Autora: Ana Muñoz
La litiasis biliar, también llamada colelitiasis, tiene una prevalencia en occidente de alrededor de entre el 10 y el 30 %, siendo mayor en el sexo femenino y aumentando con la edad. Su prevalencia es inferior en África y los países orientales; de hecho, en la tribu masai de África oriental, la colelitiasis no se da.
La litiasis biliar consiste en la formación de cálculos o "piedras" en la vesícula biliar y las vías biliares.
El hígado produce bilis, que consiste en un fluido verdoso compuesto de sales biliares, fosfolípidos (sobre todo lecitina) y colesterol. En menor cantidad contiene bilirrubina conjugada y concentraciones muy bajas de proteína, así como los eventuales metabolitos de hormonas, fármacos y colorantes. La bilis formada en el hígado se almacena en la vesícula biliar hasta que es necesaria para los procesos digestivos. En este momento es vertida al duodeno (porción superior del intestino delgado) a través del conducto cístico.
Función de los ácidos biliares
La bilis cumple funciones muy importantes para el organismo:
- Es esencial para la eliminación de varios productos catabólicos, como los pigmentos biliares y los metabolitos de hormonas esteroides. A través de la bilis se eliminan también numerosos fármacos, drogas y toxinas.
- Los ácidos biliares participan en el proceso de la digestión de la grasa ingerida por la alimentación.
- Tanto el proceso de formación de la bilis en el hígado como la circulación enterohepática de ácidos biliares desempeñan una papel fundamental en la regulación de los niveles de colesterol en el organismo, mediante la conversión de colesterol en ácidos biliares y la excreción de colesterol por la bilis.
Los cálculos biliares
Los cálculos biliares pueden ser de tamaños muy variados, desde la dimensión de un grano de arena hasta el tamaño de una pelota de golf; pueden ser lisos y redondeados o irregulares y rugosos.
Existen dos tipos de cálculos biliares: pigmentarios y de colesterol.
- Cálculos de colesterol
En los países occidentales, alrededor del 75 % de los cálculos biliares son de este tipo. Suelen tener un color amarillento. El colesterol lega al hígado a través de tres vías diferentes:
a) A través de los alimentos ingeridos.
b) Procedente de la circulación y de otros tejidos.
c) Mediante la síntesis de colesterol en el propio organismo a partir de ácido acético.
Cuando hay un exceso de colesterol, el hígado lo elimina de varias formas:
a) Es transformado en ésteres de colesterol y liberado a la circulación sanguínea mediante la secreción de VLDL.
b) Es convertido en ácidos biliares.
c) Es excretado directamente en la bilis como colesterol libre.
Cuando se produce una secreción excesiva de colesterol en la bilis, ésta se satura. El exceso de secreción de colesterol puede producirse en los siguientes casos:
a) Incremento de la síntesis de colesterol en el organismo, como ocurre en la obesidad.
b) Aumento de la actividad de los receptores hepáticos de colesterol, lo que hace que entre más colesterol en el hígado. Esto curre por efecto de los estrógenos en las mujeres.
c) Reducción de la conversión del colesterol en ácidos biliares que ocurre con la edad.
d) Disminución de la esterificación del colesterol libre debido a un aumento de la secreción interna o un aporte externo de progestágenos. Esto explica el mayor riesgo de formación de cálculos biliares durante el el tercer trimestre de embarazo.
En la bilis, el colesterol es transportado mediante dos vehículos: vesículas y micelas formadas por colesterol y lecitina. Cuando en la bilis existe un exceso de colesterol, las vesículas son inestables y tienden a fusionarse, dando lugar a cristales líquidos que son muy inestables y pueden convertirse en cristales sólidos, originando los cálculos.
- Cálculos pigmentarios
Los cálculos pigmentarios, como los de la imagen, se forman cuando la bilis contiene un exceso de bilirrubina. La bilirrubina es un pigmento biliar producido por la destrucción de los glóbulos rojos cuando estos envejecen. Aparecen en personas con enfermedades como cirrosis, infección de los conductos biliares (por el efecto de las bacterias sobre la bilirrubina) o enfermedades hemolíticas (por destrucción excesiva de glóbulos rojos). Suelen ser de color negro u ocre.
Papel de la vesícula biliar en la formación de cálculos
La existencia de la vesícula biliar tiende a favorecer la formación de cálculos por varios motivos: durante el ayuno nocturno aproximadamente el 50-60 % de ácidos biliares es almacenado en la vesícula y vertido al duodeno al ingerir alimentos. Así, la vesícula tiende a estar sobresaturada durante el ayuno, tanto más cuanto mayor sea su duración. Si los cristales formados en la vesícula sobresaturada se eliminaran rápidamente, no se formarían cálculos; por tanto, la retención prolongada del contenido de la vesícula favorece la formación de cálculos.
