Autora: Ana Muñoz


Algunos datos

El tabaco es un de las principales causas de muerte, debido principalmente a enfermedades como cáncer, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y enfermedad cardiaca. En España el tabaco causa unas 50.000 muertes al año.

Alrededor la mitad de los fumadores muere de enfermedades relacionadas con el tabaco.

Si eres un fumador a largo plazo, en promedio, tu esperanza de vida es de unos 8-12 años menos que la de una persona no fumadora. En otras palabras, cerca de 8 de cada 10 no fumadores vive más de 70 años, pero solamente la mitad de los fumadores crónicos viven más de 70 años.

Muchas muertes relacionadas con el tabaco no son muertes rápidas. Por ejemplo, si desarrollas una EPOC puedes padecer varios años de enfermedad y de síntomas antes de morir.
El fumar aumenta el riesgo de desarrollar diversas enfermedades (enumeradas más abajo). Muchas de ellas pueden no ser fatales, pero pueden causar años de síntomas desagradables.

Algunos datos alentadores

Dejar de fumar puede suponer una gran diferencia en tu salud. Nunca es demasiado tarde para beneficiarse del hecho de dejar de fumar. Por ejemplo, si dejas de fumar en una edad media, antes de tener cáncer u otra enfermedad seria, evitarás la mayor parte del riesgo creciente de muerte por fumar.

Mucha gente ha dejado de fumar. En 1972 casi la mitad de adultos en el Reino Unido eran fumadores. Antes de 1990 este número había caído a un tercio. Actualmente, sólo un cuarto de adultos británicos son fumadores.

Componentes del tabaco

Nicotina. Es una droga que estimula el cerebro. Si eres un fumador habitual, cuando cae el nivel de nicotina en tu sangre, desarrollas síntomas de abstinencia como deseo de tabaco, ansiedad, inquietud, dolores de cabeza, irritabilidad, hambre, problemas de concentración, o simplemente te sientes mal. Estos síntomas son aliviados por el cigarrillo siguiente. Así pues, la mayoría de los fumadores necesitan fumar regularmente para sentirse "normales", y para prevenir los síntomas de abstinencia.

Otros productos químicos. El humo del tabaco contiene unos 4000 productos químicos, incluyendo unos 50 agentes carcinógenos (sustancias que pueden producir cáncer) conocidos y otros venenos. Los depósitos de estos productos en los pulmones pasan a los vasos sanguíneos y de ahí a otras partes del cuerpo. Entre estos productos se encuentran los siguientes:

  • Alquitranes: utilizados para asfaltar carreteras y calles.
  • Arsénico: veneno mortal muy potente.
  • Cadmio y níquel: utilizados en baterías.
  • Cloruro de vinilo: discos de vinilo.
  • Creosota: componente del alquitrán.
  • Formaldehído: conservante orgánico usado en laboratorios forenses y anatomía patológica.
  • Polonio 210: radioactivo.
  • Uretano: utilizado para embalajes.
  • Amoniaco: utilizado en los limpiacristales.
  • Acetona: disolvente tóxico.
  • Acroleína: potente irritante bronquial y causa de enfisema.
  • Cianuro de hidrógeno: veneno mortal utilizado como raticida.
  • Monóxido de carbono: mortal en espacios cerrados cuando hay una combustión deficiente (calderas, estufas, braseros…).
  • Metanol: utilizado como combustible de misiles.
  • Tolueno: disolvente tóxico.

Enfermedades provocadas o empeoradas por el tabaco

Cáncer de pulmón. Unos 8 de cada 10 casos de muertes por cáncer de pulmón se relacionan directamente con el hábito de fumar.

Enfermedad pulmonar obstructora crónica o EPOC. También llamada la enfermedad del fumador. Más de 8 de cada 10 de las muertes causadas por esta enfermedad se relacionan directamente con el hábito de fumar. Estas personas suelen estar bastante enfermas durante varios años antes de morir.

La enfermedad cardiaca es la enfermedad que más muertes produce en occidente. Cerca de 1 de cada 7 de estas muertes son debidas al tabaco.

