Autora: Ana Muñoz
El síndrome del intestino irritable (SSI) consiste en una alteración del hábito intestinal (diarrea, estreñimiento o ambos alternando), junto con la presencia de dolor abdominal, sin que exista una causa orgánica o enfermedad médica que lo justifique.
Prevalencia
Suele ser más frecuente entre los 20 y los 40 años de edad, siendo raro en la adolescencia o después de los 60.
También parece darse más en mujeres, aunque esto puede ser debido a que las mujeres están más interesadas en los problemas de salud y tienen más probabilidades de reconocer y expresar en las consultas médicas las variaciones en sus hábitos intestinales.
Estrés y SSI
Los síntomas tienden a aparecer y desaparecer y se deben a trastornos de la motilidad influidos por factores psicológicos. Entre el 50 y el 80 % de las personas con síndrome del intestino irritable afirman que existe una asociación entre la aparición o agravación de los síntomas y los acontecimientos estresantes.
El tipo de acontecimientos estresantes que viven estos pacientes es similar al que suele experimentar la mayoría de las personas. Por tanto, lo importante no es el evento vivido, sino cómo lo interpreta o maneja cada persona, lo cual hace que se vea afectada en mayor o menor medida. Es decir, estas personas presentan una reacción más marcada al estrés ambiental. Algunos investigadores sugieren que esto se debe a un desequilibrio del sistema nervioso autónomo a nivel general o a un déficit de recuperación del sistema nervioso autónomo frente al estrés.
Parece ser que el acontecimiento vital estresante que más afecta a las mujeres está relacionado con los problemas familiares o de pareja; mientras que el que más afecta a los hombres tiene que ver con el trabajo.
No es extraño encontrar que las personas con este trastorno han vivido situaciones de deprivación durante su infancia, como la pérdida o muerte de uno de sus padres o rupturas familiares conflictivas. También se han encontrado numerosos casos con historias de abuso sexual o físico en la infancia entre este tipo de pacientes.
Síntomas psíquicos
En las personas con síndrome del intestino irritable es frecuente la existencia de síntomas psíquicos, como ansiedad o depresión. También son comunes los trastornos somatomorfos y el alcoholismo. Entre la sintomatología psicológica más frecuente destaca la siguiente:
Ansiedad
Las personas con SSI suelen puntuar alto en escalas de ansiedad y en algunos casos también se dan ataques de pánico.
Depresión
Entre los síntomas de depresión se encuentran a veces los trastornos gastrointestinales, sobre todo diarrea, vómitos o estreñimiento. También es posible que la depresión de estas personas sea una consecuencia de la cronicidad de la enfermedad y síntomas físicos y los problemas que acarrean en su vida: estas personas se ven obligadas a restringir gran parte de sus actividades diarias, como trabajo, ocio, relaciones sexuales, socialización. Pueden sentirse inseguros, con falta de independencia y baja autoestima.
Somatización
Las personas con SSI suelen tener síntomas físicos frecuentes y variados y puntúan alto en las medidas de hipocondría.
Personalidad
- Son más neuróticos e introvertidos que el resto de las personas, sobre todo aquellos en los que el síntoma predominante es la diarrea. Son personas especialmente sensibles y vulnerables al estrés, con ciertas dificultades para manejar adecuadamente los acontecimientos estresantes
- Se muestran ante los demás como independientes, autosuficientes y competitivos, aunque en realidad utilizan estas conductas para enmascarar una gran necesidad de dependencia.
- Tendencia a sentir agresividad hacia sí mismos, con sentimientos de culpa, autocríticas, autorreproches.
- Muestran inseguridad e inmadurez.
- Aislamiento e inhibición por la falta de confianza en sus propias capacidades y por la dificultad que suelen tener para habituarse a la cronicidad de los síntomas.
- Tendencia al control e inhibición de los impulsos y emociones.
- Rasgos obsesivos.