Autora: Ana Muñoz


Durante el embarazo, el cuerpo de una mujer soporta cambios importantes y puede experimentar un considerable malestar o incluso la sensación de estar enferma. Cuando el bebé nace, la mujer se hace responsable del bienestar de una persona vulnerable, que tiene necesidades muy inmediatas de atención y cuidado. Por muy deseado que pueda ser el recién nacido, traerá consigo grandes cambios a la vida de la madre, que a veces pueden resultar estresantes.

Muchas mujeres atraviesan un periodo en el que se sienten cansadas y con un estado de ánimo decaído. Pero suele durar solamente algunos días y pronto las mujeres comienzan a sentirse ellas mismas de nuevo. En otros casos, el nacimiento tiene un efecto más serio y duradero. Se trata de mujeres que se deprimen y se sienten confusas, o muy ansiosas, sin lograr superarlo. Esta reacción se conoce como depresión posparto, y puede ser muy dolorosa, ya que afecta a la mujer misma, su pareja y sus hijos.

Qué es la depresión posparto

La mayoría de las personas tienden a tener altas expectativas sobre la maternidad y asumir que la madre será capaz de hacer frente al cuidado del bebe de forma natural, fácil y satisfactoria. Por tanto, si de repente la madre se encuentra estresada y comienza a preguntarse si será capaz de manejar la situación (o incluso si desea hacerlo), puede resultarle muy desmoralizante y doloroso. Así, muchas madres se sienten llorosas y desanimadas, ansiosas, tensas o enfadadas, y no saben qué hacer con esas emociones. Pueden no saber con seguridad la razón por la cual se sienten así, lo cual empeora las cosas, creando sentimientos de culpa o inadecuación.

La depresión posparto es bastante común (entre el 10 y el 20 por ciento de las mujeres). Puede ocurrir justo después del parto, o varios meses después. Puede comenzar muy repentinamente o ir apareciendo lentamente. Afecta a mujeres de todas las edades, tanto primerizas como con hijos. Es posible que una mujer se sienta bien con su primer hijo, pero se deprima con el siguiente, aunque las probabilidades de desarrollar depresión posparto son más altas si una mujer la ha tenido ya antes.

Síntomas típicos

Puede sentirse:

  • Deprimida y llorosa, todo puede parecer una lucha. Se siente mal consigo misma y con lo que hay a su alrededor.
  • Ansiosa y preocupada por su propia salud, el bebé o el resto de la familia. Puede tener miedo de estar sola en casa o de salir a la calle.
  • Irritable y frustrada. Puede enfadarse con sus hijos o sentirse furiosa con su pareja.
  • Exhausta física y mentalmente, incapaz de hacer frente a las numerosas demandas.
  • Culpable por no comportarse como una madre "apropiada" o por sus propias emociones de enfado y depresión.

También puede notar cambios en el modo en que funciona su cuerpo o el modo en que se comporta:

  • Tiene problemas para concentrarse.
  • Sus patrones de sueño pueden estar trastornados. Por ejemplo, puede desear dormir a todas horas, o puede ser difícil quedarse dormida o dormir las suficientes horas.
  • Puede verse afectado su apetito, de manera que pierde interés en la comida o come mucho más de lo habitual.
  • Puede tener la impresión de que su cuerpo funciona lentamente, resultándole difícil tomar incluso decisiones simples; o bien puede sentirse llena de tensión nerviosa y estar constantemente ocupada pero sin lograr hacer mucho.
  • Puede perder interés en el sexo.

Todo esto puede transformarse en un círculo vicioso, al estar más cansada por la falta de sueño y la ansiedad, lo cual la vuelve más irritable. Entonces puede sentirse culpable por cómo se comporta con su familia, lo cual empeora la depresión.

¿Por qué se produce?

Las causas pueden ser diferentes en cada mujer y a veces no se encuentra una razón clara.

En momentos particulares de tu vida puedes ser más vulnerable. O bien, ciertos acontecimientos difíciles de tu pasado pueden hacer más probable la aparición de depresión posparto.

Entre las causas principales se encuentran:

El parto mismo puede haber sido una experiencia decepcionante. Puede haberla dejado con una sensación de violación o pérdida.

El bebé puede ser muy exigente, llorar demasiado o tener algún problema de salud, que haga especialmente estresante cuidarlo.

Pueden existir problemas de tipo económico, laborales, familiares, poco apoyo por parte de la pareja, etc.

Las experiencias vividas como hijas pueden influir en el modo en que viven su propia maternidad. Recuerdos dolorosos de acontecimientos de la niñez (pérdidas de seres queridos, abuso físico o sexual) pueden reaparecer al hacer frente a la propia maternidad.

La sociedad tiene una visión contradictoria de la maternidad; por una parte se percibe con algo hermoso y a la madre como una fuente inagotable de amor y cuidado; por otra parte, se presta poco apoyo a las madres y no se reconoce que la maternidad es una tarea dura, lo cual puede crear frustración e ira en la madre, que, en muchas circunstancias, no tendrá más remedio que llevar a su hijo/a con ella a todas partes, encontrando difícil estar con un bebé en medios de transporte, tiendas, etc.

La sociedad tiende a considerar la maternidad como algo que puede hacerse de manera instintiva, cuando lo cierto es que la falta de experiencia y aprendizaje puede dejar a la madre en un estado de miedo e incertidumbre.

Muchas madres pueden sentirse aisladas. Si ha tenido que dejar el trabajo, puede sentirse resentida y alejada de la vida normal adulta y afectada por la pérdida de ingresos propios.

El efecto de los cambios hormonales tras el parto. Algunos médicos consideran que cambios en los niveles de hormonas pueden ocasionar la depresión posparto.

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