Otros cánceres. Cáncer de boca, nariz, garganta, laringe, esófago, páncreas, vejiga, cérvix, sangre (leucemia), y riñón son comunes en fumadores.

Circulación. Los productos químicos del tabaco pueden dañar las paredes de los vasos sanguíneos y afectar el nivel de lípidos (grasas) en la circulación sanguínea. Esto aumenta el riesgo de formación de placas de ateromas en las arterias (aterosclerosis). Es la causa principal de enfermedad cardiaca. Es también la causa principal de ataques cardiacos, enfermedad vascular periférica (circulación pobre en las piernas), y de aneurismas (dilatación de las arterias que pueden estallar causando hemorragia interna). Todas estas enfermedades relacionadas con los ateromas son más comunes en fumadores.

Problemas sexuales. Los fumadores tienen más probabilidades que los no fumadores de llegar a ser impotentes o tener dificultades para mantener una erección con una edad media. Se piensa que puede ser debido al daño que causa el tabaco en los vasos sanguíneos del pene.

Envejecimiento. Los fumadores tienden a desarrollar más arrugas en su cara a una edad más temprana que los no fumadores. Esto a menudo hace que los fumadores parezcan mayores de lo que realmente son.

La fertilidad se reduce en fumadores de ambos sexos.

Menopausia. En promedio, las mujeres que fuman tienen la menopausia casi dos años antes que las no fumadoras.

Otras enfermedades agravadas por el hábito de fumar incluyen: asma, resfriado común, gripe, afecciones pulmonares, tuberculosis, rinitis crónica, retinopatía diabética, hipertiroidismo, esclerosis múltiple, neuritis óptica, y enfermedad de Crohn.

El fumar aumenta el riesgo de desarrollar otras enfermedades, incluyendo: neuropatía óptica, catarata, degeneración macular, psoriasis, enfermedades de las encías, pérdida de dientes, osteoporosis y enfermedad de Raynaud.

Riesgos de fumar durante el embarazo

  • Aborto. Existe un mayor riesgo de aborto en mujeres fumadoras.
  • Complicaciones en el embarazo, incluyendo sangrar durante el embarazo, la separación de la placenta, el nacimiento prematuro, y el embarazo ectópico.
  • Bajo peso al nacer. Los bebés nacidos de mujeres fumadoras pesan en promedio 200 gramos menos que los bebés nacidos a las madres no fumadoras. Los bebés prematuros y con bajo peso son más propensos a la enfermedad y a las infecciones.
  • Defectos congénitos en el bebé, como paladar hendido.
  • Bebés nacidos muertos o muerte dentro de la primera semana de vida. El riesgo en fumadoras aumenta en cerca de un tercio.
  • Crecimiento, desarrollo, y salud a largo plazo más pobres en hijos de fumadores. En promedio, comparados con niños nacidos de no fumadores, los niños nacidos de fumadores son más pequeños, tienen logros más bajos en lectura y matemáticas, y tienen un mayor riesgo de desarrollar asma.

Fumadores pasivos: cómo afecta el humo del tabaco a otras personas

  • Niños y bebés que viven en un hogar donde hay un fumador:
  • Son más propensos al asma y a las infecciones del oído, de la nariz y de pecho. Cerca de 17.000 niños menores de cinco años en Inglaterra y País de Gales son ingresados en el hospital cada año debido a las enfermedades provocadas por el hábito de fumar de los padres.
  • Mayor riesgo de muerte súbita.
  • Tienen más probabilidades de llegar a convertirse ellos mismos en fumadores.
  • En promedio, rinden menos en actividades de lectura y razonamiento comparados con niños que viven en hogares libres de humo, incluso con niveles bajos de exposición al humo.
  • Mayor riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva crónica y cáncer en la edad adulta.

Efecto en los adultos

La persona no fumadora pero expuesta al humo del tabaco de los fumadores durante periodos largos tiene un mayor riesgo de padecer cáncer de pulmón y enfermedad cardiaca. El humo del tabaco es también un irritante, y puede empeorar el asma y otras enfermedades. Las mujeres embarazadas que son fumadoras pasivas pueden tener problemas similares a las fumadoras (expuesto más arriba).

