Autora: Ana Muñoz
Uno de los aspectos más importantes de la ansiedad social es que las personas que la padecen están excesivamente centradas en sí mismas, pendientes de lo que hacen, dicen o el aspecto que tienen, y del efecto que todo eso puede producir en los demás.
En cierto modo, es como si creyeras que todo el mundo está pendiente de ti, se darán cuenta de tus fallos, los tendrán en cuenta y, por consiguiente, te rechazarán.
Pero lo cierto es que la gente está más pendiente de sí misma que de los demás y la mayoría ni siquiera se da cuenta de aquello que para ti parece tan obvio. Y si se dan cuenta, no lo consideran especialmente importante porque tienen otras cosas de que ocuparse y en qué pensar que son mucho más importantes para ellos y es muy posible que lo olviden al cabo de un momento.
Obviamente, si le preguntas a una persona con ansiedad social si cree realmente que todo el mundo la observa en cada paso que da, te dirá que probablemente no es así. Sin embargo, existe esa posibilidad (la posibilidad de que alguien vea algo), y eso es suficiente para actuar como si realmente todo el mundo estuviera atento al más mínimo movimiento para cazar al vuelo sus errores y defectos y burlarse de él o ella.
Sin embargo, tener en cuenta que la posibilidad de que los demás te juzguen continuamente no es tan alta como crees puede servir de ayuda para aliviar la ansiedad.
Así mismo, los demás no son tan duros al juzgarte como imaginas. De hecho, la persona con ansiedad social es mucho más dura al juzgarse a sí misma de lo que lo son los demás. Cuando tú te castigas, te criticas y te culpas por haber cometido un error que consideras imperdonable, es muy probable que los demás no te hayan juzgado o criticado con semejante dureza ni consideren el error tan grave o la metedura de pata tan ridícula.
Lo que sucede es que al estar tan absorto/a en ti, al prestar tanta atención a tu comportamiento, vigilando cada cosa que haces o cada paso que das cuando estás con otras personas, lo estás magnificando todo.
Por este motivo, una de las cosas que puedes hacer para disminuir la ansiedad consiste en dejar de centrarte tanto en ti y empezar a vivir el momento de un modo más fluido, centrando toda tu atención en lo que estás haciendo y no en cómo lo estás haciendo.
Si estás caminando por un parque y ves un grupo de gente sentada mirando en tu dirección, y sientes ansiedad, es porque seguramente has empezado a centrarte totalmente en ti, en tu modo de caminar, en si tienes buen aspecto, en pensamientos como "se van a reír de mí", etc. Es decir, has optado por dirigir tu atención hacia ti. Pero tu atención es algo que controlas completamente y puedes dirigirla hacia donde quieras. Por ejemplo, puedes mirar un momento al grupo de gente por si resulta que conoces a alguien y, al ver que son desconocidos, puedes elegir centrar tu atención en lo que haces y no en cómo lo haces, sin juzgar ni evaluar.
Por ejemplo, puedes centrar tu atención en tu respiración, notar cómo se llenan tus pulmones, observar cómo late tu corazón; si va deprisa, notas que va deprisa, pero no lo juzgas, solo lo observas. Notas tus pies golpeando el suelo en cada paso, te das cuenta de que que hay una ligera brisa, sientes el aroma de las plantas del parque o el sonido de los pájaros en un árbol cercano. Si notas un pensamiento como "se van a reír", te limitas a observarlo ("ha surgido este pensamiento en mi mente") y luego lo dejas ir y centras tu atención en tu respiración. Por ejemplo, puedes imaginar ese pensamiento sobre una hoja que el viento se lleva volando hasta hacerla desparecer... Si ocupas plenamente tu atención de esta manera, centrándola en el presente, en lo que haces, sin evaluar ni juzgar, solo observando, no quedará espacio para la ansiedad.
Por tanto, una de las claves para vencer la ansiedad social está en cómo usas tu atención, hacia dónde la diriges y con cuánta intensidad. Es lo que recibe el nombre de mindfulness o atención plena. Vive con mindfulness cada momento de tu vida, practica con cada cosa que hagas, estando a solas, estando con gente, y poco a poco, este modo de estar empezará a formar parte de ti y en tu mente no quedará espacio para la ansiedad.
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