La hemoglobina se une al oxígeno y lo transporta desde los pulmones al resto del cuerpo. Para que se produzcan constantemente nuevos glóbulos rojos y hemoglobina, es necesario tener una médula ósea sana, y el aporte adecuado de ciertos nutrientes a través de la alimentación, como hierro y ciertas vitaminas.

Cuando no hay suficientes glóbulos rojos o la hemoglobina es muy escasa, la sangre no puede aportar suficiente oxígeno al organismo. Existen diversas formas de anemia, como por ejemplo:

  • Anemia por deficiencia de hierro (anemia ferropénica)
  • Anemia hemolítica
  • Anemia por deficiencia de ácido fólico
  • Anemia debida a trastornos hereditarios (como la talasemia o la anemia de células falciformes -drepanocitosis-)
  • Anemia debida a enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide.

Tipos de anemia

Anemia por deficiencia de hierro (anemia ferropénica)

Es la forma más común de anemia y es el resultado de no tener suficiente hierro en la sangre. El hierro es el componente principal de la hemoglobina. La anemia ferropénica puede producirse por una falta de hierro en la dieta o una pérdida de sangre.

Las mujeres embarazadas pueden tener esta forma de anemia porque el feto utiliza el hierro de la madre para producir sus propios glóbulos rojos y para crecer. Las mujeres también pierden sangre durante sus períodos menstruales y a causa de embarazos repetidos. Otra causa de pérdida de sangre puede ser la hemorragia interna en el estómago (como es el caso de las úlceras) o en el intestino (como con el cáncer de colon).

Anemia hemolítica

Se produce cuando los glóbulos rojos son destruidos o dañados por una infección, drogas, o enfermedades hereditarias.

Anemia por deficiencia de vitamina B12 (cobalamina)

La Vitamina B12 es esencial para el funcionamiento normal del sistema nervioso y la producción de células de la sangre. Las fuentes principales de vitamina B12 son la carne, los huevos, y los productos lácteos. Para que la vitamina B12 pueda ser absorbida por el cuerpo, debe unirse al factor intrínseco, una proteína secretada por las células del estómago. Este tipo de anemia tiene lugar cuando el estómago o los intestinos tienen problemas para absorber la vitamina B12. Por ejemplo, en la anemia perniciosa se produce una falta del factor intrínseco, que impide la absorción normal de esta vitamina en el tracto intestinal. Enfermedades del estómago o intestinos, ciertos fármacos, y algunas enfermedades hereditarias pueden también causar deficiencia de vitamina B12. Algunas personas vegetarianas pueden no estar ingiriendo suficiente vitamina B12 de los alimentos que consumen. Además de causar anemia, la carencia de vitamina B12 afecta al sistema nervioso y puede provocar síntomas como aletargamiento, hormigueos, problemas del equilibrio, depresión, o problemas de memoria.

Anemia por deficiencia de ácido fólico

El ácido fólico es necesario para la formación de los glóbulos rojos. La anemia debida a una carencia del ácido fólico en la dieta es similar a la anemia por deficiencia de vitamina B12, pero sin daños en nervios específicos. Sin embargo, puede causar depresión. La falta de ácido fólico en la dieta puede provocar también defectos en el recién nacido. Este tipo de anemia es más común en:

  • Mujeres embarazadas.
  • Personas cuyos intestinos tienen problemas para absorber los nutrientes de los alimentos.
  • Personas que utilizan diariamente ciertos medicamentos como dilantina, sulfasalazina, y posiblemente píldoras anticonceptivas.
  • Alcohólicos, que padecen a menudo de malnutrición.

Anemia causada por trastornos hereditarios que afectan a los glóbulos rojos

Los tipos más comunes de problemas hereditarios que producen anemia debido a una anormalidad de los glóbulos rojos son la talasemia y la drepanocitosis.

La drepanocitosis o anemia de células falciformes, es una enfermedad hereditaria en la que los glóbulos rojos son anormales, presentando una forma de hoz o media luna. Esta forma está causada por una hemoglobina anormal llamada hemoglobina S, que reduce la cantidad de oxígeno en el glóbulo rojo, provocando esa forma en hoz. Los glóbulos rojos anormales se dañan o se destruyen a su paso a través del sistema circulatorio. Cursa con numerosos síntomas. Prácticamente todos los órganos y sistemas se afectarán con el tiempo.

En el corazón se encuentran soplos de diversa magnitud, dilatación cardiaca y cardiomegalia. Puede dar lugar a una enfermedad llamada crisis de la célula falciforme

La crisis puede ocurrir bajo ciertas condiciones, como cambios de altitud o de presión, bajo nivel de oxígeno, o algunas enfermedades. En la crisis de la célula falciforme el glóbulo rojo se deforma aún más y bloquea los pequeños vasos sanguíneos, causando un dolor severo y prolongado y otras complicaciones.

