Autora: Ana Muñoz
Normalmente tiende a considerarse que la depresión es más frecuente en las mujeres.
No obstante, si tenemos en cuenta que los criterios para definir la depresión se han centrado más en las mujeres y que los hombres tienden a reaccionar de formas diferentes, es posible que no esté tan claro que la depresión sea más frecuente en el sexo femenino.
Cuando están deprimidos, muchos hombres tienden a negar sus sentimientos de impotencia y tristeza y a reaccionar con ira, enfado, frustración o agitación, beben más de la cuenta, trabajan de forma compulsiva, realizan conductas de riesgo o tienen estallidos de ira.
Esto hace que la depresión en los hombres se pase por alto con frecuencia, sobre todo cuando se trata de hombres que no suelen expresar lo que sienten con facilidad, sobre todo sus sentimientos de depresión.
Tampoco es es raro que los hombres se centren más en los síntomas físicos que acompañan a la depresión, como problemas para dormir, dolores de espalda o de cabeza o problemas sexuales, lo que hace que ni ellos mismos reconozcan que están deprimidos.
No obstante, los hombres deprimidos tienen 4 veces más probabilidades de suicidarse que las mujeres deprimidas. Por este motivo es muy importante reconocer y tratar la depresión.
Principales causas de depresión en hombres
Las causas de depresión en hombres pueden ser muy variadas y no necesariamente diferentes de las causas de depresión en mujeres.
No obstante, al igual que entre las mujeres existen ciertas causas específicas de ellas (como las causas hormonales o ciertas presiones sociales), entre los hombres, existe una causa de depresión que es específica de su sexo: la disfunción eréctil, que veremos más adelante, junto con los síntomas más típicos de la depresión en los hombres.
Síntomas de depresión en hombres
Cada persona, sea cual sea su sexo, es diferente y puede experimentar la depresión con síntomas diferentes. Un hombre puede desarrollar los síntomas más típicos de la depresión, con tristeza, falta de energía y pérdida de interés en amigos, familiares o actividades que antes le agradaban. No obstante, entre los hombres se da con más frecuencia que entre las mujeres un patrón de depresión caracterizado por lo siguiente:
Esconder sus emociones. Tiende a ocultar, incluso ante sí mismo, sus sentimientos de tristeza, impotencia o baja autoestima, enmascarándolos con otras conductas, como conductas de riesgo, beber alcohol, etc., y mostrar un ego inflado para contrarrestar su baja autoestima.
Síntomas físicos. En los hombres puede darse con más frecuencia un tipo de depresión en la que predominan los síntomas físicos, como dolor de cabeza, dolor de espalda, problemas digestivos, disfunciones sexuales, problemas de sueño, que no responden a los tratamientos típicos para estos trastornos.
Ira. Se sienten inquietos, agitados, enfadados, agresivos, se irritan con facilidad, pueden tener estallidos agresivos, se ven muy afectados por la crítica de los demás y están malhumorados y sin sentido del humor. Algunos hombres se vuelven excesivamente controladores con sus seres queridos. También tienden a culpar a los demás de sus problemas y crear conflictos.
Conducta imprudente. Pueden empezar a mostrar conductas de riesgo como un modo de escape, como realizar deportes especialmente peligrosos, conducir a demasiada velocidad, implicarse en sexo no seguro, beber demasiado, recurrir a las drogas, o al juego compulsivo.
Disfunción eréctil como causa de depresión en hombres
La disfunción eréctil o impotencia en los hombres no solo puede ser una causa de depresión, sino que también puede producirse como efecto secundario de los fármacos antidepresivos o, en algunos casos, puede ser una consecuencia del estado de ánimo deprimido.
Los hombres con problemas sexuales tienen el doble de probabilidades de estar deprimidos que los hombres sin este tipo de problemas. Además, cuando un hombre tiene algún tipo de problema sexual suele sentirse avergonzado, no habla del tema y no busca ayuda, porque tiende a pensar que es un reflejo de su falta de masculinidad en vez de verlo sencillamente como un problema que puede tratarse y solucionarse.
No obstante, si no hace nada, puede acabar con dos problemas en vez de uno: la disfunción sexual y la depresión que aparece como consecuencia.
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