Síntomas
Con frecuencia no se producen síntomas y no requiere tratamiento, pero en algunas ocasiones pueden producirse los siguientes síntomas:
- Cólicos biliares. Los cólicos biliares constituyen el síntoma principal en personas con litiasis biliar. El cólico consiste en un dolor intenso que suele aparecer una o dos horas después de haber comido, aunque también puede aparecer en cualquier otro momento. Puede durar desde 15 o 30 minutos hasta varias horas. El dolor aparece en la parte superior del abdomen. En la mitad de los casos el dolor irradia hacia la espalda. Se produce debido a la obstrucción pasajera del conducto cístico por un cálculo. Con frecuencia, el cólico biliar se acompaña de vómitos, los cuales a menudo calman el dolor. Pueden presentarse cada semana, cada mes o sólo esporádicamente.
- Colecistitis crónica. La presencia de cálculos en la vesícula biliar origina cambios inflamatorios y cicatriciales que reciben el nombre de colecistitis crónica.
- Colecistitis aguda. Es la inflamación aguda de la pared de la vesícula biliar que se manifiesta con dolor abdominal, fiebre e inflamación abdominal.
- Dispepsia biliar. Hace referencia a una serie de síntomas que con frecuencia aparecen asociados a la litiasis biliar. Son los siguientes: intolerancia a las comidas grasas y/o sazonadas, aerofagia, flatulencia, sensación de peso e hinchazón abdominal después de comer, ardor de estómago (pirosis), regurgitaciones, náuseas y vómitos.
A veces, los cálculos biliares quedan atrapados en el cuello de la vesícula y producen un dolor persistente que puede durar varias horas y está acompañado de fiebre.
Los cálculos pueden atravesar las vías biliares y llegar al conducto pancreático, obstruyéndolo y dando lugar a una pancreatitis.
Factores que contribuyen a la formación de cálculos biliares
- Exceso de colesterol en la bilis
- Vaciado poco frecuente o incompleto de la vesícula biliar. Esto puede ocurrir durante el embarazo, al comer muy poca grasa o estar demasiado tiempo sin comer (como al saltarse el desayuno o alguna otra comida).
Factores de riesgo
- Sexo femenino. Las mujeres entre 20 y 60 años tienen el doble de posibilidades que los hombres de padecer cálculos biliares. Esto es debido a que los estrógenos producen un aumento de la excreción de colesterol con la bilis. El embarazo, que produce un aumento de las hormonas femeninas, también aumenta el riesgo. Las píldoras anticonceptivas y la terapia hormonal incrementan los niveles de colesterol en la bilis y disminuyen el vaciado de la vesícula biliar.
- Obesidad. Cuanto más elevado sea el índice de masa corporal (un método para estimar la cantidad de grasa corporal), más alto es el riesgo de cálculos biliares. Incluso una obesidad moderada aumenta los niveles de colesterol en la bilis. También disminuye los niveles de sales biliares y reduce la frecuencia de vaciado de la vesícula.
- Dieta. Una dieta muy baja en calorías encaminada a la pérdida de peso perturba la química de la bilis y puede hacer que la vesícula se vacíe con menor frecuencia. De hecho, perder más de un kilo y medio a la semana puede aumentar el riesgo de padecer cálculos biliares.
- Intervención quirúrgica gastrointestinal. Las personas que han sido sometidas a una intervención de este tipo para perder peso también presentan un mayor riesgo. Una de cada tres personas que han experimentado este tipo de cirugía pueden desarrollar cálculos biliares unos meses después de la intervención.
- Edad. La probabilidad de desarrollar litiasis biliar aumenta con la edad. Las personas mayores de 60 años presentan un mayor riesgo.
Complicaciones
Los cálculos biliares pueden pasar al conducto biliar común y obstruirlo. Esto hace que se obstruya el flujo biliar, produciendo un aumento de la presión intrabiliar e inhibiendo la función de excreción de bilis del hígado. Los síntomas típicos son color amarillento de piel y ojos y orina oscura. En los casos de oclusión aguda, la distensión súbita de las vías biliares causa el dolor característico del cólico biliar.
La infección bacteriana de las vías biliares cercanas al punto ocluido recibe el nombre de colangitis (infección del conducto biliar común). Si es grave o prolongada puede originar abscesos hepáticos.
La impactación de un cálculo en la ampolla de Vater puede desencadenar un ataque de pancreatitis aguda por obstrucción del flujo pancreático.
- Carcinoma de la vesícula biliar
El 80% de las personas con cáncer de la vesícula biliar tiene litiasis biliar, lo cual sugiere que los cálculos biliares están relacionados con la aparición del cáncer. Sin embargo, el riesgo de cáncer en personas con cálculos biliares es bajo, siendo sólo del 1%. Por razones desconocidas, este riesgo es mayor en pacientes con vesícula calcificada.