Autora: Ana Muñoz
Este artículo está basado en las indicaciones de la American Psychlogical Association.
¿Qué es la orientación sexual?
La orientación sexual es la atracción romántica, emocional y sexual hacia otras personas que lleva a una alguien a establecer relaciones sexuales o de pareja con personas de uno u otro sexo. Cuando la atracción de una persona se orienta hacia alguien del otro sexo, decimos que su orientación es heterosexual. Si se orienta hacia el mismo sexo, se habla de homosexualidad, y si se orienta hacia ambos sexos se habla de bisexualidad.
La orientación sexual podríamos representarla como una línea continua que va desde heterosexualidad hasta homosexualidad. Las personas totalmente homosexuales se situarían en un extremo de esa línea, y las personas completamente homosexuales en el otro extremo. En el centro se situarían los bisexuales. Sin embargo, un gran número de personas se situaría en puntos muy diferentes de dicha línea. Por ejemplo, una persona puede considerarse fundamentalmente heterosexual, pero aún así sentir cierta atracción por las personas de su mismo sexo, de modo que no se situaría totalmente en el extremo heterosexual, sino ligeramente hacia el centro de la línea.
La orientación sexual no guarda relación con el sexo biológico de una persona, la identidad sexual o la identidad de género. La identidad sexual hace referencia al sentimiento psicológico de ser hombre o mujer. La identidad de género hace referencia a la adherencia de una persona a las normas y definiciones sociales de masculino y femenino.
Es decir, en una mujer, por ejemplo, pueden darse los siguientes casos:
Tener una identidad de sexo femenino (se definirá a sí misma como mujer)una identidad de género femenino (tenderá a aceptar e identificarse con lo que la sociedad considera femenino) y una orientación sexual homosexual.
Identidad sexual femenina, identidad de género femenina y orientación sexual heterosexual.
Identidad sexual femenina, identidad de género masculina y orientación sexual homosexual.
Identidad sexual femenina, identidad de género masculina y orientación sexual heterosexual.
Y así sucesivamente hasta completar todas las combinaciones posibles.
Aunque es habitual que la identidad sexual se corresponda con el sexo biológico (por ejemplo, una persona de sexo masculino con identidad sexual masculina), no siempre sucede así, de manera que algunas personas se sienten identificadas con el sexo opuesto (el hombre que se siente mujer o la mujer que se siente hombre). Es lo que se conoce como transexualidad. La orientación sexual de estas personas no necesariamente está relacionada con su identidad sexual. Así, podemos tener el caso de un hombre que se siente mujer y siente atracción por las mujeres, o bien el caso de un hombre que se siente mujer y siente atracción por los hombres.
Esto es así porque, como decíamos antes, la orientación sexual no guarda relación con la identidad de género ni con la identidad sexual ni con el sexo biológico.
La identidad de género es un concepto bastante artificial, pues está definido por la sociedad, que se encarga de decir qué comportamientos son propios de la mujer y qué comportamientos son propios de los hombres. Es el concepto que más ha cambiado a lo largo del tiempo. Por ejemplo, ciertos comportamientos que eran considerados impropios de las mujeres en el pasado (como tener un trabajo remunerado, usar pantalones, etc.) están considerados en la actualidad como neutros (formando parte de la identidad de género de ambos sexos), y cada vez son más los comportamientos y actitudes que se consideran neutros, de modo que el concepto de identidad de género tiende a ser cada vez más flexible. Si este concepto llegara a desaparecer (lo que posiblemente suceda en el futuro) no existirán normas de comportamiento, forma de vestir, actitudes, etc., que se consideren típicas de un solo sexo, sino que serán compartidas por ambos sexos por igual (por ejemplo, las faldas o los zapatos de tacón dejarán de ser exclusividad de las mujeres para pasar a ser prendas neutras), de modo que cada persona podrá elegir aquello con lo que más se identifique independientemente de su sexo.
La orientación sexual es diferente de la conducta sexual, pues una persona puede ser homosexual aunque no haya tenido ninguna relación sexual con personas de su mismo sexo. Para definirse como homosexual basta con sentir atracción exclusiva por las personas del mismo sexo. En caso de sentir atracción por ambos sexos, esta persona se definiría como bisexual, aunque sólo haya mantenido relaciones íntimas con personas del sexo opuesto.
2. ¿Qué hace que una persona tenga una orientación sexual determinada?
La orientación sexual forma parte de la personalidad de una persona, del mismo modo que el resto de sus gustos o preferencias. Por ejemplo, ¿qué hace que a una persona le guste la playa y a otra la montaña? La respuesta a esta pregunta es la misma respuesta que daríamos a la pregunta de qué hace que a un hombre le gusten los hombres y a otro las mujeres. Los gustos y preferencias de una persona, tanto sexuales como de cualquier otro tipo, forman parte de los aspectos más innatos de su personalidad. Es decir, si una persona nos dice que le gusta la playa, es probable que le haya gustado durante toda su vida.
Las personas no nacen ni heterosexuales, ni homosexuales ni bisexuales, por la sencilla razón de que esos conceptos han sido creados por la sociedad, como un modo de clasificar a las personas. Las personas nacen simplemente sexuales. Al mismo tiempo, tendrán una serie de preferencias sexuales, que abarcarán determinadas formas y tipos de relación, parejas sexuales y actos o juegos sexuales que preferirán antes que otros. Esas preferencias forman parte de un concepto mucho más amplio y complicado que es la personalidad, que se moldea en función de características tanto genéticas como ambientales (experiencias vividas).
