Autora: Ana Muñoz


¿Qué es la inteligencia social?

La inteligencia social está relacionada con nuestra capacidad para relacionarnos con los demás. Implica darse cuenta de sus motivaciones y necesidades e incluye aspectos como la intimidad, la confianza, la persuasión, la pertenencia a grupos o la influencia. Consiste en el uso de información social para hacer que otros cooperen, la capacidad para relacionarse con los demás de manera efectiva y la capacidad para identificar las relaciones existentes entre las personas (dominancia, liderazgo, sumisión, dependencia, etc.).

Está estrechamente relacionada con la inteligencia emocional y la inteligencia personal. Estos tres tipos de inteligencia juntos nos permiten tener relaciones más satisfactorias con los demás al comprenderlos mejor no solo a ellos sino también a nosotros mismos y al sentir empatía hacia otras personas. La empatía nos permite ponernos en el lugar del otro y saber lo que siente. Por ejemplo, la persona empática se da cuenta de que su interlocutor se está sintiendo incómodo por el tema de conversación y cambia a otro tema, lo cual la otra persona sin duda agradecerá. En este ejemplo, se daría una mezcla de empatía, inteligencia social y compasión.
Sin embargo, una persona con una alta empatía e inteligencia social no necesariamente va a sentir compasión o preocupación por los demás. En el ejemplo anterior, podrías haberte dado cuenta de que la otra persona se siente mal por el tema de conversación y, no obstante, haberlo usado para hacerle más daño.

La inteligencia social es, por tanto, un arma de doble filo que puede usarse tanto para mejorar la armonía en las relaciones como para manipular o hacer daño a los demás. Si te resulta fácil “leer” a los demás, saber lo que sienten, lo que necesitan, lo que los mueve, etc., te será más fácil manipularlos. No obstante, este uso de la inteligencia social acabará teniendo un alto coste para ti porque los demás se acaban dando cuenta tarde o temprano. Por este motivo, se considera que la alta inteligencia social debe ir acompañada también de una buena dosis de empatía compasiva que haga que te importe el bienestar de los demás, lo que da lugar a relaciones más auténticas, sólidas, duraderas y recíprocas que aportan mucho más a ambas partes que el simple hecho de utilizarse unos a otros poniendo una falsa cara amable.

En decir, si quieres aumentar tu inteligencia social tendrás que fomentar también la empatía y la compasión.

La inteligencia social implica seis capacidades principales:

  • La capacidad para identificar el estado mental interno de los demás.
  • La capacidad para agrupar los estados mentales de los demás en función de sus similitudes.
  • La capacidad para ver conexiones con significado entre diversas conductas.
  • La capacidad para interpretar secuencias de conductas sociales.
  • La capacidad para responder de manera flexible al interpretar los cambios en la conducta social.
  • La capacidad para predecir lo que pasará en una situación interpersonal.

La inteligencia social tiene también que ver con el conocimiento que una persona tiene sobre el mundo social que le rodea y su capacidad para usar ese conocimiento. Probablemente contribuye también a la autoaceptación.

Las personas con baja inteligencia social

Las personas con una baja inteligencia social tienen muy poca comprensión de los demás o de sí mismas. Malinterpretan las intenciones de las otras personas y expresan sus propias intenciones de maneras que no se entienden bien. Dicen cosas equivocadas en el momento inadecuado, nos gastan una broma o nos cuentan un chiste cuando estamos preocupados por temas importantes o entienden nuestras bromas o ironía de un modo literal. En el extremo tendríamos el autismo, un trastorno en el que la inteligencia social no llega a desarrollarse de un modo normal.

La inteligencia emocional y personal

La inteligencia emocional está relacionada con la capacidad para identificar las emociones en los rostros, voces y expresiones de los demás y en nosotros mismos, entender lo que significan las emociones en nuestras relaciones con los demás, entender las propias emociones, manejar tanto las propias emociones como las de los demás y usar la información emocional para realizar actividades cognitivas (pensar, hacer valoraciones, etc.) Es decir, tiene que ver con la capacidad para utilizar la información emocional al pensar y la capacidad para percibir las emociones, identificarlas, expresarlas, utilizarlas al razonar, entenderlas y manejarlas.