Las Talasemias son un grupo de anemias hereditarias causadas por una hemoglobina anormal. La hemoglobina anormal puede dar lugar a glóbulos rojos anormales, así como a niveles bajos de hemoglobina. La hemoglobina contiene dos cadena, la alfa y la beta. Debido a defectos genéticos existe un desequilibro en la producción de alguna de las cadenas. Las talasemias afectan principalmente a personas de origen mediterráneo, pero algunos tipos afectan también a personas de África, Asia, India, y del Pacífico sur. La mayoría de las formas de talasemia son leves, pero algunas formas provocan una enfermedad que puede poner en peligro la vida de los niños.

Anemia causada por enfermedad crónica

Algunas de las enfermedades crónicas que pueden causar anemia son:

  • Cáncer
  • Artritis reumatoide
  • Infecciones recurrentes
  • Enfermedad renal

¿Cuáles son los síntomas de la anemia?

La anemia leve no suele producir síntomas. Una anemia más severa se asocia a: fatiga, debilidad y palidez en la piel, encías y uñas. Otros síntomas que aparecen en las anemias más graves incluyen:

  • Mareo, especialmente al cambiar de posición, por ejemplo, cuando te pones de pie.
  • Ritmo cardiaco acelerado.
  • Falta de aliento.
  • Desmayo.
  • Dolor en el pecho.
  • La ictericia (piel y ojos de color amarillento) puede ser un síntoma de anemia hemolítica.

Tratamiento

El tratamiento depende del tipo de anemia que padezcas.

Anemia ferropénica. Para tratar la anemia debida a una deficiencia de hierro (si no hay enfermedad subyacente que cause pérdida de sangre), tu médico prescribirá simplemente suplementos de hierro y/o una dieta con alimentos ricos en hierro. Las tabletas de hierro pueden tener efectos secundarios, como dolores abdominales, náuseas, estreñimiento, y deposiciones oscuras y duras. Para disminuir los efectos secundarios, tu médico comenzará con una dosis baja de hierro y la aumentará lentamente hasta la cantidad necesaria.

También puede sugerirte que tomes vitamina C con el suplemento de hierro para ayudar a tu cuerpo a absorberlo. Tomar el hierro durante las comidas puede ayudar a impedir los problemas de estómago e intestino. No tomes los antiácidos y no comas ni bebas ningún producto lácteo al mismo tiempo que tomas el hierro. Los antiácidos y los productos lácteos impiden que el cuerpo absorba el hierro.

Anemia por deficiencia de vitamina B12. Si tienes esta forma de anemia debido a que tu estómago no absorbe la vitamina B12 adecuadamente, el tratamiento generalmente consiste en una inyección de vitamina B12 una vez al mes. En algunos casos tu médico puede prescribir una tableta oral.

Anemia por deficiencia de ácido fólico. El tratamiento para este tipo de anemia consiste en tomar diariamente suplementos de ácido fólico.

Anemia causada por anormalidades hereditarias de los glóbulos rojos. La anemia de células falciformes requiere generalmente tratamientos frecuentes. Son necesarios suplementos de ácido fólico, descanso, medicamentos para aliviar el dolor o para tratar las infecciones. A veces es necesario un trasplante de médula ósea, aunque sólo se recomienda en una minoría de los casos debido a los riesgos que conlleva (los fármacos usados para hacer posible el trasplante son altamente tóxicos).

El tratamiento para la talasemia depende de factores como la severidad de la anemia, la edad, y el riesgo de las transfusiones de sangre. Cuando las transfusiones de sangre son necesarias para la anemia aguda, existe un pequeño riesgo de adquirir una enfermedad como hepatitis o SIDA, incluso aunque la sangre donada se analice cuidadosamente. Por esta razón, tu médico recomendará una transfusión solamente cuando es claramente el mejor tratamiento.
Las personas que reciban transfusiones no deben tomar suplementos de hierro.

Anemia causada por enfermedad crónica. Afortunadamente, los efectos de este tipo de anemia tienden a ser leves. Para ciertas condiciones, como una enfermedad renal crónica, tu médico puede prescribir inyecciones regulares del eritropitina, sustancia que controla la producción de glóbulos rojos en la sangre.

Qué puedes hacer para ayudar a prevenir la anemia y problemas que conlleva

La prevención de la anemia depende de la causa. Si tu anemia es debida a una deficiencia en tu dieta, comer los alimentos ricos en dicho nutriente te ayudará a prevenir una repetición. Para prevenir las complicaciones de la anemia por deficiencia de vitamina B12, sigue el tratamiento proporcionado por tu médico de inyecciones de la vitamina B12.

Si tienes anemia falciforme, es importante no estar deshidratado (es decir, no perder demasiado fluido corporal) con el calor, el ejercicio, o la fiebre. La deshidratación puede accionar una crisis de la célula falciforme. El asesoramiento genético es importante para las familias con anemia hereditaria.