El peso de las características biológicas o ambientales será diferente en cada persona. Por ejemplo, alguien puede decirnos que le ha gustado leer toda su vida, mientras que otra persona puede decirnos que aprendió a apreciar la lectura por la influencia de una amiga o tras la lectura de una determinada novela. Con la orientación sexual sucede exactamente lo mismo, de modo que existe una gran variabilidad en el modo en que cada persona vive y siente su orientación sexual. Algunos nos dirán que han sido homosexuales toda su vida; otros nos dirán que han sentido atracción por el sexo opuesto hasta una determinada etapa de su vida en que apareció alguien de su propio sexo por quien sintieron atracción; hay quien siente atracción física por ambos sexos pero sólo se enamora de uno de ellos... Y así sucesivamente.
Por otra parte, algunos investigadores afirman que existe un gen relacionado con la homosexualidad. La persona homosexual heredaría ese gen tanto de su padre como de su madre, en cuyo caso sería homosexual; o bien lo heredaría de uno sólo de sus progenitores, en cuyo caso su orientación estaría mucho más definida por sus experiencias, preferencias, y otros factores de su entorno, como comentábamos más arriba. Si no hereda el gen de ninguno de sus padres sería heterosexual. Esta teoría aún necesita ser investigada más a fondo.
¿Es la homosexualidad una enfermedad?
No, la homosexualidad es una característica normal del ser humano. Del mismo modo que existen personas con los ojos azules y personas con los ojos marrones, existen personas con una u otra orientación sexual. El hecho de que en muchos países las personas con ojos azules sean una minoría no lo convierte en una enfermedad, del mismo modo que el hecho de que la homosexualidad sea minoritaria tampoco la convierte en enfermedad.
¿Puede cambiarse la orientación sexual?
La orientación sexual no puede cambiarse voluntariamente, del mismo modo que si te gusta la fruta o la carne, no vas a hacer que deje de gustarte sólo por desearlo. Una persona bisexual puede elegir si así lo desea, de modo que puede optar por uno de los sexos y no hacer caso de su atracción por el otro, aunque esa atracción seguirá existiendo. En el caso de una persona homosexual, no dejará de serlo nunca.
"Siempre me he creído heterosexual y ahora siento atracción por alguien de mi propio sexo. ¿Qué sucede?"
Pueden suceder varias cosas:
1. Que seas bisexual pero hasta ahora hayas ignorado tu atracción por tu propio sexo, hasta que ha aparecido una persona que ha despertado en ti ese deseo.
2. Puede suceder que siempre hayas sido homosexual, pero no lo hayas aceptado hasta ahora pensando que no era posible que tú sintieras ese tipo de deseos.
3. Puede ser que te sitúes en algún lugar de la línea entre heterosexualidad y bisexualidad, de modo que aunque tu tendencia es principalmente heterosexual, puedes sentir cierta atracción por personas de tu propio sexo, aunque no te suceda con frecuencia.
4. Por último, es importante hacer una distinción entre atracción sexual y amor, pues a veces una persona siente atracción sexual por ambos sexos pero sólo siente atracción romántica (enamoramiento) por uno de ellos.
Es decir, las posibilidades son muchas, pues la sexualidad humana es muy amplia y flexible y no está regida por el instinto, como sucede en los animales, de modo que para entenderla es conveniente acercarse a ella con una mente igual de flexible y abierta a las numerosas posibilidades que pueden existir.
¿Pueden ser buenos padres los homosexuales?
Sí. Estudios que comparan niños criados por heterosexuales con niños criados por homosexuales, no han encontrado diferencias entre ellos en las áreas estudiadas: inteligencia, ajuste psicológico, ajuste social y popularidad entre sus amigos.
¿Por qué los homosexuales necesitan hablar acerca de su orientación sexual?
Debido al rechazo de la sociedad y al hecho de constituir una minoría, es importante para la salud mental de los homosexuales poder sentirse libres y expresarse tan abiertamente como una persona heterosexual. Formar parte de un grupo minoritario, suele llevar el estigma de ser diferente o raro, lo cual puede dar lugar a rechazo y originar una sensación de aislamiento y falta de pertenencia. Por este motivo resulta difícil para muchos homosexuales reconocer su orientación sexual. Además, muchos temen las reacciones negativas de sus familiares o amigos, que pueden dejarlos de lado o despreciarlos.
Sin embargo, tener una identidad sexual positiva está relacionado con un mayor ajuste psicológico y una autoestima más alta. Y para tener una identidad sexual positiva es importante aceptarse a uno mismo, no sentirse avergonzado de la propia orientación sexual (a pesar del rechazo social) y poder hablar libremente de sus preferencias tal y como hace una persona heterosexual. Es lo que se suele llamar "salir del armario" y consiste en declararse abiertamente homosexual ante los demás y no ocultar la orientación sexual. Implica una total aceptación de uno mismo, algo muy importante para el bienestar psicológico.
¿Qué puede hacerse para combatir los estereotipos y discriminación contra homosexuales y bisexuales?
Según las investigaciones realizadas, las personas que tienen una actitud más negativa hacia los homosexuales y bisexuales son aquellas que no conocen a ninguno. Estas personas se basan completamente en mitos y estereotipos acerca de la homosexualidad o bisexualidad y no en datos reales. En cambio, las personas que dicen tener a algún homosexual o bisexual entre sus amistades, familiares o compañeros de trabajo, suelen tener una actitud más positiva y realista.
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