Autora: Ana Muñoz
La adicción al sexo es muy similar a otras formas de conducta compulsiva. Una actividad normalmente saludable es desarrollada de un modo excesivo que crea problemas.
La adicción en general se caracteriza por la búsqueda repetida y compulsiva de una sustancia o actividad a pesar de sus consecuencias desagradables a nivel físico, psicológico y/o social.
En ocasiones, la adicción va acompañada de dependencia física de una sustancia, como ocurre con las drogas o el alcohol, y un síndrome de abstinencia tras la privación de dicha sustancia. En otros casos, como la adicción al luego o al sexo, no existe una dependencia física.
El síndrome de abstinencia consiste en una serie de síntomas que aparecen tras la privación abrupta de la sustancia adictiva, y se caracteriza por una sobreactivación de las funciones fisiológicas que dicha sustancia solía inhibir o por una depresión de las funciones que eran estimuladas por dicha sustancia.
La tolerancia es otro aspecto relacionado con las adicciones que consiste en una respuesta biológica o conductual disminuida ante dicha sustancia o actividad. Es decir, cada vez son necesarias dosis más altas para producir los mismos efectos.
Definición
La adicción al sexo se define como una conducta compulsiva relacionada con el sexo que escapa al control de la persona a pesar de que puede causarles problemas personales, familiares, laborales o de otro tipo.
Cuando el deseo sexual aparece, algo que sucede con frecuencia en estas personas, se van obsesionando más y más con la idea de realizar el acto sexual hasta que el deseo es demasiado intenso y lo llevan a cabo. Después, suelen tener la sensación de haber perdido el control, con sentimientos de culpa, vergüenza, desesperación y confusión. Se sienten arrepentidos, impotentes y solos, sin atreverse a hablar con nadie del problema que tienen. Este estado de ansiedad y culpa genera un malestar emocional que perpetua la conducta adictiva, como un modo de escapar al dolor emocional y al vacío que sienten.
La adicción al sexo puede tomar muchas formas, aunque se caracteriza por llevar a cabo de manera compulsiva y sin control algunas de las siguientes conductas:
- Uso excesivo de pornografía
- Masturbación compulsiva
- Exhibicionismo
- Voyeurismo
- Fetichismo
- Conductas sexuales de alto riesgo
- Prostitución
- Sexo por teléfono o internet
- Múltiples encuentros sexuales con desconocidos
Fases de la adicción al sexo
Preocupación. Aparecen fantasías sexuales continuadas de manera obsesiva.
Ritualización. Una actividad o situación sexual preferida se realiza de forma estereotipada y repetitiva.
Compulsión. Realización de las actividades sexuales de manera compulsiva, a pesar de las consecuencias negativas que pueda tener.
Desesperación. Culpa o vergüenza acerca de su incapacidad para controlar su conducta. Remordimientos.
Prevalencia
Los adictos al sexo proceden de todas las clases sociales y niveles socioeconómicos. La mayoría de ellos son hombres (80%).
Señales de aviso
El Dr. Patrick Carnes, experto en adicción al sexo, explica que existen varios signos que pueden indicar una posible adicción:
1. Tienen un comportamiento sexual que está fuera de control.
2. Experimentan consecuencias muy negativas debido a su comportamiento sexual, pero no son capaces de parar a pesar de ser consciente de ellas.
3. Persiguen de manera persistente conductas destructivas o de alto riesgo.
4. Quieren parar o controlar lo que hacen y tomar medidas para limitar su conducta. Hacen intentos repetidos para cambiar su comportamiento, como cambiar de casa o ciudad, casarse, etc. Algunos deciden no implicarse en ningún tipo de actividad sexual en absoluto, lo cual acaba alimentando la adicción, de modo que pueden pasar de un extremo a otro, alternando entre el exceso y la privación sexual.
5. Usan las fantasías sexuales como un modo de afrontar las dificultades de sus vidas o el malestar emocional. Estas personas suelen invertir gran cantidad de tiempo fantaseando y obsesionándose con el sexo. De este modo mantienen un estado de excitación sexual casi constante.
6. Necesitan cada vez más actividad sexual para sentir lo mismo.
Tienen intensos cambios de humor relacionados con la actividad sexual. A menudo estos cambios se deben a la vergüenza y el remordimiento que sienten.
7. Dedican mucho tiempo (y cada vez más) a planificar o realizar actos sexuales o arrepintiéndose y tratando de recuperarse de los excesos sexuales (pérdidas de dinero, mentiras, problemas de pareja, negligencia con los hijos).