Otros problemas relacionados con el hábito de fumar

  • El aliento, las ropas, el pelo y la piel desprenden olor a tabaco. El fumador no nota el olor, pero para los no fumadores el olor es generalmente obvio y desagradable.
  • Su sentido del gusto y del olfato está disminuido, reduciéndose el disfrute del alimento y de la bebida.
  • Fumar es caro.
  • Encontrar un trabajo puede ser más difícil debido a que los empresarios saben que los fumadores son más propensos a pedir bajas por enfermedad que los no fumadores.
  • Más de 34 millones de días laborables (el 1% del total) se pierden cada año debido a las bajas por enfermedades relacionadas con el tabaco.
  • Puede se más difícil encontrar pareja. El fumar no resulta atractivo para muchas personas.

Ventajas de dejar de fumar

Las ventajas comienzan inmediatamente. Reduces tu riesgo de padecer una enfermedad seria independientemente de la edad que tengas. Sin embargo, cuanto antes lo dejes, mayor es la reducción del riesgo.

Si has fumado desde que eras un adolescente o un adulto joven: a) si dejas de fumar antes de los 35 años, tu esperanza de vida es solamente un poco inferior a la de las personas que nunca han fumado. b) Si dejas de fumar antes de los 50, disminuyes un 50% el riesgo de morir de enfermedades relacionadas con el tabaco.

Pero nunca es demasiado tarde parar beneficiarse del hecho de dejar de fumar. Incluso si tienes ya EPOC o enfermedad cardiaca, su pronóstico mejorará mucho al dejar de fumar.

Otras ventajas de dejar este hábito incluyen las siguientes: La respiración mejora. Las infecciones del aparato respiratorio y los resfriados llegan a ser menos frecuentes. Se reduce la "tos del fumador". El olor a tabaco desaparece de tu aliento, ropas, pelo, y cara. Los alimentos y las bebidas saben y huelen mucho mejor. Las finanzas mejoran, produciéndose un ahorro mensual. Y seguramente te sentirás mejor contigo mismo.

Cómo puedes dejar de fumar

Cerca de 2 de cada 3 fumadores desean dejar de fumar. Algunas personas pueden dejarlo fácilmente. La fuerza de voluntad y la determinación son los aspectos más importantes para tener éxito en este empeño.

Existen productos como chicles de nicotina, parches, etc. que algunas personas utilizan para dejar de fumar (terapia sustitutiva), así como ciertos medicamentos que ayudan a superar la abstinencia. Tu médico o farmacéutico puede informarte de estos productos.

Sin embargo, según señala Elisardo Becoña, Catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad de Santiago de Compostela, "no hay evidencia de que la eficacia del tratamiento psicológico se incremente añadiendo terapia farmacológica (ej., terapia sustitutiva de nicotina). Aunque también existen tratamientos farmacológicos eficaces, éstos sólo son eficaces añadiéndoles consejo conductual".

Es decir, la persona que necesita ayuda externa para dejar de fumar, obtendrá los mejores resultados con una terapia psicológica. El psicólogo le enseñará los recursos psicológicos necesarios para adquirir unos hábitos más sanos, de forma que la probabilidad de recaídas sea mucho menor. "La intervención psicológica en el tabaquismo se está viendo mermada por la contundente promoción de productos farmacológicos para dejar de fumar, que incluso se anuncian en televisión, así como por el deseo que tienen muchos fumadores de dejar de fumar en una sola sesión, con una sola pastilla, con un procedimiento mágico, etc., cuando realmente estamos hablando de una adicción que cuesta mucho dejar, asociada a otros múltiples problemas físicos y psicopatológicos y cuyo tratamiento es mucho más complejo del que a primera vista pudiésemos pensar", afirma Becoña.

"En el caso del tabaquismo, tenemos claramente demostrado que nuestra intervención, y con sólo nuestra intervención, la eficacia es alta, de las más altas que se pueden obtener. Y, además, nuestros tratamientos son, cuando se aplican en grupo, los más económicos de los existentes".