Autora: Ana Muñoz
Por absurdo que parezca, una relación puede empezar a deteriorarse hasta romperse por cosas tan tontas como dejarse los platos en el fregadero. Los reproches por pequeñas cosas parecen ir acumulándose hasta formar una pesada montaña que se desmorona sobre la relación acabando con ella. Esos pequeños reproches empiezan a convertirse en discusiones más serias y con cada nueva discusión se discute por lo sucedido en ese momento y por todo lo anterior. Aparecen el desprecio y los comentarios hirientes, que dejan una huella difícil de borrar. Cada miembro de la pareja se queda solo con sus propias heridas tras esas discusiones, quedando un resentimiento que volverá a surgir en la siguiente discusión. Las críticas, defensividad y falta de comunicación se instalan en la relación permanentemente.
Sin embargo, lo que de verdad hace que una relación se rompa, no son las interacciones negativas, sino la cantidad de comentarios positivos por cada comentario negativo. Es decir, para que una relación funcione hace falta que cada persona exprese a su pareja cinco comentarios o actos de amor, aprecio y respeto por cada comentario negativo. Lo que significa que hacen falta cinco hechos positivos para borrar los efectos de un solo acto negativo.
Por tanto, ¿qué puedes hacer para que vuestra relación dure?
1. Expresar aprecio y mantener interacciones positivas a diario. Por ejemplo, reír juntos, cogeros de las manos, abrazaros, hacer cumplidos, hacer pequeños actos de amabilidad. Sobre todo en épocas de conflictos (y cuando no haya conflictos también), ser amable de manera consistente con tu pareja, crea una poderosa capa protectora y buenos sentimientos en la relación. En realidad, nuestro deseo de que nos elogien y muestren aprecio es mucho más intenso que el deseo de ser amados o comprendidos. Por desgracia, muchas personas se resisten a elogiar a aquellos a quienes aman. Además, cada persona tiene que descubrir qué tipo de elogio o muestras de aprecio le gusta a su pareja recibir y cómo desea que se lo muestren. Por ejemplo, a algunas personas les gustan las muestras de afecto físico, a otras las notas escritas, a otras los pequeños regalos o ciertos gestos o detalles, etc. A veces, la mejor muestra de aprecio consiste en agradecer a tu pareja las cosas que hace pero que habitualmente no llaman tu atención.
2. Ten cuidado con el modo como criticas sus comportamientos. Hay muchas formas de decir las cosas. Si tu pareja hace algo que desapruebas y se lo dices de un modo que expresa desprecio hacia él o ella como persona (ej: "no eres más que un vago que nunca hace nada"; "no sé que clase de persona hay que ser para hacer esto"; "no te importa nadie más que tú"), entonces tu pareja se sentirá dolida y despreciada, y no muy dispuesta a cambiar. En lugar de eso, expresa tu queja de un modo que le indique cómo eso te afecta (ej: me siento bastante mal cuando haces esto y te agradecería que dejaras de hacerlo). Intenta decir, en esos momentos, algo que de verdad aprecies de tu pareja. Usa el humor, el interés y el afecto porque precisamente en los momentos de conflicto es cuando más necesitas acercarte a tu pareja en vez de alejarte y tratar de entender su conducta y ser comprensivo.
3. Observa tus reacciones. Si observas tus propias reacciones en momentos de discusión, te resultará más fácil modificarlas. Es importante que durante una discusión mantengas la calma, hablado sin levantar la voz. Si entras en un estado de descontrol, reaccionas con una respuesta de estrés: tu cuerpo se acelera, las hormonas del estrés se elevan y tu cerebro no funciona del todo bien, viéndose limitada la percepción y la capacidad para captar nueva información. Tan solo percibes un sentimiento de amenaza y el deseo de luchar para defenderte o salir corriendo. Esto te aleja de tu pareja y de tu capacidad para entender cómo se siente. Si mantienes la calma serás más capaz de ver dónde está el límite, sentir compasión por tu pareja y no excederte con comentarios hirientes y desprecio.
4. Conoce a tu pareja. Algo común en parejas a punto de separarse es la falta de curiosidad por la vida interna del otro. Por tanto, trata de conocer el mundo interior de tu pareja: lo que le gusta y lo que no, sus miedos, sus fortalezas, sus sueños, sus frustraciones, lo que le hace reír o relajarse, sus rarezas o excentricidades, sus peculiaridades, sus valores, lo que ama o lo que odia, su historia y su pasado, etc. Por tanto, hablad entre vosotros y haceros preguntas que os ayuden a saber más el uno del otro.
5. Comparte tu vida. Muchas parejas suelen compartir un espacio común en el que vivir, actividades como salidas, cenas, etc., pero lo que de verdad te unirá a tu pareja es compartir cosas importantes, como metas comunes, proyectos, experiencias importantes, pues es lo que te da la sensación de que sois un equipo y trabajáis juntos en la vida luchando por algún proyecto común.