8. Descuidan actividades importantes (laborales, sociales, recreativas, familiares, etc.) para realizar las conductas sexuales.
Consecuencias negativas de la adicción al sexo
Fuente: Dr. Carnes, sexhelp.com
El 70% tiene problemas graves en sus relaciones.
El 40 % ha perdido a su pareja.
El 27 % ha perdido oportunidades laborales.
El 40 % ha experimentado embarazos no deseados.
El 72 % tiene ideas de suicidio.
El 17 % ha intentado suicidarse.
El 68 % ha estado expuesto a enfermedades de transmisión sexual.
El 58 % ha estado en situación de riesgo de agresión sexual o violación.
Causas
Muchas de estas personas informan de algún tipo de abuso durante la infancia, principalmente abuso sexual, que los llevó a sentirse disminuidos o defectuosos como personas. En las víctimas de abuso sexual es frecuente una preocupación excesiva por el sexo. Es decir, está en su mente con más frecuencia e intensidad que en el resto de las personas debido a que sus primeras experiencias con el sexo fueron traumáticas e impactantes, llevadas a cabo a una edad en la que no estaban psicológicamente preparados ni para llevarlas a cabo ni para entenderlas o procesarlas correctamente.
El estrés y el dolor emocional juegan un papel importante como desencadenantes y en el mantenimiento de la adicción, pues utilizan el sexo para huir del malestar emocional que sienten. De hecho, una infancia de maltrato psicológico, negligencia o abuso, posiblemente les ha impedido desarrollar formas más funcionales de afrontar el estrés, el dolor emocional o los problemas de su vida diaria. Al no saber cómo hacer frente a dicho malestar, recurren a algo que les proporciones un placer inmediato y los haga olvidar.
Durante el acto sexual se liberan en el cerebro sustancias químicas que producen una sensación de bienestar y euforia, de las cuales estas personas pueden llegar a tener dependencia. Al igual que con otras sustancias, el cuerpo se acostumbra a ellas, de modo que pueden necesitar más relaciones sexuales y más intensas para alcanzar el mismo efecto.
En otras ocasiones, las víctimas de abusos sexuales tienden a ser adictas al sexo o a caer en la prostitución como un modo de revivir la experiencia pasada de abuso para tratar de manejarla y controlarla adecuadamente, algo que no pudieron hacer en su infancia y que tampoco logran hacer en la edad adulta, pues mediante esa estrategia disfuncional sólo consiguen una mayor victimización y trauma.
El 97 % de los adictos al sexo ha sido víctimas de abuso emocional, el 83% ha sido víctimas de abuso sexual y el 71% de abuso físico.
Presencia de otras adicciones
A menudo, los adictos al sexo padecen también otro tipo de adicciones o trastornos, entre los que se encuentran los siguientes:
- Drogas (42%)
- Trastornos de la alimentación (38%)
- Trabajo compulsivo (28%)
- Compra compulsiva (26%)
- Juego patológico (5%)
- Enfermedades de transmisión sexual
Aunque los adictos al sexo son conscientes de los riesgos existentes, en el momento en que aparece la compulsión hacia realizar el acto sexual, ésta es tan intensa que pueden acabar ignorando los posibles riesgos. Además, a veces necesitan implicarse en conductas de riesgo para lograr la excitación e intensidad que buscan, lo cual los pone en peligro de contraer enfermedades de transmisión sexual, incluido el sida.
De hecho, el que una persona ignore la realidad y no tenga en cuenta el riesgo ni las consecuencias para la salud de sus actos sexuales, suele ser un indicativo de que padece una adicción al sexo.
Qué puedes hacer si eres adicto al sexo
El primer paso consiste en reconocer que tienes un problema que no puedes manejar sólo y que necesitas ayuda. Un psicólogo puede ayudarte a superar este problema. Durante la terapia aprenderás formas apropiadas de relacionarte sexualmente, de modo que puedas tener una vida sexual sana, sin renunciar al sexo y sin excederte. Posiblemente necesites aprender técnicas de manejo del estrés, resolución de problemas y afrontamiento adecuado de las situaciones difíciles y malestar emocional.
Si en tu pasado existen viejos traumas que deseas tratar, la terapia te dará esta oportunidad de explorar las consecuencias de los abusos sufridos y procesarlos correctamente para que dejen de dominar tu vida.
A pesar de su implicación constante en actos sexuales, estas personas suelen estar poco informadas acerca de la sexualidad en general, de las prácticas sexuales seguras y de las prácticas sexuales que aporten consecuencias positivas en vez de vergüenza y culpa. Eso es algo que necesitan aprender en su proceso de recuperación.