Autora: Ana Muñoz

En una investigación1 sobre los efectos del ejercicio, los autores midieron la juventud en función de la longitud de los telómeros (los extremos de los cromosomas, cuya función es dar estabilidad estructural al cromosoma. Su longitud disminuye con la edad).

Los investigadores compararon la longitud de los telómeros y los hábitos de ejercicio en unas 1200 parejas de gemelos idénticos para determinar el impacto del ejercicio sobre los telómeros de los glóbulos blancos.

Las personas que hacían un ejercicio vigoroso al menos tres horas a la semana tenían telómeros más largos, equivalentes a tener nueve años menos que las personas que no hacían ejercicio. Esto seguía siendo cierto tras controlar otros factores como el tabaco, el peso, la edad y el nivel de actividad en el trabajo.

Según los investigadores, los telómeros más cortos pueden aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad, como hipertensión, cáncer y problemas cognitivos, entre otros. Esto es debido a que, conforme los telómeros se acortan, se produce más estrés en los tejidos del cuerpo para funcionar normalmente. El ejercicio ayuda a reducir el daño causado por los radicales libres, permitiendo al cuerpo invertir sus recursos en mantener la salud, en vez de en reparar los daños causados.

Otros beneficios de practicar ejercicio

Además de hacer que rejuvenezcas, el ejercicio tiene numerosos beneficios tanto físicos como psicológicos. Entre ellos:

  • Disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular, hipertensión y accidente cerebrovascular.
  • Disminuye el riesgo de cáncer de colon y mama.
  • Disminuye el riesgo de diabetes.
  • Disminuye el riesgo de osteoporosis.
  • Disminuye el riesgo de depresión y demencia.
  • Disminuye la cantidad de grasa corporal, ayudando a adelgazar y mantener el peso.
  • Mejora los procesos metabólicos.
  • Mejora el movimiento de músculos y articulaciones.
  • Mejora la entrega de oxígeno a todos los tejidos del cuerpo.
  • Mejora la sensación de bienestar y el estado de ánimo.
  • Mejora la fuerza y resistencia.

¿Cuánto ejercicio debería hacerse para lograr estos efectos?

No es necesario pasar horas en el gimnasio ejercitándose en todos los aparatos existentes. Lo importante es ser constante y hacer algo de ejercicio todos los días. Con unos 20 o 30 minutos de ejercicio moderado cada día es suficiente para disfrutar de sus beneficios.  La mejor y más saludable forma de hacer ejercicio consiste en distribuirlo a lo largo del día, encontrando el modo de incorporarlo a nuestra rutina diaria. Por ejemplo, si vas andando al trabajo por la mañana a paso firme durante 10 minutos, haces una tabla de ejercicios variados (abdominales, flexiones, etc.) durante 5 minutos antes del almuerzo y caminas otros 10 minutos a paso rápido de vuelta a casa desde el trabajo, habrás hecho el ejercicio que necesitas sin apenas darte cuenta. Con un poco de imaginación, puedes crear tu propia rutina de ejercicio y lograr que tu día a día sea más activo.

Los efectos del ejercicio en el cerebro

El aumento de flujo sanguíneo que se produce durante el ejercicio también beneficia al cerebro, permitiendo que funcione mejor de inmediato. Como resultado, tu mente estará más centrada después de hacer ejercicio. Es decir, si vas al trabajo o a clase andando, rendirás mejor que si vas en coche o transporte público.

Por otra parte, el ejercicio regular fomenta el crecimiento de nuevas neuronas y ayuda a mejorar la memoria y el aprendizaje. Además, te protege de enfermedades degenerativas del cerebro, como Alzheimer, y del declive cognitivo que puede producirse con la edad.

El ejercicio hace que se liberen ciertas sustancias, como endorfinas, serotonina, dopamina y GABA, que ayudan a controlar el estado de ánimo y mejorarlo. De hecho, el ejercicio es una de las mejores estrategias para tratar y prevenir la depresión.

Cuando haces ejercicio, tu cuerpo lo interpreta como que estás en una situación de estrés en la que estás luchando o huyendo de un peligro. Para protegerte del estrés, tu cuerpo libera una proteína llamada factor neurotrófico derivado del cerebro, que favorece la supervivencia de las neuronas.

La liberación de endorfinas que se produce durante el ejercicio proporciona una sensación de bienestar (e incluso de euforia) y reduce el dolor.

El ejercicio no solo te ayuda a mantener el cerebro más sano sino que, además, mejora las habilidades cognitivas y le ayuda a funcionar a su máxima capacidad, favoreciendo el crecimiento de neuronas nuevas, aumentando las conexiones entre ellas y protegiéndolas de posibles daños.

Un estudio2 encontró que las personas que hacían ejercicio en días laborables experimentaban una mejora de su estado de ánimo los días en que hacían ejercicio. Aunque su estado de ánimo permanecía constante durante los días en los que no hacían ejercicio, su sensación de calma interior disminuía los días en los que se saltaban el ejercicio. Según los autores del estudio, los trabajadores rindieron mejor los días en que hacían ejercicio, tanto a nivel mental como interpersonal o laboral, mejoraron la gestión del tiempo, gestionaron mejor su carga de trabajo, se sintieron más motivados para trabajar y se concentraron mejor.

Referencias

1. Lynn F. Cherkas, PhD; Janice L. Hunkin, BSc; Bernet S. Kato, PhD; J. Brent Richards, MD; Jeffrey P. Gardner, PhD; Gabriela L. Surdulescu, MSc; Masayuki Kimura, MD, PhD; Xiaobin Lu, MD; Tim D. Spector, MD, FRCP; Abraham Aviv, MD. The Association Between Physical Activity in Leisure Time and Leukocyte Telomere Length. Arch Intern Med. 2008;168(2):154-158.

2. International Journal of Workplace Health Management 2008 ISSN: 1753-8351