Autora: Ana Muñoz
Garabatear es, a menudo, un gesto mecánico que podemos hacer en cualquier momento con solo tener a mano un papel y un boli. Suele tratarse de dibujos simples, como círculos, espirales o flechas. Lo que no todo el mundo sabe es que pueden tener un significado oculto.
Los garabatos suelen ser dibujos abstractos que se hacen de forma totalmente espontánea, sin ninguna finalidad estética y sin intención de mostrarlos a los demás. De hecho, casi siempre acaban en la basura.
Pero, ¿Por qué los hacemos? ¿Tienen estos garabatos alguna finalidad o propósito? En realidad, sí que la tienen, ya que sirven para liberar tensiones, nos ayudan a gestionar emociones y nos dan información sobre lo que pasa en nuestro interior. Los garabatos son como una especie de salida emocional. Pueden ayudarnos a calmarnos, a concentrarnos o incluso resultar estimulantes.
Los dibujos suelen ser muy básicos y tienen un significado simbólico, con formas geométricas, puntiagudas, redondeadas, laberínticas, cuadradas... Durante nuestra infancia aprendimos a asociar cada una de estas formas con determinadas sensaciones, como placer, asco, etc. Más tarde, se eligen de forma inconsciente para evocar determinados estados psicológicos.
Por lo general, esta tendencia suele ir desapareciendo con la edad, debido, quizás, a que mejoramos nuestra capacidad para gestionar las emociones y para lidiar con el aburrimiento.
El significado de los principales garabatos
Aunque se han encontrado más de 50 formas diferentes, hay unas cuantas formas que tienden a predominar en los garabatos que hace la mayoría de las personas. Son las siguientes:
1. Espirales y laberintos. Expresan la sensación de estar perdido/a, así como el deseo de orientarse, que se ve rebelado por el movimiento del dibujo: de izquierda a derecha indicaría una actitud de gran cautela, mientras que el movimiento al revés indicaría un mayor esfuerzo por abrirse a los demás.
2. Círculos. Es un signo de retraimiento en uno mismo. También expresa sensibilidad, emotividad o búsqueda de seguridad. Aparecen en forma de círculos o movimientos circulares, como ondas.
3. El tablero de ajedrez. Consiste en alternar entre el blanco y el negro. Esta oposición de fuerzas contrapuestas indica indecisión y búsqueda de uno mismo, aunque también puede mostrar el deseo de asumir un desafío importante (en referencia al juego de ajedrez).
4. Cuadrados apilados. Es como un muro de ladrillos que se levanta. Este tipo de dibujos indican un espíritu metódico, un deseo de progresar o un pensamiento en proceso de estructuración.
5. Flechas. La flecha indica una dirección y nos habla de intencionalidad (agresividad, fuerza de voluntad, etc.). Según si la punta es más o menos aguda, el impulso será más o menos fuerte. La orientación de la flecha también nos da información importante sobre a quién va dirigido este impulso: hacia los demás (arriba), hacia uno mismo (abajo), hacia el pasado (izquierda), hacia el futuro (derecha).
6. Dientes de sierra. Es un símbolo de agresividad, que puede ser positivo (espíritu de lucha) o negativo (sentimiento de hostilidad, ira).
7. Estrellas o asteriscos. Revelan un deseo de brillar, de irradiar, pero también indican un riesgo de dispersión si las ramas son numerosas y se desprenden del cuerpo de la estrella.
8. Un marco alrededor de las palabras. Indica el deseo de afirmarse. Pero también puede revelar una preocupación por el perfeccionismo, o un deseo de convencer tanto a los demás como a uno mismo. Su significado es similar al del gesto que consiste en pasar el boli varias veces sobre las palabras.
¿Cuándo existe una mayor predisposición a hacer garabatos?
Los garabatos siempre dan testimonio de nuestro estado mental en un momento dado y es más probable que se realicen en alguno de los siguientes contextos o estados psicológicos:
Un encuentro con otros. Se producen cuando estás en una situación de escucha pasiva, sin posibilidad de hablar ni inclinación a hacerlo. En estos casos, respondes a la información que recibes mediante el uso de garabatos, mostrando con ellos tu acuerdo o desacuerdo.
Una conversación, especialmente por teléfono. Garabatear ayuda a estructurar el pensamiento, a establecer marcos, límites o confirmar objetivos. Se trata principalmente de formas geométricas que indican ira, enfado, deseo... Los garabatos dicen todo lo que no puedes permitirte decirle a la otra persona.
En soledad. En la oficina o en una sala de espera, perdidos en nuestros pensamientos, el garabato se convierte en una forma de diálogo interno; es como pensar en voz alta o hablar contigo mismo. Estos garabatos son los que pueden enseñarnos más sobre nosotros mismos si nos detenemos un rato a analizarlos.
Por tanto, la próxima vez que hagas garabatos, no los tires a la papelera como si no valieran nada: pueden contener información valiosa.
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