La inteligencia personal (o intrapersonal), implica la comprensión de nosotros mismos, la capacidad para evaluarse de un modo objetivo, saber cuáles son las propias capacidades o habilidades y ser capaces de razonar acerca de las propias emociones, motivaciones, valores y otros procesos internos. Es decir, es la capacidad para conocernos de una manera acertada, entendernos y manejar la información interna.

Cosas que puedes hacer para aumentar tu inteligencia social

1. Escucha de verdad. Cuando hables con otra persona no te limites a esperar a que acabe de hablar para intervenir tú, como hace mucha gente. Escucha atentamente sus palabras tratando de entender bien lo que está diciendo. Presta también atención a su lenguaje corporal (gestos, expresión, etc.) tratando de averiguar cómo se siente y qué necesita y actúa en consecuencia. Por ejemplo, puedes darte cuenta de que esa persona está cansada y marcharte diciendo: “Te noto cansada; te dejo ya para que descanses”.

2. Intenta entender a los demás. Piensa en los comportamientos de las personas que te rodean y trata de analizar por qué ha hecho tal o cual cosa, cuáles pueden ser sus motivaciones, su interpretación de los hechos, su estado emocional, qué aspectos de su situación le pueden influir, etc. Por ejemplo, si alguien se comporta de un modo inusual o extraño, si alguien te ofende u ofende a los demás, si tiene una reacción exagerada o fuera de lugar o incluso los comportamientos normales y más corrientes de la gente pueden aportare información valiosa sobre ellos. Al fin y al cabo, la inteligencia social es, en primer lugar, la capacidad para recopilar información social y, en segundo lugar, la capacidad para usarla correctamente para entender mejor a los otros. Si practicas en esta recopilación de información, prestando atención a lo que hacen y pensando en ello, estarás desarrollando tu inteligencia social.

3. Lee novelas de calidad, especialmente los clásicos, pues se trata de excelentes escritores que tienen una capacidad especial para mostrar el interior de las personas en toda su complejidad, así como sus relaciones, conflictos, miedos, motivaciones, etc., aportándote una gran cantidad de información en la que pensar y, por tanto, un buen material para practicar.

4. Conoce y maneja bien tus emociones. Si una persona está demasiado ocupada con sus propios problemas, miedos, inseguridades o ansiedades o si no sabe manejar muy bien sus emociones, difícilmente va a prestar atención a los demás. Como decía antes, prestar atención es esencial para relacionarse con los demás de manera efectiva. Si crees que tu inteligencia social es baja puede ser debido a que tienes problemas emocionales que interfieren. En estos casos, el primer paso debería ser superar dichos problemas o al menos aprender a dejarlos de lado cuando estés con otras personas y centrar tu atención plenamente en ellas. Si los demás te dicen con frecuencia: “No me estás escuchando”, ya sabes a qué me refiero.

5. Pide información a los demás. Pregúntales si creen que los entiendes bien, si sueles captar lo que sienten, si creen que entiendes sus necesidades y respondes bien a ellas. Podrías descubrir, por ejemplo, que muestras una buena inteligencia social en ciertas situaciones pero no en otras. Esto puede aportarte una gran información sobre los aspectos que necesitas mejorar y aquellos en los que lo estás haciendo bien e incluso destacas.

6. Observa a las personas que te rodean para determinar cuáles son las que tienen una inteligencia social más alta y mayor empatía y aprende de ellas. Trata de imitar las habilidades sociales que admiras en ellas, especialmente las de aquellas personas que te hacen sentir bien. Pregúntate: ¿qué hace esta persona para que siempre me sienta tan bien a su lado, o para inspirar tanta confianza o para que sienta que me entiende a la perfección? Y luego trata de hacer lo mismo.

Si practicas estos seis consejos, podrás aumentar tu inteligencia social y mejorar las relaciones con los demás, tanto a nivel personal como laboral, de manera que puede beneficiare en muchos aspectos.

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