Autora: Ana Muñoz


El LED una enfermedad crónica de origen autoinmunitario. Es decir, el sistema inmunitario ataca los órganos y tejidos del propio cuerpo. En estas personas existe un número prácticamente ilimitado de anticuerpos dirigidos contra los propios tejidos, que reciben el nombre de autoanticuerpos.

Esta enfermedad puede ser remitente o recidivante, a menudo febril, caracterizada principalmente por lesiones en la piel, articulaciones, riñón y serosas (pleura, pericardio). No obstante, puede atacar a prácticamente cualquier órgano.

En el LED, algunos de los anticuerpos que normalmente combaten las enfermedades están fuera de control. Incluyen anticuerpos antinucleares, que atacan el núcleo celular, el cual contiene el material genético, y anticuerpos anti-ADN, que atacan el material genético (ADN) contenido en la célula.

Pevalencia

Se trata de una enfermedad bastante frecuente, cuya prevalencia puede ser de hasta 1 por cada 2500 personas en ciertas poblaciones. Afecta principalmente a mujeres, con una relación entre el sexo femenino y el masculino de 9:1.

Esta enfermedad suele manifestarse principalmente en la segunda o tercera década de la vida, aunque puede aparecer a cualquier edad, incluso en la primera infancia.

Causas

La causa es desconocida, aunque algunos investigadores consideran que puede haber una asociación con las hormonas femeninas, debido a que la mayoría de las personas con esta enfermedad son mujeres. En los años fértiles, la frecuencia de esta enfermedad es 10 veces mayor en la mujer que en el hombre y puede haber agravaciones durante la menstruación y la gestación.

También se baraja la posibilidad de que existan factores genéticos, aunque estaría implicado más de un gen en el desarrollo de la enfermedad. Los miembros de una misma familia tienen un riesgo mayor de desarrollar LED. Además, entre los gemelos idénticos, existe un 24 % de probabilidades de que ambos desarrollen la enfermedad, mientras que entre gemelos no idénticos, la probabilidad de 1 a 3%.

Ciertos fármacos, como la hidralacina, la procainamida y la D-penicilamina pueden provocar respuestas similares al LED. En estos casos, los síntomas suelen desaparecer cuando el paciente deja de tomar el fármaco.

La exposición a la luz ultravioleta empeora los síntomas de la enfermedad, así como la ingesta de ciertos alimentos (como brotes de alfalfa).

Síntomas

La severidad de los síntomas varía con el tiempo, con periodos en los que no existen síntomas o son bastante leves, seguidos de exacerbaciones, en las que aumenta la severidad de los síntomas y algún otro órgano puede verse afectado.

Muchas de las personas con LED presentan fatiga, dolor muscular, debilidad, pérdida de apetito y pérdida de peso. El bazo y los ganglios linfáticos a menudo están inflamados y agrandados.

Los síntomas son los siguientes:

  • Erupción malar. Consiste en un eritema (inflamación superficial de la piel con enrojecimiento) sobre los pómulos, que tienden a respetar los pliegues nasolabiales.
  • Erupción discoide. Placas eritematosas elevadas, con descamación y tapones foliculares. Aparecen en las mejillas, nariz, cuero cabelludo, orejas, pecho, espalda y la parte superior de brazos y piernas. La pérdida de pelo es común.
  • Úlceras orales. Pueden aparecer úlceras en la boca o región nasofaríngea, generalmente indoloras.
  • Artritis. Inflamación que afecta a dos o más articulaciones. Es muy común, apareciendo en el 90% de los pacientes.
  • Serositis. Puede producirse pleuritis y pericarditis.
  • Pleuritis. Inflamación de la pleura, que es la membrana que envuelve el pulmón. Está formada por dos hojas y entre ambas se encuentra un líquido seroso. También puede acumularse líquido en los pulmones. El paciente suele experimentar síntomas como tos y falta de aire.
  • Pericarditis. Inflamación del pericardio, que es la membrana que envuelve el corazón; está formado por dos membranas. También puede producirse una miocarditis (inflamación de corazón). Los problemas cardiacos pueden dar lugar a arritmias y fallo cardiaco o incluso la muerte súbita. A veces se forman coágulos en los vasos sanguíneos, dando lugar a complicaciones.
  • Fotosensibilidad. El paciente es sensible a la luz solar, que provoca erupción cutánea. 
  • Alteración renal. Los riñones pueden sufrir un daño importante. Puede producirse un fallo renal.
  • Alteración neurológica. Pueden aparecer dolores de cabeza, convulsiones, cambios en la personalidad.
  • Trastorno hematológico. Pueden darse disminuciones del número de células sanguíneas, como anemia, leucopenia, linfopenia, trombocitopenia.
  • Alteraciones gastrointestinales. Náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal. Puede producirse peritonitis (inflamación del peritoneo).
  • Trastornos oculares. Los ojos están enrojecidos, secos y doloridos. Puede producirse inflamación de uno de los nervios responsables de la visión, lo cual puede resultar en problemas de visión. También puede producirse inflamación de los vasos sanguíneos que proveen sangre a la retina, causando ceguera.

Pronóstico

El pronóstico de estos pacientes varía en función de los órganos afectados y la severidad de la inflamación. Alguna personas pasan largos periodos de tiempo con síntomas leves o sin síntomas. Entre el 90 y el 95 % de estas personas siguen vivos tras dos años de enfermedad; entre el 82 y el 90 % siguen vivos tras 5 años; entre el 82 y el 80 % siguen vivos tras 10 años y entre el 635 y el 75 % después de 20 años.

La causa más probable de muerte durante los primeros diez años son las infecciones y el fallo renal. Entre el décimo y veinteavo año, la causa más probable es el desarrollo de coágulos sanguíneos.

Las mujeres embarazadas con LED suelen tener abortos en el 30% de los casos y el 25% de los bebés son prematuros. La mayoría de los hijos de estas mujeres son normales. En raras ocasiones, estos niños desarrollan una enfermedad llamada lupus neonatal, caracterizado por erupción cutánea, problemas hepáticos o hematológicos y trastorno cardiaco.

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