Autora: Ana Muñoz
Consulta: He leído los artículos sobre psicología del amor en vuestra página. Creo que me identifico, al menos en lo que respecta a esta pareja, como ansiosa. Esta persona mostró desde un primer momento un carácter reservado y una actitud muy independiente. Yo, sin embargo, establecí una gran dependencia, me sentí muy insegura y demandé un mayor nivel de compromiso.
Una vez que nos conocimos algo más, supe que continuaba esperando por su anterior pareja pero a la vez actuaba conmigo con dulzura y mucho cariño en las situaciones de intimidad. Fuera se mostraba, normalmente, con un total desapego y ni siquiera reconocía el estar manteniendo una relación conmigo aunque luego me llevó a su casa, me presentó a su familia y amigos de siempre y trató de caer bien a los míos. Supe que no era la primera vez que actuaba así y me sentí perdida. Pasaba de las promesas y el cariño a castigarme con declaraciones de amor hacia su anterior pareja o haciéndome ver que no podía confiar por el daño que le habían hecho anteriormente.
Los continuos cambios en la deriva de la relación, las promesas incumplidas, el hoy si pero mañana no, alteraron mi tranquilidad, consiguieron que me comportara de manera improcedente, con ataques de celos y de escenas de llanto. Intentaba centrarme y pensar en positivo pero tenía que distanciarme y cada vez que lo hacía mi pareja volvía a buscarme, sin prometer grandes cosas pero las suficientes para que yo sintiera que podía ser. Finalmente la historia se rompió una vez más.
Yo ya no podía más. Estaba fuera de mí y mi vida ya sólo giraba en torno a esto. Salía, estaba con otras personas, trabajaba, pero siempre estaba pendiente de sus llamadas. Tengo la sensación de haber estado con alguien con problemas serios que no supe identificar y de haber vivido la relación en un estado de inmadurez y con reacciones tan absurdas que me siento fatal. Sé de mi inseguridad que escondo bajo una fachada de persona fuerte, algo borde y muy segura en sus opiniones, mientras no se me conoce bien claro, pero me cuesta creer que haya podido llegar incluso a mentir por tratar de que se quedara a mi lado o por aparecer más fuerte de lo que estaba siendo o de intentarlo a través de escenas histéricas. Supongo que tengo un problema que, por diversos motivos, no se ha manifestado tan brutalmente hasta ahora. Me gustaría me dieseis una opinión al respecto así como también sobre el comportamiento de la persona que estuvo conmigo. Es todo relativamente reciente y no quiero seguir metiendo la pata y destruyéndome así. Gracias.
Respuesta: En primer lugar, ten en cuenta que, dadas las características de la relación, tu modo de comportarte no resulta tan extraño ni tiene por qué se indicio de que haya nada mal en ti. De hecho, muchas de las personas que se ven envueltas en una relación de ese tipo reaccionan del mismo modo que lo hiciste tú. Es decir, alguien de quien te has enamorado se muestra ambivalente, se aleja de ti cuando tú deseas mayor intimidad o compromiso, te busca cuando eres tú la que se aleja y muestra comportamientos y sentimientos contradictorios. La persona que se ve metida en una relación de este tipo no sabe a qué atenerse y se encuentra en un estado de incertidumbre que genera ansiedad: te haces preguntas acerca de sus sentimientos, acerca de si la relación tiene futuro, si te quiere o juega contigo, si te dejará en cualquier momento, etc. En ocasiones, esto suele se una fase normal al comienzo de las relaciones, cuando dos personas aún no se conocen y no saben a qué atenerse, pero enseguida las cosas empiezan a normalizarse. Sin embargo, si esto no sucede y la ambivalencia y la incertidumbre se prolongan durante demasiado tiempo, la ansiedad aumenta y tiene el curioso efecto de generar dependencia de la relación.
¿Cómo dicha ansiedad llega a generar dependencia? El proceso es sencillo: cuanto más sufrimos para obtener algo, más lo valoramos, porque necesitamos ser congruentes con nuestras acciones y sentimientos. Por tanto, es fácil concluir: "si sufro tanto por esta persona es porque la amo desesperadamente", sin tener en cuenta que buena parte del sufrimiento está causado por la incertidumbre y la ansiedad que ésta provoca. De ese modo, los sentimientos por tu pareja se intensifican, de manera que la incertidumbre duele aún más, y el dolor intenso es interpretado como amor intenso, creando un círculo vicioso.
Por tanto, no te culpes por haber reaccionado así. Muchas personas normales lo habrían hecho. Más bien, considéralo una lección importante de la que puedes aprender muchas cosas de ti y de las relaciones de pareja, que te van a ayudar en el futuro. Ahora ya sabes el efecto que una "persona yo-yo" puede tener en ti y a qué se debe y este conocimiento te hará más fuerte, no más débil.
En cuanto a por qué tu pareja se comportó así. Probablemente encontraríamos las respuestas si hiciésemos un repaso de las relaciones que ha mantenido a lo largo de su vida, empezando por su infancia. Sea como sea, no necesitas entender por qué se portó así. Eso no es lo importante.
Lo importante es que aprendas de esto lo que puedas, que tengas siempre presente que esto no tiene porqué volver a pasarte y que no entres con miedo en tu próxima relación (en vez de tener miedo al dolor emocional y huir para evitarlo, es más provechoso pensar sencillamente que, si sucede, puedes soportarlo, como lo has hecho ya).